miércoles, 19 de febrero de 2014

UPM. DEPRIMENTE

Todo en silencio. Se huele la indolencia. No hay protestas. E igual los llantos, si los hay, son sin lágrimas. No hay nada. Puede que ni agradecimiento por los servicios prestados. Ni una mísera nota de prensa. ¿Dónde la solidaridad? Hasta parece cercenado el derecho al pataleo. Ni los herederos de los promotores hacen una declaración postrera, siquiera de lamento. La defensa de los puestos de trabajo: suena a chino. Los ejecutores, encantados. Consummatum est.
Es el cuadro, desgarrador, de los primeros despidos de la Universidad Popular Municipal 'Francisco Afonso'. Cunde la desmoralización. Esto se acaba.
En silencio. De forma indolente. Sin una objeción. Aunque las formas sean las menos apropiadas, qué más da. Ni pataleo. No hay nada.
Deprimente.

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