lunes, 15 de agosto de 2016

CHERUBINO, MAESTRO DE ARMAS

Seguro que estaría pendiente de lo que harían los esgrimistas españoles e italianos en los Juegos Olímpicos hasta el final de sus días. Le podía aquella pasión por la espada, el sable o el florete, por los movimientos de defensa y por la estrategia de ataque. Salió en busca del tirador perfecto cuando decidió extender sus conocimientos en el Puerto de la Cruz. Pero más que ese éxito individual, lo que deseaba de verdad era contar con un equipo que fuera creciendo y cuyos componentes multiplicaran los valores de ese deporte.
         Se empeñó desde que convenció al recordado Miguel Ángel Díaz Molina, quien fuera concejal de Deportes del Ayuntamiento portuense y primer director territorial de Deportes de la Comunidad Autónoma de Canarias. Desde luego, fue impulsor de la disciplina, dio vida a la Federación y multiplicó en poco tiempo el número de licencias. Quería -los idealistas siempre tienen buenas ideas, y él lo era- que la esgrima dejara de ser minoritaria. No lo habrá logrado pero captó el interés de muchos jóvenes y estimuló el quehacer de aquellos que se entregaron a esta noble causa deportiva, siempre en busca del perfeccionamiento.
         Fue todo, en ese sentido, Vincenzo Cherubino Príano, fallecido en la tarde de ayer. Profesor, dirigente, entrenador y practicante, por supuesto. Llegó a convertirse en uno de los componentes más activos del desaparecido Patronato Municipal de Deportes a cuyos responsables daba la lata incesantemente para cobrar las subvenciones y poder seguir con las escuelas y programas que coordinaba casi en solitario.
         Nuestro primer acto público como edil portuense fue, precisamente, allá por 1983, fue un torneo que montó en el hotel Maritim. Después, a pesar de los imponderables, de la incomprensión y de algunos caprichos personales, perseveró hasta que hizo realidad, en el pabellón que lleva el nombre de su amigo Miguel Ángel, la escuela municipal. Allí, también bajo su iniciativa, se disputaron algunas competiciones relevantes y fijó su residencia el club que fundó, Tenerife Puerto Cruz.
         Ejerció también como informador de prensa. Fue colaborador durante algún tiempo de Diario de Avisos, no solo ocupándose de resultados y clasificaciones, sino de información general. Su sintaxis castellana no le ayudaba mucho pero no cejaba hasta que le corrigieran la crónica y la viera publicada. Padre de tres hijos, deportistas y profesionales, Enzo Cherubino vivió con intensidad su trayectoria, desde que eran juveniles y proyectaban sus afanes deportivos.
         Nacido en Génova (Italia), estudió Náutica y fue maestro de armas. Fue profesor de Esgrima y Lucha Escénica en el Centro de Arte Dramático de Canarias. Investigó en la esgrima clásica y fue reconocido como maestro de esgrima medieval por la Asociación Española de Maestros de Armas y la Real Federación Española, con la que colaboró activamente en distintas facetas. Es autor de un libro sobre la esgrima medieval, titulado Manual de esgrima medieval y arquería tradicional. En su haber, hay que consignar también que varios de sus discípulos han sido campeones autonómicos y nacionales en distintas categorías.

         La esgrima, desde luego, se queda sin uno de sus apasionados maestros. Y en el deporte local tendrá su reconocimiento.

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