viernes, 9 de septiembre de 2016

OBSERVATORIO SIN NOTICIAS

¿Qué habrá sido de aquel Observatorio de la Calidad Turística Española (OCTE) que iba a ser presentado, según se anunció, pocos meses después del segundo Congreso Internacional de la Calidad Turística celebrado en La Coruña en octubre del pasado año? El presidente del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), Miguel Mirones, dijo entonces que la cosa estaba en marcha. Pero entre elecciones, ceses e interinidades, el asunto quedó para mejor proveer. Hasta la fecha.
La iniciativa parecía interesante pues hay que ser celosos con la gestión de la calidad, tal como evoluciona el sector. Pero habrá que aguardar. Hasta es probable que, en tiempos de bonanza, nadie reivindique tal Observatorio. Porque lo cierto es que, crecimiento cuantitativo y récords aparte, y aunque se hable menos de cualificación e innovación, su funcionamiento, teóricamente, permitiría contrastar si se avanza en la dirección correcta, por ejemplo, para mejorar la competitividad.
         Según dijo entonces Mirones, el anunciado OCTE “no es ni más ni menos que la aplicación de la inteligencia turística en la gestión de la calidad mediante el análisis de los datos agregados de percepción de la calidad de todos los agentes (productos, recursos y destinos) implicados en el sistema de calidad”. Con esas premisas, hay que reiterar una idea que parece primordial en el porvenir del negocio: se trata de dar un salto desde la captación de turismo de alto poder adquisitivo a la cualificación de los productos y las prestaciones que los clientes van a recibir. Las exigencias de los turistas -independientemente de las ofertas- se han de traducir en niveles de satisfacción, allí donde quiera que hayan escogido. La calidad es algo más que un concepto teórico: hay que esmerarse para alcanzarla, para lograr la fidelización del visitante.

         Algunos hoteleros canarios se mostraron escépticos cuando se empezó a incentivar la calidad, con un símbolo distintivo, la ‘Q’, en mayúscula. Pero el paso del tiempo ha demostrado que, bien entendida y con un compromiso de aplicación, era un programa con muchas opciones y con un amplio campo de sensibilización. Ahora, el propio Luis Mirones ha dicho que iniciativas como la ‘Q’ entrañan un éxito evidente y que las prefiere antes que las aventuras de incierta desembocadura. “El sistema de calidad turística español ha demostrado ser un éxito nacional e internacional. No debe ser puesto en cuestión por quien se considere un gestor público responsable” ha afirmado el presidente del ICTE. Y es que los responsables del Instituto están "sorprendidos" y también "preocupados" porque las "propuestas turísticas que han tenido éxito innegable en diferentes sitios, están siendo cuestionadas sin tener clara una alternativa". Remata Mirones con un hecho en el que venimos insistiendo desde hace años, desde que teníamos responsabilidades públicas: el modelo de colaboración público-privado es indispensable para alcanzar el éxito, para avanzar y perfeccionar la cooperación entre ambos sectores así como el margen de crecimiento y rentabilidad. “El éxito es innegable y la ‘Q’ es una referencia internacional”, dijo el presidente del ICTE en el referido congreso de La Coruña.

A ver si le hacen caso promotores y empresarios del sector. Ya es hora de que la inteligencia turística aporte un nuevo estilo y otros frutos. Pero, por ahora, no hay Observatorio.


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