miércoles, 31 de diciembre de 2014

EL PRACTICANTE DEL PUEBLO

Manolo Yanes no necesitó de selfi -la palabra del año que dice adiós- para cumplir con esa tarea pastoral que era, en tiempos difíciles y de carencias, poner una inyección y auxiliar a personas necesitadas. La suya fue una labor inmensa: el practicante del pueblo, el que no conocía horarios ni ponía objeciones para acceder a sitios recónditos o nuevos núcleos de población. Se conocía el pueblo como muy pocos. Y más: localizaba perfectamente a familias y descendientes. Siempre atento, observador, un modelo de amabilidad. Sus palabras de ánimo reconfortaban, en todos los sentidos. Hay quien las invoca casi como una terapia.
Manolo cumple hoy noventa y nueve años. Nació en plena confrontación bélica, la conocida como Primera Guerra Mundial, meses después del asesinato del archiduque Francisco de Austria y años antes de que Alemania pidiera el armisticio, hasta la firma del Tratado de Versalles. Yanes, siempre atento a la radio y a los periódicos, cuando estos pasaban de casa en casa, vio pasar conflictos y regímenes políticos con la naturalidad propia de un hombre tranquilo que se granjeó el respeto y la simpatía de sus paisanos, de todo el mundo que le conoció. Vivió pensando en los demás y se multiplicó para asistir a quienes lo necesitaban.
La memoria de Abuelo Manuel es fértil. Su lucidez es admirable. Recuerda hechos y personajes locales con precisión. Recita poemas y versos de aquellos que circulaban de forma anónima por la ciudad en una suerte de intercomunicación que antecede a las redes sociales. Algunos son de su propia autoría, como estos:
“El difunto Pablo Iglesias/ la República buscó./ Pero nunca consiguió/ darle fin a su promesa./ Luchó con delicadeza/ formaba revolución./ Pero siempre fracasaba/ porque entonces le faltaba/ la unión del pueblo español”.
Son una sencilla muestra de sus inquietudes sociales. Un hombre del que sus familiares pueden sentirse plenamente orgullosos.
Nos parecía que su personalidad, en una fecha tan señalada, a punto de su siglo, es merecedora de la entrada con la que despedir el año.
Felicitaciones.  Para él. Y para todos los visitantes del blog. Salud y bienestar en 2015.


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