miércoles, 8 de abril de 2015

PADRES E HIJOS

La política canaria da para mucho, como sabemos todos. Y dentro de ella, hemos visto de todo. Es un sinfín de situaciones insólitas, inauditas, imprevisibles, llamativas…


Pero no. Cuando creíamos que no hay nada nuevo bajo ese sol, resulta que es posible contemplar, sin deslumbrarse, otro cuadro: padre e hijo, rivales políticos, o lo que es igual, en candidaturas diferentes, después de haber ido unidos y después de haber ejercido como padre político que procuraría las mejores enseñanzas y los mejores consejos para su hijo.

Hablamos de José Miguel Bravo de Laguna y de su hijo Lucas. El presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria no continuará en el Partido Popular tras la decisión de José Manuel Soria que frenó su intento de reelección. Bravo encabezará la candidatura con una nueva formación política. Y su hijo Lucas, mientras tanto, no solo se queda en el PP sino que figura como número tres de la lista al Cabildo grancanario.

Padre e hijo, pues, seguirán caminos divergentes. Ya se verá qué sucede y cuál será su comportamiento si se materializa la coincidencia de coincidir en la misma institución. Hay variables para todos los gustos, incluidas las que se imaginen con sorna. Pero que no serán cómodas, ni para uno ni para otro, seguro.

Salvando las distancias, la situación sirve para recordar aquella célebre novela del escritor ruso, Ivan Turguénev, titulada Padres e hijos. El autor remarca, en un contexto sociohistórico muy determinado, la contraposición de ideas y criterios entre los protagonistas y sus padres. La obra, muy controvertida, forzó la tensión entre los espectros políticos de derecha e izquierda, habitados por jóvenes revolucionarios.

Los Bravo, padre e hijo, sin pretender establecer paralelismo alguno con la novela, protagonizan ahora otro hecho insólito que engrosa la política canaria cuyo próximo ciclo, sea cual sea el resultado de mayo, promete ser de lo más inextricable.

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