jueves, 22 de junio de 2017

LLEGA LA HIDRÓLISIS ALCALINA


Quédense con el concepto porque se va a aludir  mucho a partir de ahora, al menos cada vez que se hable de la muerte física y de todo lo que esté relacionado con ella. Hidrólisis alcalina: funerarias de Estados Unidos y Canadá ya están ofreciendo el servicio que, frente a la incineración tradicional, constituye una alternativa  que destaca, supuestamente,  el valor ecológico consistente en disolver en agua e hidróxido de potasio.

¿Qué hace el bloguero escribiendo sobre estas cosas, de siempre desagradables y cargadas de prejuicios?, se estarán preguntando los habituales seguidores. Pues eso: estar atentos a las tendencias, a las opciones de un asunto tan delicado como es la modalidad post-mortem. Puede que a algunos importe poco o que otros sean tan previsores que establezcan antes de fenecer las condiciones en que quieran despedirse definitivamente. Si ahora mismo, en nuestro entorno más cercano, la controversia está servida y se agrava con el alto incumplimiento de normativas reguladoras de la materia funeraria y cementerial o de la sanidad mortuoria como específicamente se aplican en Canarias, es lógico que vislumbremos el futuro también en este hecho, que el margen de decisión puede ser mayor a medida que las cosas, por muy ingratas que sean, estén mejor informadas. A fin de cuentas, si permiten la expresión, la muerte pertenece a cada quien.

Ya lo califican como proceso revolucionario. Alguna información periodística señala que “a una temperatura de 152 Cº y un pH de 14, el cadáver queda reducido a huesos e implantes metálicos en tanto solo noventa minutos. Una vez separados de la solución alcalina y pulverizados, la familia recibe las ‘cenizas’ en una urna similar a la que se entrega en los crematorios”. Un folleto explicativo de las bondades de la llamada cremación verde, apunta que “en una época en la que nos preocupamos por el medio ambiente, debemos aprovechar toda forma posible de proteger y preservar los recursos naturales de nuestro planeta”.

Una de las empresas norteamericanas que ya ha avanzado en la oferta de esta modalidad asegura que la hidrólisis alcalina es el proceso natural que experimenta un cuerpo tras el entierro, que puede llegar a durar veinticinco años. La cremación verde consiste en acelerar este proceso natural.

Claro que ya han surgido los primeros peros o las primeras objeciones. ¿Cómo deshacerse del líquido resultante el proceso? Es la pregunta clave. En Estados Unidos, las empresas, según la información periodística aludida (elconfidencial.com),  se limitan a comprobar el nivel de pH y, después de ajustarlo, lo echan por el desagüe, un sistema que suscita dudas en torno al tratamiento de aguas residuales. De hecho, este es uno de los principales obstáculos que impiden su llegada a países europeos como España, donde la hidrólisis alcalina es ilegal.

El portavoz de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios, Josep Ventura, después de precisar que ninguno de los asociados ha mostrado interés en estudiar y madurar esta fórmula, se ha apresurado a declarar que habría que demostrar que el vertido no es contaminante y eso comporta un cambio de legislación, hecho que conlleva mucho tiempo.

La controversia, ahora con más elementos, muchos de ellos por ahora inciertos, sigue servida. Vaya, con la hidrólisis alcalina.

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