viernes, 14 de agosto de 2015

LECCIÓN DE CIVISMO Y PATRIOTISMO

Circulan en la red imágenes de los inusuales prolegómenos del encuentro Francia-Serbia de baloncesto. Son dignas de ver, de conservar y de exhibirlas como ejemplo cada vez que se hable de deportividad o de caballerosidad.
En el protocolo previo al  juego, las dos selecciones alineadas, se predisponen todos a escuchar los himnos nacionales. Se inicia la interpretación del francés pero a los pocos segundos se interrumpe. Tras una breve espera –una avería, se supone- se reanuda pero se deja de escuchar en seguida. La disfunción no acarrea pérdida de composturas o similares.
Entonces, los jugadores franceses empiezan a entonar ‘La Marsellesa’ y el público que llena el recinto produce una ovación. Se percibe claramente el canto a capella de los baloncestistas galos. Es inevitable la emoción, es inevitable la admiración.
Es la reacción de la madurez, del civismo y hasta del patriotismo. Aquí, donde estamos acostumbrados a tener una controversia mayúscula por la interpretación del himno en un acontecimiento deportivo, hemos vivido justo lo contrario.
Y la épica Marsellesa sigue triunfando. The Beatles la utilizaron para introducir aquel inolvidable “All you need is love”. Siempre invitando al amor, a la fraternidad, a la solidaridad. El himno sobrevive a las disfunciones técnicas y hace que los representantes del pueblo y los espectadores hagan honor a su significado y a su simbolismo.

Las imágenes, insistimos, son dignas de ver. Son dignas de que las contemplen en colegios e institutos como contenido de educación para la ciudadanía.

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