sábado, 30 de marzo de 2013

CUANDO LA RADIO PUSO EL 'NO HAY BILLETES'


“La radio logró que el sábado por la noche, en el “estudio” del hotel “Botánico”, se viviera un programa distinto: con ‘charmé’ y con los ‘monstruos sagrados’ de sus cadenas. Fue bueno que ninguno quisiera imponer su figura. Por eso, aplaudía el respetable…”.
Es un fragmento de la crónica que publicó Diario de Avisos en marzo de 1983, a propósito del homenaje tributado al medio en el marco de las “Cenas del Botánico”, promovidas por la que entonces era la responsable de relaciones públicas del establecimiento, Carmen García de Vinuesa, aún en activo en distintas cadenas de televisión. “Que viva la radio”, tituló el rotativo en primera página con una foto en la que podía verse a Eduardo Sotillos, entonces portavoz del primer gobierno de Felipe González, y al alcalde del Puerto de la Cruz, Francisco Afonso.
Carmen García de Vinuesa había logrado reunir a Alejo García y a Luis del Olmo; a Fernando G. Delgado, que ejercía como director de Radio Nacional de España; a Basilio Rogado y a José María de Juana, que presentó y moderó el coloquio. “La radio puso el “no hay billetes”, era el titular de la citada crónica. Su primer párrafo era revelador:
“Había que ver la cara de Carmen García intentando convencer a todos cuantos querían estar cerca de la mesa que iba a ser ocupada por las voces de los ‘monstruos’. La cosa se desbordó, en serio, de manera que el aperitivo hubo que servirlo en uno de los espaciosos salones de la primera planta del hotel”.
No se había cumplido un mes de la expropiación de “Rumasa”, de ahí que en la información se aludiera al hecho: “A alguien se le ocurrió plantearse qué sensación se tenía cenando en un  hotel cuya empresa había expropiada por el Gobierno. Y es que por allí andaba Eduardo Sotillos, portavoz del gabinete González, preocupado –junto a Paco Afonso- por el pronunciamiento del TrIbunal Constitucional sobre las elecciones locales. Sotillos quiso ser uno más y se sentó junto a Daniel González, uno de los hombres fuertes de “Hotasa”.
Hubo también nutrida presencia de medios tinerfeños: “La radio tenía que hacer honor a la convocatoria y las emisoras tinerfeña cumplieron con creces. Radio Popular y RadioCadena transmitieron en directo. Radio Nacional y Radio Club Tenerife grabaron para emitir el coloquio con posterioridad. Había micrófonos por todos lados y los camareros, los gentiles camareros del “Botánico”, hicieron esfuerzos y equilibrios para no enredarse con el entramado de cables. Consolas y equipos de transmisión sustituyeron a los habituales utensilios en la barra del ‘grill’ del hotel”.
Fue, por lo que se relata, una noche netamente radiofónica: “La radio demostró que apasiona y que el gran público se siente cada vez más atraído por quienes a diario informan, divierten y entretienen”.
Una noche de confesiones: en el coloquio, se reveló que Alejo García y Luis del Olmo se llaman por teléfono a diario y sus relaciones, por tanto, eran cordialísimas: “Aunque discrepan, como hicieron, por el carácter más o menos “parado” del sustituto del conductor de “Protagonistas”. Con Basilio Rogado, autor de “La prensa del silencio” y posterior director de la revista Interviú, “la gente se divirtió de lo lindo. Con sus ocurrencias y sus diplomáticos “cortes”. Alejo García, dice la crónica, exclamó muy convencido: “¡Yo soy de derechas!”.
Fue el coloquio más largo de cuantos habían seguido a las “Cenas del Botánico” que cumplían entonces su primer aniversario, “de lo que deben sentirse orgullosos sus promotores -recogía la información-, aunque pasen malos tragos, sobre todo cuando temen que el asunto se politice y no llueva a gusto de todos”.

