jueves, 26 de mayo de 2016

EL PATRIMONIO MERECE ATENCIÓN Y SENSIBILIDAD



Había quedado pendiente una reflexión sobre el acuerdo del pleno del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz relativo a la creación de un consejo municipal para la defensa y y promoción del patrimonio histórico. La iniciativa del Grupo Municipal Socialista, respaldada por los otros grupos corporativos, se orienta a la puesta en marcha de un órgano asesor que “coordine y priorice actuaciones y al mismo tiempo articule actividades para el fomento, promoción y difusión del patrimonio histórico del Puerto de la Cruz y su aprovechamiento para ciudadanos y turistas”.
El acuerdo es oportuno y necesario. Por tanto, ojalá no quede en mera expresión de voluntad, una de esas tantas que se produce a lo largo de un mandato pero no luego no se materializa con resultados prácticos y tangibles. Oportuno, en cuanto que es el primer paso de una hipotética solución para frenar el deterioro de una parte del acervo patrimonial portuense y de una sensibilidad indispensable para evitar la pérdida de valores que, en el fondo, son representativos de la identidad urbanística del municipio. Necesario, porque de no atajar, en medio de un clima de progresiva indolencia, se extenderán las huellas de un paisaje urbano revelador de abandono imparable y de una inacción que solo conduce al desastre.
El propio acuerdo consistorial, en su exposición de motivos, lo reconoce: “En los últimos tiempos -se dice- nuestro municipio ha sido escenario de una notable pérdida de identidad y valorando las diferentes vicisitudes por las que ha atravesado y atraviesa nuestro patrimonio histórico, estamos convencidos de que solo a través de la participación y consenso se podrá con seguir que las decisiones técnicamente acertadas también se puedan convertir en socialmente aceptadas”.
Admitamos que no se trata de una cuestión fácil, que se despacha en breve lapso de tiempo o con unas actuaciones mínimamente planificadas y consensuadas. Aquí hay mucho de civismo, en primer lugar. De sensibilización, de pedagogía. Es una tarea prolongada, que requiere empeño y dedicación. Los actores sociales deben encontrar una voluntad nítida de la Administración. Esto es de todos, esto es el bien común. Por tanto, si se quiere una participación activa y sostenible, tiene que haber respuestas eficaces por parte de los poderes públicos. En ese aspecto, es mucho lo que hay que hacer en todos los campos: obras, monumentos, arquitectura, escultura, pintura, etnografía, conjunto artístico… Los planes de ordenación han de prever iniciativas concretas a la hora de delimitar. Por desgracias, la población portuense no ha sido muy sensible con estos temas. Es la hora de producir un cambio de conducta y de cultura.
Lo está impulsando, por cierto, la plataforma Maresía, cuyos componentes se batieron con denuedo para producir mejoras en el reacondicionamiento del paseo San Telmo sin pérdida de valores distintivos. Ahora, ha elaborado un interesante trabajo videográfico en el que se recogen los daños en inmuebles, edificios y zonas públicas que presentan una realidad lastimosa, acaso otro reflejo de la decadencia de la ciudad.
La iniciativa socialista, traducida en acuerdo unánime, pretende crear un consejo municipal para la defensa y promoción del patrimonio histórico. Bien. Se quiere convocar mesas de trabajo en las que participen técnicos, responsables públicos y de colectivos u organizaciones interesadas en el mantenimiento, restauración y conservación del patrimonio. Bien.
El propósito es claro. Ahora hay que pasar de las palabras a los hechos. Estemos atentos.

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