miércoles, 7 de junio de 2017

APARENTE CAMBIO DE TENDENCIA: ¿SE HABRÁN CANSADO?

En la cocina demoscópica del Gobierno y del Partido Popular (PP) deben estar chirriando los goznes de la inquietud, por primera vez en mucho tiempo. Hasta el momento, con corrupción y todo, las intenciones de voto se mantenían favorables, incluso con cierta ventaja; pero la última entrega del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), correspondiente al mes de mayo, entrevera que la tendencia se frena y que empieza a invertirse. Como si los ciudadanos se hubieran cansado y empezaran a vislumbrar la necesidad de una alternativa.

Pese a los esfuerzos de sectores económicos y mediáticos para mantener la normalidad y evitar castigos electorales, los porcentajes seguro que han hecho fruncir el ceño a los ejecutivos y dirigentes populares. Un cambio de tendencia que puede obedecer a cierto hastío. Y eso que aún faltan el debate de la moción de censura y la foto del ciudadano presidente declarando como testigo en sede judicial en uno de los tantos sumarios por presenta corrupción que afectan a su partido.

Los españoles han dicho que los primeros problemas del país son, por este orden, el paro y la corrupción. El 54,3 % de los encuestados indica la corrupción y el fraude, pero, cuidado, son doce puntos porcentuales más que en abril, cuando contestaron en el mismo sentido el 42 %. Este es uno de los rasgos que apunta al cambio de tendencia. La encuesta del CIS fue elaborada entre el 1 y el 9 de mayo, los días en que arreciaba el alcance de la Operación Lezo, que mandó a prisión al ex presidente de la Comunidad de Madrid y cuestionó algunos aspectos del funcionamiento de la justicia como poder independiente. Una semana después, precisamente, se produjo en las Cortes la reprobación de la cúpula del Ministerio de Justicia.

El récord de preocupación, si así se acepta, se registró con una respuesta del 63,9 %, allá por noviembre de 2014, cuando estalló la Operación Púnica, un operativo policial contra una presunta trama de corrupción que adjudicó contratos y servicios públicos por importe de doscientos cincuenta millones de euros en dos años. La última vez que la preocupación por la corrupción y el fraude superó el 50 % fue en mayo de 2015.

El paro sigue siendo el primero de los hechos que más desasosiego causa a los ciudadanos, según responde un 71,4 %, atención: dos puntos más que en abril. Luego aparecen los problemas económicos y la política en general que inquietan al 21,1 y 18,1 %, respectivamente. Eso explica que en esta nueva entrega del CIS, el 94 de los encuestados perciba que la situación económica del país es muy mala, mala o regular. Solo un 5,4 % opina que es buena. Otro dato revelador, al menos del descontento y del pesimismo: sobre el futuro, un 44,3 % de encuestados y un 18,5 % estiman que estará igual o peor dentro de un año, respectivamente.

Los registros del CIS vuelven a poner de manifiesto el descontento de los ciudadanos con la política en general. Un 38,9 % la ve muy mal y un 34 %, mal. La consideración de regular alcanza el 21,1 %. Solo un significativo 2,3 % señala que es buena.

En fin, unos resultados que parecen ir más allá del conformismo y de la resignación de los ciudadanos, hasta ahora caracterizados por aceptar la convivencia con estos problemas y seguir prefiriendo a los conservadores a la hora de acudir a las urnas. Analistas, estrategas y sociólogos habrán tomado buena nota, seguro.

El tiempo dirá.

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