sábado, 9 de enero de 2016

LA FLEMA DE ADRIÁN ÁLVAREZ

Impacta Adrián Álvarez Pérez con Flema, título de su primera exposición individual en Canarias, con el remozado Castillo San Felipe del Puerto de la Cruz como marco muy apropiado para la performance, tan llamativa, tan llena de sugerencias desde cualquier ángulo que se contemplase.
            Con los nervios propios del debutante,  Álvarez lanza una suerte de mensaje atrevido en sus acuarelas, en su solvente grafito y en su peculiar óleo. Hasta en los formatos sobre seda de sus collages. Allí quedan tanto los retratos de familia y de compañeros de estudios como su concepción del erotismo.
            Adrián Álvarez Pérez, acaso pensando en esa británica cualidad intangible, pone de relieve que, para afrontar los trances de una presentación pública de su capacidad creativa, hay diferentes maneras de expresar los sentimientos y las pasiones. En la mutiplicidad de su obra -son unos ochenta cuadros los que exhibe- se adivina una cierta frialdad de gestos pero también el calor de la osada policromía. Posiblemente, haya que añadir a su vocación artística la herencia de una historia o la continuación de unas maneras que se han forjado a partir de pautas sensibles de quienes iban por delante.
            Puede resultar paradójico, así las cosas, que el joven artista portuense beba de las fuentes del expresionismo alemán. Lo cierto es que exterioriza sus sentimientos sin reservas, sin la frialdad de quienes dicen tener la patente de la flema. Los firmes trazos de Álvarez son reveladores de su inspiración en autores autríacos como Egon Schiele, Oskar Kokoschka y, sobre todos, Gustav Klimt, autor del célebre El beso, sin olvidar al noruego Eduard Munch.

            Adrián Álvarez Pérez, que estudió su grado en Valencia e hizo el máster en Madrid, ya sabe que las expectativas abiertas en las anteriores exposiciones colectivas de San Francisco, París, Copenhague y Valencia, han causado en esta primera entrega individual en su tierra, al lado de los suyos, el impacto que significa desvelar los ricos valores artísticos que atesora. Ahora habrá de pulirlos, quién sabe si especializándose en algún género. Ahora, en todo caso, empieza a brillar con ese fulgor de los debutantes que revelan estar dispuestos a todo. Para eso tiene flema.

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