sábado, 13 de junio de 2015

SENCILLO. PARQUE EN PUNTA BRAVA

Es un hecho sencillo, es una dotación con los elementos justos, pero no por ello menos importante. Y  es que las ciudades, sus barrios, andan tan necesitados de espacios públicos aprovechables y útiles, aptos para disfrutar, que cuando son habilitados, hay que congratularse.
Es el caso de Punta Brava, en el Puerto de la Cruz, donde desde hace unos días cuentan con un parque infantil. Nada, lo convencional: columpios, tobogán y aparatos para el juego y entretenimiento de la ‘grey’ infantil. La iniciativa, fraguada hace dos años, ha sido promovida por el Rotary Club y coordinada por el Ayuntamiento y Loro Parque, tan ligado a la vida del barrio. Ediles de éste también se preocuparon e intervinieron.
Con razón imperaba el contento en Punta Brava, afectada recientemente por otros hechos más preocupantes. La población del lugar siempre reivindicó espacios para el esparcimiento, seguro que para continuar el que albergó la primera de las asociaciones de vecinos portuenses, Guayanfanta, cuando todavía el concepto de participación ciudadana estaba  muy en pañales.
Ahora es un pequeño parque infantil el que luce casi en la misma entrada del barrio. Ya tiene la gente menuda donde entretenerse y sus ascendientes con lo que preocuparse un poquito menos. Ya no es, como en muchos casos, la incertidumbre de la calle, allí donde jugar y transitar porque no hay otros sitios donde hacerlo. ¡Vamos al parque!, será una frase muy repetida a partir de ahora en Punta Brava. Habrá que hacer, por supuesto, las tareas de mantenimiento y cuidado, sobre todo pensando en los usuarios.

Esta contribución del Rotary Club identifica también su sensibilidad y su compromiso con la ciudad. Siempre hemos dicho que esa implicación debiera ser visible y éste es un ejemplo. Que la iniciativa privada entienda las necesidades del municipio, las más apremiantes desde el punto de vista social, y trate de satisfacerlas, es un hecho positivo que merece ser reconocido. La grandeza viene dada por la dimensión de las aportaciones realizadas. En Punta Brava, con ese pequeño pero necesario parque infantil, tenemos un claro ejemplo.

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