viernes, 29 de marzo de 2013

PEQUEÑAS FULLERÍAS


No cuadran las cuentas. O cuadran solo a gusto del Gobierno. No más que pequeñas divergencias, según fuentes del partido gubernamental, con quienes han de certificar la contabilidad.
Se trata del déficit público del pasado año. Pasa del 6.74% del Producto Interior Bruto (PIB) al 6,98%. La agencia estadística europea, Eurostat, considera que el ejecutivo de Mariano Rajoy estaba aplicando de forma equivocada las reglas de cálculo y eleva el porcentaje que el Gobierno justifica con un cambio metodológico de la agencia. Una portavoz de la Comisión Europea lo ha negado. Y lo que es más: reveló que el método descubierto por España para llegar a ese porcentaje es incorrecto. O sea, pequeñas fullerías.
En este caso, parece ser que basadas en el cómputo de los ingresos y pagos fiscales que se hace durante el ejercicio en que se genera el derecho, independientemente del momento en que los perciba o abone, en forma de devoluciones, el ministerio de Hacienda. Éste basó su decisión en que las devoluciones las detraía solo al desembolsarlas porque a veces, según puede leerse en el diario El País, el fisco descubre que el contribuyente no tenía derecho a esa deducción y por tanto no llega a abonarla. Con la enmienda de Eurostat, señala el periódico, el Ejecutivo deberá descontar en el ejercicio correspondiente todas las devoluciones que solicite el ciudadano y si más tarde no le corresponden, las volverá a anotar en la caja pública.
Pequeñas divergencias o pequeñas fullerías, lo cierto es que con las cuentas públicas no se juega. Está en juego la credibilidad de sus responsables. Algo tendrá que decir el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, especialmente en sede parlamentaria, donde no ha tenido empacho de criticar métodos y resultados de gobiernos anteriores, de advertir a las comunidades autónomas sobre el cumplimiento de sus previsiones y límites y hasta de poner en entredicho el comportamiento fiscal de actores y partidos políticos.
Métodos de cálculo hay y hasta creíbles terminan resultando. Pero cuando son corregidos a conveniencia, porque se desvían de lo pactado para todos, malo para quien lo practica, para quien emplea pequeñas fullerías. Ese es el problema.



jueves, 28 de marzo de 2013

CUANDO DON JUAN DE BORBÓN VISITÓ EL PUERTO


Treinta años se cumplieron el pasado 16 de marzo de la visita privada que efectuó al Puerto de la Cruz Su Alteza Real (SAR) don Juan de Borbón, padre de Su Majestad el Rey, don Juan Carlos I. Fue en ocasión de una breve estancia en la isla, donde don Juan de Borbón cumplimentó a las autoridades civiles y militares.
En la ciudad turística, después de la recepción oficial en las casas consistoriales, SAR visitó las instalaciones del complejo turístico “Costa Martiánez” y el hotel “Orotava Garden”, que así era su denominación de entonces.
Don Juan de Borbón estuvo acompañado por el teniente general García Conde, jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire y su ayudante, Pedro Lapique, capitán de fragata. En la comitiva, también figuraban Leoncio Oramas, Rafael Clavijo e Ildefonso Salazar, conde de Siete Fuentes.
En el Ayuntamiento, fue recibido por el alcalde accidental, Félix Real González, y cumplimentado por una nutrida representación de la corporación municipal. Don Juan de Borbón, además de firmar en el libro de oro de la institución municipal, se interesó por la marcha de la ciudad, destacó sus valores turísticos, recorrió las dependencias y tuvo palabras de admiración para la configuración del salón de plenos.
Los periódicos de la época dan cuenta del acontecimiento que significó la visita del padre del Rey de España. Así, en la crónica de Diario de Avisos, ilustrada con cinco fotografías y una mención en primera página, se señala que tras su visita al Ayuntamiento, don Juan de Borbón se trasladó a pie hasta “las instalaciones del complejo de Martiánez, que elogió notoriamente por su estado de conservación”.
         Desde el Lago marcó al hotel “Orotava Garden” donde almorzó y fue cumplimentado por sus propietarios que le regalaron un cuadro original.  En la misma información del citado periódico, se recoge la anécdota de la jornada, “protagonizada por nuestro compañero Enrique Serrano, que se presentó en el almuerzo de dicho hotel con las fotografías ya reveladas del acto del Ayuntamiento, con el fin de entregárselas a don Juan de Borbón, quien no pudo ocultar su sorpresa por la diligencia de nuestro compañero, a quien firmó dos de sus placas, además de quedarse con el resto del material gráfico obtenido, subrayando el sacrificio y el desvelo de los fotógrafos de prensa”.
         El conde de Barcelona y su séquito, al terminar el almuerzo, se despidió de las autoridades locales y se desplazó al aeropuerto de Los Rodeos desde donde emprendió viaje de regreso a Madrid.

