martes, 6 de agosto de 2013

LA DEUDA PÚBLICA GALOPA

Dato oficial de la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat: durante el primer trimestre del presente año, la deuda pública española se elevó al 88,2% del producto Interior Bruto (PIB). Aún pendiente de certificar por Eurostat, el dato al cierre del segundo trimestre de 2013, se aproxima al 90% del PIB. ¿Qué significa? Sencillamente, que en el año y medio de gobierno del Partido Popular, la deuda pública ha crecido veinte puntos, lo mismo que en los casi ocho años del Gobierno que presidió Rodríguez Zapatero. Y otra aplicación: tomando de nuevo como referencia el dato de cierre del primer trimestre, la deuda pública equivale a que cada español habría de pagar veinte mil euros.
            Los registros de Eurostat son rotundos. Y no son elaborados por los partidos políticos ni digeridos a conveniencia de seguidores de las respectivas formaciones. En ese sentido, hay que valorar que España ha pasado a ser el octavo país más endeudado (entre veintiocho) de la Unión Europea, lejos aún del 160,5% de deuda griega, del 130,2% de Italia y del 137% de Portugal. Lo peor son las previsiones de Bruselas: se calcula que la deuda pública española alcanzará el año próximo el 100% del PIB. Tremendo.
            O sea, tantos recortes y tantas restricciones, tanta austeridad (supuestamente: hay quien ha repartido millonarios beneficios) y haber desmantelado el Estado del bienestar han tenido como consecuencia este escalofriante aumento de la deuda. En año y medio, el mismo aumento que con Rodríguez Zapatero durante ocho años, período claramente diferenciado con la bonanza de los primeros cuatro y la crisis galopante durante los casi cuatro siguientes. No es un buen balance, desde luego para el gobierno conservador con el que la deuda no ha parado de crecer.
            Lo preocupante para las autoridades económicas, organismos internacionales e inversores no es el nivel de deuda alcanzado sino esa subida vertiginosa pues solo en un año se elevó al 15%, ritmo solo superado por dos países quebrados y rescatados como son Grecia e Irlanda.
            Así que, debiendo casi veinte mil euros por cabeza, no es para echar campanas al vuelo. Se comprende la necesidad que tiene el Gobierno de contabilizar datos indicadores de mejora o superación pero arrastrar índices deudores tan pesados se hace cada vez más complicado. Mucho lastre, lo que da a entender que esas subastas de miles de millones de obligaciones son empeños y más empeños que atenazan las perspectivas económico-financieras del país.

            Los incontestables registros de Eurostat así lo dan a entender. Endeudados hasta las cejas.

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