jueves, 15 de marzo de 2018

TURISMO: SIN INNOVACIÓN NO HAY DESARROLLO

La escuela de negocios especializada en formación digital, The Valley Canarias, parte de una premisa muy clara: sin innovación, no hay desarrollo. Por eso, se ha empeñado en optimizar los conceptos de productividad y competitividad para que el destino turístico siga siendo pujante: se trata de que el sector, principalmente el alojativo, se sitúe en posiciones ventajosas a partir de una inversión considerable en Investigación más Desarrollo (I+D) y acometa un impulso en negocios innovadores e internacionalizables. En otras palabras, si se acepta que hay que afrontar de lleno la sociedad del conocimiento, hay acciones inaplazables. Tal como señalan algunos expertos, la enorme capacidad de atracción de algunas de ellas fortalece las potencialidades de viralización hasta el punto de repercutir muy positivamente en la captación de nuevos clientes.
Pero parece que el dicho al hecho, como en tantas otras cosas, hay un gran trecho: la mitad de los empresarios considera que la transformación digital ha contribuido decisivamente a reducir los costes y mejorar su eficiencia, aunque lo que ha cambiado especialmente es la relación con los clientes. ¿Y la otra mitad? No es que sean renuentes, parece, pero necesitan convencerse y ser convencidos.
Hay que aprovechar entonces esa corriente de preocuparse por la innovación. Pensemos en el exceso de oferta y en la creciente tendencia de clientes que exigen cada vez más. Eso requiere respuestas apropiadas, más allá del voluntarismo y de las tibiezas o insuficiencias. ¿Se puede subsistir con lo elemental? Evidentemente, no.
The Valley Canarias quiere incidir en la evolución del perfil del turista convencional, cada vez más consumidor digital. Eso propicia sus ansias de experimentar, de investigar, de contrastar y de comparar para luego escoger y opinar con fundamento. Incluso hasta hablan de potenciar las emociones en su propio cuadro experimental. Por consiguiente, hay una personalización que se antoja decisiva para captar y fidelizar clientela, de ahí la importancia de saberse desenvolver en redes sociales y en el universo del móvil.
Algunos afirman, sin ambages, que el turista ya es digital. Puede o seguro que no se cumpla al cien por cien pero los avances llevan camino de eso. Quienes acepten o trabajen ya con esa 'digitalización' del viajero, ya han entendido que es en Internet donde hay que conectar con él, donde hay que trabajar en la ambivalencia de intercambiar y disponer de información a un clic. El ejemplo lo tenemos con los eventos y las convocatorias que se hacen con suficiente antelación. La fluidez con que se active y circule la información es determinante.
Dicen desde esta escuela especializada que se empieza notar una predisposición al cambio en el sector turístico. Sabemos que es un proceso lento. Pero es imparable. Y ojalá que la velocidad de crucero esté al alcance, sobre todo, en destinos turísticos locales donde más cuesta responder al ritmo adecuado. Canarias debe estar preparada para mantener niveles cualitativos ante las demandas de sus millones de visitantes, entre otras cosas porque ya conoce de la recuperación de destinos competidores.
Ya saben: sin innovación no hay desarrollo.

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