miércoles, 27 de marzo de 2013

SIN SESGOS NI GERUNDIOS


Eso de que se alegre todo el mundo (bueno, algunos enemigos por él no buscados serían la excepción) por el premio que le han concedido tiene que ser un motivo de satisfacción. Ahí es dónde debe medir el grado de aprecio y de respeto que ha podido granjearse durante toda una vida dedicada al periodismo, tan llena de noticias, de sobresaltos, de frustraciones y de silencios. Pero también de experiencias personales, basadas en sentimientos, en expectativas, en anhelos y en pequeños logros de quienes empezaban a tejer un futuro profesional, decenas y decenas de historias en las que era frecuente tener que reconducir todo aquello, ya se sabe, para que la realidad, cualquier realidad subjetiva, no echase a perder un buen reportaje, quién sabe si una carrera incipiente o una promoción interna.
         Pero es lo cierto: el premio Canarias de Comunicación, el que promovimos y ayudamos a crear en 1991, al acceder a una dirección general del Gobierno de Canarias que entonces presidía Jerónimo Saavedra, y con el que ha sido distinguido Leopoldo Fernández, director durante tantos años de Diario de Avisos, ha sido tan bien recibido que, en una profesión tan dada al cainismo y a la crítica motivada por cualquier razón -y por cualquier sinrazón-, no sólo llama la atención sino que encarna una satisfacción tan inhabitual que merece ser saludada con regocijo. Que la redacción le recibiera con aplausos, repetidos luego de forma espontánea en una emisión radiofónica, es un síntoma del afecto que le dispensan quienes sabemos de su sapiencia periodística, traducida no sólo en informaciones, artículos y titulares corregidos sino en el consejo o el asesoramiento que siempre prestó para que el tratamiento de los textos o de los anuncios fuese siempre el más adecuado.
          En un pequeño despacho de Santa Rosalía, 85, en la capital tinerfeña, un director afrontó el principal reto de su vida: dirigir un periódico que, bajo una nueva empresa editora, nacía en plena transición política. En la vocación periodística de Leopoldo Fernández radicaba el soporte de quien desconocía casi todo de aquella realidad canaria que se movía entre victimismos, complejos  y afanes de dar un salto para superar muchos condicionantes y encarar el porvenir con afanes menos resignados.
         Aquel director parecía querer controlarlo todo pero, en realidad, lo que hacía era velar para que el periódico fuera un producto de calidad, riguroso, sin erratas, bien compuesto, modernista y ambicioso. Allí estaba Leopoldo Fernández interesando los titulares de los textos de la información deportiva que nos fue encomendada durante una primera etapa. Allí estaba gritando “¡Página!” para apremiar el cierre de la edición. Y allí estaba para llamar la atención si la crónica o la entrevista adolecían de sesgo, gerundios o lugares comunes. O por qué se había escapado una noticia que la competencia traía destacada.
         Dirigía siempre con dinamismo. Igual cortaba telex o telefax que desechaba una foto por mal revelada. Igual revisaba la prueba de la página que atendía la llamada telefónica de algún responsable institucional. Y escuchaba al redactor que llegaba tarde o no había terminado una información o no había cobrado el importe de unos taxis. Leopoldo, a su aire, llegaba al mediodía, revisaba, leía y preparaba la edición. Por la tarde, recibía alguna visita, encargaba trabajos y escribía, como todos, con dos dedos. Era una dirección si placidez. Se iba de los últimos, si no el último, cuando el periódico ya estaba en la Marinoni.
         De aquella etapa, hay que recordar que dimos el salto definitivo a la información general. Leopoldo Fernández tuvo mucho que ver en ello. Nos estrenamos con una información sobre la dimensión del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias. Meses después, se produjo la apertura de la delegación del Puerto de la Cruz, el primer intento de expansión de la empresa. Es larguísima la lista de episodios y anécdotas que vivimos conjuntamente: desde el accidente del avión de la Dan Air  en El Diablillo (La Esperanza) al nacimiento del Festival de Cine Ecológico y de la Naturaleza, pasando por aquella entrevista a Joan Manuel Serrat con cuya queja por el cuestionario se identificó: “Tiene razón, hay preguntas muy alambicadas”.
         Y hasta para las situaciones de desazón, como aquella de una decisión bancaria tomada por el ejecutivo autonómico tras la moción de censura de la primavera de 1993, mantenía el temple y razonaba para hallar la salida, sin el mínimo espíritu revanchista.
         Leopoldo fue el director de todos nosotros. De los que se mantuvieron y de los que nos fuimos o seguimos sin desvincularnos del todo. Sabíamos de su conservadurismo pero también de su afán por la verdad, de su tolerancia y de su perenne cultivo del pluralismo. El antagonismo ideológico apenas causaba fricciones. Siempre con el rigor por bandera. Siempre inculcando que el periodista no tuviera protagonismo. Siempre huyendo de la primera persona del singular.
         Después de los aplausos y de la primera alegría, de tantas muestras de contento por ese premio que es una recompensa a toda una trayectoria desde la responsabilidad de la dirección,  este texto más sosegado sólo es el reflejo, sin ditirambos, del reconocimiento que le debemos.
         Se lo merecía, vaya que sí.
         

