domingo, 21 de enero de 2018

QUIETUD ALTERADA

En el curso de la semana pasada, dos sucesos inquietantes -uno de ellos, fatal; el otro, preocupante- en núcleos vecinales próximos, con mujeres víctimas. Un asalto domiciliario, una mujer maniatada; una agresión mortal, una tragedia familiar.
La quietud habitual del Valle se vio alterada en el corto espacio de unos días. No estamos acostumbrados y la gente, natural, se sobresalta. Testimonios sobrecogedores, imágenes que alcanzan difusión nacional.
Un modus operandi que da pie a investigaciones policiales profundas en el primero de los casos, no solo para identificar y localizar a los autores sino para averigüar y estudiar los métodos seguidos.
Por desgracia, en el otro suceso, la agresión violenta y asesina con arma, circunstancias similares concurrentes en otros crímenes para que este quede señalado como el primero del año en las islas y en el país. Y aquí, tuvo que ser aquí, en el apacible Valle, en los tranquilos pueblos donde estos hechos sobrecogen el alma.
Y donde dejan un reguero de preocupación. La sociedad está enferma, de acuerdo, y estos son ejemplos que lo reflejan. Pero no basta con resignarse, condenar y solidarizarse. Hay que hacer cuanto esté al alcance para impedir que episodios así se repitan, sobre todo en el entorno. Más civismo, más educación, más valores, más mecanismos preventivos, más ética, más precaución... Menos difusión que incite actuaciones tan ilegítimas como violentas, menos indolencia, menos desapego, menos irrespeto... Las enfermedades tienen su terapia pero quienes las padecen deben poner de su parte.
Esta vez la agresividad y la violencia han tocado muy cerca. Es para que nos demos cuenta de la sensibilidad que despiertan. Todo los que hagan los poderes públicos puede parecer poco si no hay una respuesta ciudadana consecuente. Es difícil ir contra comportamientos irracionales y tremendistas pero hay que ir. Ya vemos que están ahi fuera mismo.
Ánimo y solidaridad. Y a esmerarse en la aplicación de esas terapias.

1 comentario:

Carmen Rosa Dávila dijo...

Hola Salvador, La Quietud alterada, buen titular para una macabra acción. Acción de matar, palabra antaño muy rara, casi inexistente. Sé que hay razones que nublan la razón, pero hay conceptos inviolables. Matar, la vida es sagrada, Dios la da y Dios la quita.
Este terrorismo contra la mujer tiene que parar. ¿ cómo? Ahí está la solución, aplicar medidas de todo tipo, psicológicas, pedagógicas, sociológicas y cooperativas socialmente. Ante una manifestación anormal, el ciudadano está obligado a reaccionar, los cuerpos del Orden Público, están para protejernos pero es necesario la coperación ciudadana...