jueves, 10 de agosto de 2017

BEÑESMEN Y UCRONÍA


Primero, significación de los dos vocablos, poco usuales.

Beñesmen: es el nombre que daban los aborígenes guanches de Tenerife al mes de agosto, antes de la conquista castellana en el siglo XV, aplicándose por extensión también a las celebraciones de la cosecha desarrolladas en esa época. Para algunos autores, las fiestas celebradas en honor a la Virgen de Candelaria durante el mes de agosto son una reminiscencia sincretizada de las antiguas fiestas del beñesmen aborigen.

Ucronía: reconstrucción de la historia sobre datos hipotéticos.

A partir de estos dos conceptos, el Museo Arqueológico Municipal (MAM) hace otra demostración de pundonorosa creatividad para acreditar algo más que las potencialidades del centro. Se diría que es otro avance hacia su madurez, hecho con esfuerzos y fatigas, pero muy apto para conquistar el interés de gente de todas las edades y, sobre todo, para acercarnos más y comprender mejor a nuestras raíces, a la vida de nuestros antepasados. Si de paso, abre conciencias para contrastar el estado de algunos espacios naturales que sobreviven en el municipio, mejor.

Es natural que la conservadora del MAM, Juana Hernández, revele su satisfacción. Ha ido inculcando, desde hace años, ideas sobre los pilares de nuestra historia, sobre los valores que deben ser conocidos y reconocidos, de modo que su incidencia en los grupos escolares de edades de formación sigue dando frutos cada vez más apreciados.

Ahora, por ejemplo, ha brotado, bajo el título Doña Ladera y compañía (en referencia a Martiánez), con talleres y otras actividades didácticas, una relización de la que ha derivado un cortometraje, hecho por los mayores del último beñesmen, dedicado a la “pobre” Ladera de Martiánez. Es una peculiar forma de hacer educación patrimonial y seguro que funciona. Bajo la dirección de Pablo Bizarro, se titula Ucronía. La ladera hoy y siempre, acompañado de un cuadernillo didáctico también orientado a la impartición de los contenidos teóricos.

La ladera es el paradigma de lo que se conoce como “paisaje cultural” , al ser genuina síntesis de naturaleza e historia, “aquella que transige una identididad geológica específica y las transformaciones impuestas por el tiempo y la gente”, explica la conservadora. La ladera de Martiánez tuvo su proceso de formación a partir de la emisión de lavas que dieron su origen a la dorsal de Acentejo. Es bien conocida la presencia de un poblamiento guanche en la zona que acoge importantes valores culturales, históricos, etnográficos, naturales y paisajísticos.

Muchos elementos, en definitiva, para adentrarse en la ucronía, en el ágil y ameno cortometraje así como en el cuadernillo, para descubrir las singularidades de un auténtico tesoro. Un trabajo extraordinario, hecho con recursos muy limitados y concebido para sensibilizar a niños y jóvenes sobre los valores de los espacios en los que conviven. Para un pueblo poco dado al cuidado y mantenimiento de tales valores, estamos, sin duda, ante una encomiable realización.

Que sea todo un ejemplo.

Para ver el cortometraje, pinchar en:


https://www.youtube.com/watch?v=2KEJpVF3fIQ&feature=share

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