miércoles, 14 de mayo de 2014

ESPERANZAS Y TENDENCIAS NO CORRESPONDIDAS

En la controversia suscitada tras darse a conocer los resultados de la última Encuesta de Población Activa (EPA), hubo dos opiniones que contrastan los esfuerzos del Gobierno y del partido que lo sustenta (PP) para alimentar la idea, en vísperas de unas elecciones europeas, de que ya se ve la luz del túnel y la situación empieza a ser otra. Gracias a sus políticas, naturalmente.
Una, la del ministro de Hacienda y Administraciones públicas, Cristóbal Montoro: "Los datos de la EPA son esperanzadores". Otra, la del candidato al Parlamento Europeo (PE) por el PP, Miguel Arias Cañete, ex ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente: "Esta EPA es muy positiva. Marca un cambio de tendencia".
Solo la necesidad de lanzar mensajes positivos u optimistas justifica apreciaciones como las que comentamos. El propio Montoro reafirmó la suya al añadir que "no nos tenemos que cansar de decir que sí estamos saliendo de la crisis".
Sin embargo, algunas magnitudes extraídas de la propia entrega de la EPA (referida al primer trimestre del presente año) no parecen corresponderse con esa autocomplacencia atesorada por destacados dirigentes del PP. Por ejemplo: hay trabajando ciento ochenta y cuatro mil seiscientas personas menos que en el trimestre anterior. Si durante ese período, se han contabilizado ciento setenta y seis mil ochocientos puestos de trabajo a tiempo completo y otros siete mil ochocientos a tiempo parcial, se confirma que en España se sigue destruyendo empleo, aunque de ello no hablen los empresarios que aplauden las medidas del Gobierno de Rajoy. La tasa de paro, en efecto, subió dos décimas en el trimestre, hasta situarse en el 25,93%. Muy alta.
Como alto es, siempre según la EPA, el índice de desempleo juvenil, elevado ya hasta el 56%. Y los parados de larga duración, tras el incremento del 0,33%, son ya casi tres millones. Ahí no acaban las cifras preocupantes: hay cincuenta y tres mil hogares más con todos sus miembros en paro, comparado el dato con el anterior trimestre. Son ya dos millones de hogares en esta situación.
De manera que, en un contexto de disminución de población activa (ciento ochenta y siete mil personas en el trimestre; y cuatrocientas veinticuatro mil quinientas en un año), las esperanzas de las que habla Montoro aparecen empequeñecidas y las tendencias invertidas que barrunta Arias Cañete no están bien interpretadas. Un poco más de prudencia y moderación sería aconsejable: quiere el Gobierno transmitir que está "en la buena dirección" y que sigue enderezando el rumbo. Sin embargo, los datos estadísticos siembran dudas sobre una recuperación real, es decir, aquella que puedan contrastar las clases medias y las más apremiadas.

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