miércoles, 8 de febrero de 2017

FÚTBOL DE CHAMPIONS EN EL PEÑÓN

Hubo una noche en que el campo 'El Peñón' del Puerto de la Cruz acogió un encuentro amistoso entre dos escuadras europeas, como si de una confrontación de Champions o Copa de Europa se tratase. Fue la noche del 30 de enero de 1987. Se han cumplido pues treinta años de aquel auténtico acontecimiento futbolístico.
Fue la noche en que midieron sus fuerzas Bayern Leverkussen, de Alemania, que vistió todo de blanco, y PSV Eindhoven, de Holanda, que lució uniforme azul. Las respectivas plantillas hicieron un 'stage' en la ciudad turística, alojándose en el realejero hotel 'Maritim', aprovechando el parón invernal de sus respectivas ligas domésticas. Fue el primer ensayo del gobierno local de entonces (presidido por Félix Real) para intentar captar turismo deportivo. Se pensaba en nuevas y mejores infraestructuras para mejorar la oferta y encuentros como aquél eran, sobre el papel, muy estimulantes dada su proyección.
La organización estuvo coordinada entre el Patronato Municipal de Deportes y el citado establecimiento. Con las localidades a 600 pesetas para hombres y 300 para mujeres, la recaudación ascendió al millón y medio de pesetas. Numerosos turistas de las respectivas nacionalidades de los contendientes. Lleno total en la vieja cazuela portuense, que ya disponía de césped (Precisamente, la primera gran crisis de la cancha de hierba se produjo como consecuencia de los intensos entrenamientos que durante unos quince días realizaron allí los equipos extranjeros).
Algunas figuras de renombre en las dos formaciones. Entre los neerlandeses, el meta Van Breukelen, el defensor Gerets (internacional con Bélgica), el gran Ronald Koeman y Ruud Gullit, quien luego brillaría no solo en su formación nacional sino en el rutilante Milan italiano. También jugó Willy van de Kerkhov, uno de los dos cambios. Con la escuadra alemana, el portero Vollborn, el defensa Zanter, Reinhhardt, el danés Nielsen, el centrocampista Halzidis y los atacantes Waas y Heusmann. Entre las cinco sustituciones germanas tras el descanso, la de Gotz por Malzidis.
Carlos Luis Chevilly redactó para Diario de Avisos la crónica del encuentro que finalizó con empate a un gol. “Llenazo y espectáculo en El Peñón”, fue el título de su trabajo que recogía hasta cuatro fotografías del choque. Lo arbitró el colegiado alemán de Primera división e internacional Paul Nolie, que había acudido al Mundial de México de 1986 como auxiliar.
Se adelantó el Bayern, a los veintidós minutos, tras una jugada que culminó cerca del punto de penalty el extremo Kohn. Tres minutos antes del reposo, igualaría Gullit, “en una demostración de poderío al anticiparse a su marcador”, según Chevilly, quien subraya que el tanto fue “aplaudido y festejado alborozadamente por los holandeses”.
La actuación del astro holandés fue apreciada por el periodista: “El internacional Ruud Gullit demostró su categoría de 'crack' mundial, una vez más, como así había reflejado su poderío en el encuentro entre España y Holanda en el “Nou Camp”. Gullit se desenvolvió con unas condiciones físicas y una visión de juego propias de las grande estrellas, junto a una capacidad para el remate que hacía temblar a la retaguardia alemana”.
El conjunto teutón se empleó a la contra en varias fases “lanzado por su mejor centrocampista, Halzidis, de claros rasgos turcos... en tanto que el internacional Rolff se retrasaba demasiado y no era muy efectivo para su equipo en labores organizativas”. En otro fragmento de la crónica de Chevilly, se señala que en la segunda parte ambos equipos dispusieron de oportunidades para haber desnivelado el marcador.
Al final, se mantuvo la igualada. El público de El Peñón disfrutó aquella noche de enero de 1987 del fútbol de Champions en forma de amistoso serio. Memorable.

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