viernes, 21 de marzo de 2014

UNA DISTINCIÓN PARA MINA

El público se pone en pie y la ovaciona durante unos instantes. Se palpa el calor de los aplausos. Ella asume con su sencillez de siempre. Y agradece con gestos después de haber recibido la distinción honorífica concedida por el jurado de los premios del Instituto Canario de Igualdad (ICI), ediciones 2012 y 2013.


Mina, como la llama todo el mundo, está feliz, con sus familiares, sus compañeros y allegados, con tanta gente que quiso arroparla en el acto celebrado en la sede de la Presidencia del Gobierno, en Santa Cruz de Tenerife. Les ve cercanos desde el escenario, sabe que es un apoyo sincero, como sabe que el premio es un reconocimiento a todos sus años de lucha favor de los demás, de los más desfavorecidos. Y, sobre todo, a favor de las mujeres.

Es el apoyo a una emprendedora, a una mujer comprometida con causas en las que había que volcar sacrificio, empeño, comprensión y altas dosis de resistencia para desbloquear todas las trabas que iban surgiendo y que ella sorteaba con las cualidades de una persona que jamás se arrugó.

Trabajadora social por la Universidad de La Laguna, desde finales de los años setenta ya dejó su sello en Madrid, donde fundó una cooperativa cultural, El Buscón, que aún sigue funcionando. Después comenzaría el largo camino por los vericuetos de la política y de la actividad social. Durante diez años fue delegada en Canarias de la fundación ‘Solidaridad Democrática’, período en el que contrastó su laboriosidad y su cercanía para gestionar temas complicados dirigiendo varios proyectos sociales.

Fue diputada al Congreso por la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Llegaron los años difíciles de la violencia de género, cuando la desprotección era palpable, y ahí surgió su figura templada y animosa a la vez para cofundar el Foro contra la violencia de género en Tenerife. Luego ha presidido la Federación de Asociaciones de Mujeres en Canarias ‘Arena y Laurisilva’ y la asociación ‘Mujeres, Solidaridad y Cooperación’.

Mina, Berlarmina Martínez González, recibió en directo el afecto de cuantos saben de su compromiso, de su dedicación y de su entrega. Con el acto terminado y con la sucesión de recuerdos gráficos, ya estaba lidiando para continuar con esa labor reconocida por el ICI.

Se la merecía, claro que sí.

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