martes, 30 de agosto de 2016

INVESTIDURA VERANIEGA

Se despide agosto con Mariano Rajoy en la tribuna para intentar ser investido presidente del Gobierno. Los apoyos no suman (pacto con Ciudadanos y apoyo explícito de Coalición Canaria igual a ciento setenta diputados) pero lo va a intentar. Debe ser la crónica de una investidura frustrada, como fue la de Pedro Sánchez que, en parecidas circunstancias, también incursionó sin fruto.
De modo que el adiós vacacional o veraniego se produce en medio de una búsqueda de gobernabilidad que no despierta mucho entusiasmo que digamos en el personal. Pero es la primera asignatura. Otros años, a estas alturas, se hablaba de reanudación del curso político y se trazaban perspectivas de los asuntos pendientes. Hasta se hablaba de otoño caliente. Esta vez, ni eso. No hay gobierno y eso es en lo que hay que afanarse, sobre todo porque hay elecciones próximas en Euzkadi y en Galicia y no se pueden perder de vista sus resultados para movimientos tácticos futuros.
Si los resultados son los previsibles para la primera votación, la agitación abstencionista para la segunda, con especulaciones de todo tipo desde el ámbito mediático, será considerable. Y si la traducción en votos no altera el producto, estaremos donde estábamos, para desespero generalizado. El debate entonces será otro: cuándo las nuevas elecciones.

Pero no adelantemos demasiado. Entre otras cosas porque habrá que preguntarse si serán con los mismos candidatos.

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