martes, 26 de marzo de 2013

SANIDAD PÚBLICA, PREOCUPANTE ESCENARIO


“La sistemática aplicación de recortes presupuestarios está estrangulando la disponibilidad de recursos para la sanidad pública poniendo en riesgo la calidad asistencial y la salud de la ciudadanía”, dice uno de los párrafos del “Manifiesto por una sanidad pública, universal y de calidad” que hace pocas fechas presentaron conjuntamente PSOE, IU y la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. Es bastante ilustrativo.
         Quienes hemos dado por liquidado el Estado del bienestar -el remate lo pondrá la nueva Ley que regulará el régimen local, con la apertura a la privatización de los servicios sociales municipales-, encontramos en el desmantelamiento del sistema sanitario público la prueba más fehaciente. A la utilización de la crisis económica como disculpa de la insostenibilidad y justificación de medidas restrictivas por parte del Gobierno, hay que contraponer la impresión cada vez más extendida de que se está considerando la sanidad pública como un negocio. O sea, desmontar para conducir obligatoriamente, si es que se tiene dinero, a la atención privada. Para eso también ha servido la mayoría absolutista del Partido Popular.
         La exclusión de inmigrantes sin documentación de la atención sanitaria ambulatoria, la progresiva incorporación de copagos en distintas prestaciones sanitarias, la exclusión de más de cuatrocientos medicamentos de la cobertura sanitaria y el incremento de las aportaciones de la mayoría de los pacientes en el acceso a los medicamentos son, entre otros, aspectos concretos de una reforma sanitaria con la que sólo pueden estar de acuerdo los empresarios del sector sanitario privado. Ni las admirables protestas de la comunidad profesional de Madrid ni algunas resoluciones judiciales que cuestionan algunas determinaciones del gobierno de la Comunidad de Castilla la Mancha relativas al cierre u horario de apertura de centros de salud parecen frenar los indomables afanes privatizadores de los gobiernos del Partido Popular.
         Se va configurando, pues, en una cierta atmósfera de impunidad, un preocupante escenario donde las restricciones y las exclusiones aumentan las desigualdades en salud en nuestro país. Por si no nos hemos dado cuenta: es la salud lo que está en el centro y con la salud no se juega, porque es un derecho irrenunciable. Pero de esto poco entienden algunos.
         ¿Hay alternativas? Pues claro que sí: hay que asegurar la suficiencia financiera de la sanidad pública mediante una fiscalidad equitativa. Y hay que establecer un sistema de cohesión a través de un Fondo para la igualdad que desarrolle los planes de salud que garanticen equidad, cohesión e igualdad de todos los españoles. Así se recoge en el Manifiesto señalado al principio.
         Las organizaciones firmantes se han comprometido a presentar iniciativas en sus respectivos ámbitos de operatividad para revertir la situación. Será complicado porque los intereses son de aúpa. Pero es un compromiso ético que debe sustanciar un modelo más justo. En las protestas de Madrid y Castilla La Mancha se dibuja un horizonte de esperanza y resistencia: a ver.
          

