jueves, 26 de marzo de 2015

EXCESO E IRRESPONSABILIDAD

Han publicitado una grabación de la ex delegada de la Junta Andalucía en Jaén, Irene Sabalete, hecha en una reunión con responsables de distintos organismos públicos celebrada en 2012. La señora Sabalete, que fue candidata socialista al Parlamento por la circunscripción de Jaén en los comicios del pasado domingo, estaba incluida en la candidatura municipal de Torredelcampo para el próximo mes de mayo y ha sido detenida por su presunta implicación en el fraude los cursos de formación, animaba a los asistentes a hacer campaña a favor del PSOE.
        Como la grabación no engaña y no ha sido desmentida, todo da a entender que Sabalete se excedió. Le faltó fineza. No es ético lo que ha hecho. Seguro que otros dirigentes, en otros partidos, han incurrido en lo mismo y han hecho cosas peores, sobre todo en vísperas electorales, pero no han sido pillados. O han sido perdonados y tolerados.
        Pero ya saben que, de un tiempo a esta parte, se ha elevado el listón de las exigencias en el comportamiento de cargos públicos y cosas como ésta no se toleran. Mucho menos después de radicales declaraciones de principios de quienes quieren ganarse la confianza del pueblo, advirtiendo que serán intransigentes ante casos de ilícitos o de corrupción. La propia Susana Díaz, flamante ganadora de las elecciones, ha señalado que no le temblará el pulso cuando se demuestre una comisión  delictiva.
        El caso de Irene Sabalete, hasta ahora, es una transgresión del deber ético en política, no un delito propiamente dicho. Otra cosa son los motivos de su detención. Pero la presidenta de la Junta tendrá que ser consecuente con lo que ha venido predicando. Le pedirán una actuación ejemplarizante. De momento, la reacción de Sabalete ha sido renunciar a las candidaturas de las que formaba parte y causar baja voluntaria en el partido a la espera de resoluciones judiciales.
        En la amargura de la derrota, quienes no tenían argumentos para justificar un retroceso electoral, han encontrado este oasis con el que quieren ilustrar las peculiaridades sociopolíticas de Andalucía. Se olvidan, claro, de que en Madrid, Baleares o Valencia también se producen excesos, irresponsabilidades y hechos raros.
        Más sencillo: caiga sobre los infractores todo el peso de la Ley.


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