martes, 30 de septiembre de 2014

ARTE URBANO

‘Periplo’ es el título de un Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras cuya segunda edición parece haberse saldado felizmente en distintos emplazamientos del Puerto de la Cruz. Los medios se han hecho del poder de convocatoria y del éxito de varias actividades incluidas en un programa repleto de sugerencias y de nombres que destacan en ese firmamento donde las experiencias y la imaginación se abrazan para significar una fuente que intenta proyectar el nombre de la ciudad. No es menos cierto que en redes sociales también han circulado opiniones críticas con el gasto presupuestario que pudo haberse dedicado, según se ha leído, a necesidades sociales más apremiantes.
        Se suele preguntar casi siempre qué queda de aprovechable de estas manifestaciones artísticas, un tanto efímeras si se quiere. Y en este caso, puede que sin habérselo propuesto, han descubierto los promotores un museo de arte urbano al aire libre. Por si aún no lo conocen: se trata de murales, de pinturas de gran tamaño sobre paredes medianeras que proporcionan un reclamo inmediato para los viandantes. El resultado: trece murales visibles en calles de barrios céntricos dan lugar a Puerto Street Art. Ante el impacto positivo, a ver cómo lo gestionan y promocionan sus responsables pues la dimensión turística puede ser también relevante. Hay noticias de las primeras repercusiones en sitios web específicos: se trataría de elaborar una estrategia de comunicación adecuada, integrada en las genéricas del destino turístico, que sirva, además, como soporte informativo y cultural para convencer a los incrédulos y a los más reticentes, entretenidos en conversaciones de políticas de campanario y poco dados a reconocer que en la actividad artística, visible las veinticuatro horas, son coste alguno, hay todo un enganche. Tienen que convencerse de los efectos positivos hasta convertirse en primeros defensores de la idea. Como lo han sido los vecinos propietarios, merecedores de gratitud, que han colaborado facilitando el acceso a las paredes. Entre casas cerradas y abandonadas y paredes plenas de creatividad artística, no debe haber duda. La estampa es bien diferente. Los turoperadores, que llevan tiempo haciendo auténticos malabares para insertar novedades portuenses en sus canales de promoción, ya disponen de un atractivo que seguro interesará a mucha gente.
‘Periplo’ y ‘Mueca’, el otro festival de arte en la calle que parece plenamente consolidado, pese a los obstáculos que una parte del gobierno local se ha empeñado en ir colocando, vienen a salvar su gestión en el presente mandato, plagado de hechos que han despertado el malestar ciudadano. O sea, gracias a las manifestaciones culturales que, además de mantener encendida la llama que prendió en la ciudad hace mucho tiempo, son válidas para generar actividades comerciales y de consumo, para persuadir a los turistas que así encuentran algo más que sol y playa cuando tienen a su alcance una oferta distinta, asequible y hasta en algunos casos participativa.

Arte urbano, en definitiva. Sin grandes desembolsos y sin grandes controversias. Para una ciudad estancada, casi viviendo de las rentas, es casi un regalo.

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