miércoles, 13 de julio de 2016

LA CONTROVERSIA DE MESSI



Lionel Messi es un futbolista extraordinario, sin duda. Capaz de las mayores genialidades, dotado de habilidades singulares, sobrado de técnica individual en velocidad, desmarque, dominio y toque de balón, un entrenador inglés, en efecto, le definió hace años como “un jugador de playstation”. Admirable, sobre todo cuando está inspirado y nada parece frenarle en la cancha.
Pero resulta que el mismo Lionel Messi es un delincuente fiscal, según sentencia condenatoria de la Audiencia de Barcelona tras cometer tres delitos fiscales tipificados como muy graves. Y al F.C. Barcelona le da pro promover una campaña de apoyo al jugador bajo el título “Todos somos Messi”, como una suerte de antítesis a ese eslogan utilizado desde hace mucho tiempo, “Hacienda somos todos”.
Es respetable y legítima la idea del club de defender al jugador argentino. Pero como no se puede ir contra el sentido común, es natural que la campaña se le haya venido en contra. En redes sociales y en medios, hasta los más acendrados aficionados barcelonistas han declarado que por ahí no pasan. No se identifican con la iniciativa. Y es que no puede despertar simpatías ni hacer que se identifiquen con quien, ganando tanto dinero, es declarado culpable de defraudarlo.
La asociación que agrupa a los técnicos de Hacienda ha sido también muy tajante con la desafortunada campaña: está haciendo un flaco favor a la pedagogía fiscal, ha venido a decir. Hay que concienciar a los ciudadanos, bastante cansados de evasores fiscales y defraudadores, luego conductas como ésta, analizadas y verificadas por los tribunales, son inaceptables.
El criterio de esta asociación es que, tratándose de personajes públicos, la exigencia de un comportamiento ejemplar con el fisco es aún mayor. Esto deben saberlo el jugador, su entorno y el propio club. Si “Hacienda somos todos”, nadie está excluido de cumplir con sus obligaciones y mucho menos recurriendo a argucias.
De ahí, que le hayan pedido al F.C. Barcelona que retire la campaña en tanto su telón de fondo sea un flagrante acto de irresponsabilidad. La sociedad de nuestros días, tan castigada por diferentes motivos, no puede aceptar que defraudadores fiscales reciban un tratamiento diferenciado encima tan poco dado a la sensatez.



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