viernes, 8 de agosto de 2014

LIBROS ENTRE ESCOMBROS

Todo lo de Gaza es terrible. No han dado una oportunidad a la paz y la destrucción prosigue. Fundamentalismo, odio, sangre, muerte y el sinfín del desastre que acumula día tras día testimonios gráficos reveladores, a alguno de los cuales, como aquel del sofá, ya nos hemos referido.
         Ahora hay otro: el de la niña que vuelve a por sus libros y sus útiles escolares. Si las imágenes de niños desmembrados son sobrecogedoras, las de esta criatura que recoge de entre las ruinas los libros que se han salvado en la masacre, no lo son menos. En medio de la gigantesca escombrera, la niña mira a la cámara con sus libros entre los brazos. Ha venido para rescatarlos. Para volverlos a leer o para terminar de leerlos, cualquiera sabe.
         Es la otra imagen de la guerra, mejor dicho: del ataque brutal de una de las partes. La imagen, que circula por redes sociales, apenas sirve para humanizar pero sí para darse cuenta del valor de la vida y de lo que está al alcance de los humanos para cultivarlo. Los libros sobresalen entre los escombros gracias a la acción de esa menor que volvió donde estaba su casa o su colegio y optó por salvarlos.
         Parecerá exagerado considerarlo una heroicidad pero mientras al ser humano le asista un mínimo de cordura hay que ponderar cuantas acciones favorezcan la esperanza.
         Si no fallece, si sobrevive a los ataques que sufre la franja, es probable que alguien busque, la encuentre y la identifique. Y hasta la lleve a la misma localización de los escombros. Quizá entonces reproduzcan el momento. Con aquellos o con otros libros. Habrá pasado un tiempo, será que la paz tuvo su oportunidad.

         Ahora nos queda un testimonio que también pone los pelos de punta, válido para comprender las miserias destructivas de los humanos y las sensibilidades de otros que seguro sueñan con un mundo mejor. Un mundo con libros y liberado de las secuelas del estallido de bombas.

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