jueves, 1 de febrero de 2018

AEROPUERTO SUR: IMPACTO DE UNA CARENCIA

A ver cómo le dan la vuelta los responsables de las administraciones competentes -porque se la darán y seguro que el PSOE saldrá escaldado- a la denuncia de la falta de previsión que concluye con un cierre nocturno, desde el 3 de abril al 30 de junio del aeropuerto 'Reina Sofía-Tenerife Sur', hecha por el secretario general de los socialistas tinerfeños y alcalde de Guía de Isora, Pedro Martín.
Obras de mejora en la única pista de operaciones motivan el cierre temporal de la infraestructura. Damos por sobreentendido que es el horario más adecuado, el menos perjudicial, el de menor tráfico de operaciones y que los trabajos son inevitables. No se dice en la denuncia el alcance del impacto pero es evidente que lo tendrá. De hecho, el dirigente socialista habla de que la compañía Ryanair ya anuncia cancelación de líneas y vuelos. Atentos a ello porque el período señalado comprende unos meses desiguales (más bien, temporada baja) en lo que a ocupación turística se refiere. Y el problema no afecta solo al sector turístico y a la productividad económica sino también a la movilidad de los ciudadanos en general.
Claro: no hay una segunda pista. Esta es la causa de los perjuicios. Es una vieja demanda. Y la carencia se hará ostensible. Estaba prevista en el plan director del citado aeropuerto desde 1977 y ya ha llovido desde entonces. Millones y millones de pasajeros, miles y miles de operaciones, reformas interiores, mejoras para unas prestaciones más funcionales... pero se olvidaron o fueron posponiendo la segunda pista. Se supone que ese es el fundamento de lo que se considera “falta de previsión”, atribuida en este caso a los Gobiernos de España y de Canarias.
La iniciativa socialista -apoyada, un suponer, por alcaldes de todo signo y por entidades de la vertiente sur de la isla- es válida en cuanto agilizará alguna solución y la propia actuación sobre el terreno, además de la tramitación del proyecto de construcción de la segunda pista, pero ojalá que no entre en el pantanoso terreno de la controversia política, muy dada por estos pagos, como bien se sabe, a una muy poco productiva inversión de tiempo y energías.
Pero no es cuestión de ver quién lanza mensajes de réplica o reproches más ocurrentes sino de mancomunar esfuerzos para minimizar las pérdidas e impulsar las soluciones. Se trata de poner a prueba la solidaridad, el entendimiento y la propia capacidad de gestión. Mucho se sigue hablando de la cooperación interadministrativa: bueno, pues ahí tienen, en el ya insuficiente aeropuerto sureño, una oportunidad para ponerla a prueba.
Ese sí que es un reto. Tanto emplear el término hasta convertirlo en un tópico de programas y discursos. Hay que afrontarlo sin reservas.

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