lunes, 26 de septiembre de 2016

APRENDIZAJE E INNOVACIÓN



Seguimos atentos -en la medida de nuestras posibilidades- a la evolución de los medios de comunicación. El escepticismo que envuelve a los diarios impresos es cada vez mayor. Las alternativas tienen mucho que ver con nuevos modelos de negocio: para las empresas que ya han emprendido ese camino, no hay marcha atrás. Pero otras se resisten: hay temores que, en muchos casos,  se entienden. Mientras tanto, los profesionales asisten, dubitativos y recelosos, a su desarrollo cargado de incertidumbres. Se preguntan, sobre todo, qué les aguarda.

         Una respuesta podría ser la de Flor Coelho, responsable del departamento de Gestión y Training en la gerencia de Desarrollo Multimedia del periódico argentino La Nación. Preguntada por el perfil ideal o necesario en una redacción, aclara primero que prefiere hablar de habilidades de una persona en esa redacción y concreta después que “es necesario tener una actitud de aprendizaje e innovación porque te van cambiando las herramientas”.

         Las dos ideas o los dos conceptos, aprendizaje e innovación, en efecto, resultan fundamentales para ejercer el periodismo. Hay que llegar con la mejor voluntad de volcar en la práctica los conocimientos teóricos adquiridos y las tripas de la vocación. Hay que hacerlo con humildad, o si se prefiere, huyendo de tentaciones de divismo: se aprende de un compañero de mesa, de algún jefe o experto en la materia sobre la que se trabaja, de la lectura y consulta de distintas fuentes. Y luego, innovar, a partir de la implementación de nuevas tecnologías, programas o aplicaciones, utilizando provechosamente las herramientas, cultivando habilidades, creando un estilo propio y hasta cambiando hábitos de desenvolvimiento a sabiendas de que en las redes sociales fluyen incesantemente no solo criterios e interpretaciones de todo tipo sino opciones de multiplicar la dimensión del propio trabajo.

         El profesional sabe que las exigencias de hoy en día influyen poderosamente en su desempeño, sobre todo si se ve inmerso directamente en un proceso de cambio de modelo de negocio, es decir, si el medio impreso para el que trabaja se expande en busca de un multimedia o incursiona en el campo de eventos y convocatorias donde se interactúa, donde quienes son o han sido lectores habituales se convierten en sujetos o espectadores que manejan la inmediatez o acceden a los contenidos informativos con otra predisposición y por otros canales.  Otra cosa es cómo procesen el mensaje pero lo importante es que los titulares del día siguiente ahora son prácticamente instantáneos y circulan a velocidad de vértigo.

         El profesional tendrá que estar preparado -aprendizaje e innovación- para dar una respuesta apropiada, consciente de los destinatarios de su trabajo y de la orientación del enfoque editorial que sustancie el modelo de negocio.

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