lunes, 25 de marzo de 2013

TOGAS Y PUÑETAS


Cierta política y una gestión de los recursos públicos, al banquillo o a prisión. Inevitablemente judicializadas, en todo caso. Preponderancia, pues, de togas y puñetas en el vértice noticioso de un país sacudido por las crisis que acentúan el rechazo a la política, arrastrando a sus actores y mermando la credibilidad. Tremendo esfuerzo hay que hacer para salir, para persuadir de que no todos son iguales y para acabar, en fin, con tanto comportamiento doloso germen de corruptelas y de la corrupción misma.
            Lo peor es que el personal no salga de su desconcierto. Claro que llama la atención el pugilato de dos magistrados por hacerse con el caso del ex tesorero del Partido Popular, cuya calderilla parece ser no más que un anticipo de uno de los asuntos más graves, dada su naturaleza, en la historia de la democracia española. A medida que se van dando pasos, se agigantan las dudas de la exclusión de Baltasar Garzón. Al desconcierto, por seguir en las mismas coordenadas, se suma la afirmación del ex tesorero y ex senador, que también fue cargo público el hombre: se acabó, no piensa declarar más ni hacer más pruebas caligráficas. ¿Estaba así en el guión? Habráse visto.
            La juez que investiga los presuntos fraudes en la tramitación y aplicación de los expedientes de regulación de empleo en Andalucía, después de otra operación policial saldada con más descubrimientos y más detenciones, ha determinado el ingreso en prisión de varias personas para proseguir y ultimar la instrucción. Los socialistas tendrán que redoblar sus esfuerzos para que sus denuncias e investigaciones, así como su probada colaboración con la justicia, y hasta la iniciativa política de la investigación parlamentaria, sirvan -a la espera de centrar y concretar las cantidades- para despejar las sombras y las dudas que cierto derechío mediático se encarga de magnificar.
            No acabaron ahí las decisiones judiciales de la semana pasada en el terreno político. Relevante es que la Sala Segunda del Tribunal Supremo se reúna próximamente a puerta cerrada para revisar el veredicto popular que absolvió al ex presidente de la Generalitat de Valencia y al ex secretario general del Partido Popular de Valencia de un delito de cohecho pasivo impropio. Vuelven a temblar ciertos cimientos mientras se comprueba que la sombra de los trajes es alargada.
            Y no menos relevante, en fin, es que el secretario general de Convergencia Democrática de Catalunya y diputado de CIU al Parlament haya sido imputado por presunto delito de tráfico de influencias en un asunto de concesiones de inspección de vehículos -la ulterior delegación de funciones es una peculiar y acomodaticia renuncia y olé-; en tanto que el inefable presidente de la Diputación de Castellón, arrogancias aparte, tendrá que sentarse en el banquillo para ser juzgado por tráfico de influencias, cohecho y delito fiscal, después de diez años de instrucción, por cierto.
            Al final, el aforismo romano: “Dura lex, sed lex”. Dura ley, pero ley. También en política.
            

sábado, 23 de marzo de 2013

TREINTA AÑOS DESPUÉS: AL RESCATE DE LA UPM


Se cumplen treinta años de la inauguración de la Universidad Popular Municipal (UPM) del Puerto de la Cruz, la primera de Canarias. En la que era primera visita oficial del presidente del Gobierno de la Comunidad Autónoma, Jerónimo Saavedra, a un municipio de Tenerife, fue incluido un acto que tuvo lugar en el vestíbulo del centro, un antiguo inmueble de uso residencial turístico, adquirido por el Ayuntamiento con el fin de destinarlo a núcleo de actividad social, formativa y participativa. Era alcalde Francisco Afonso, cuyo nombre, por decisión corporativa, rotularía la UPM meses después del fatídico accidente de La Gomera.
“Yo creo que nos encontramos ante la iniciativa más esperanzadora en estos momentos en el archipiélago canario”, dijo Saavedra entonces, después de haber recorrido aulas y dependencias del centro, de haber participado en una clase de inglés que se impartía en el momento de su visita y de haber descubierto una lápida cuyo texto condensaba el acontecimiento. Los periódicos de la época recogieron en las ediciones del 25 de marzo crónicas y numerosas fotografías del acto.
Antes, Nicolás Barroso Hernández, responsable de la UPM, había dirigido una salutación de bienvenida seguida de una explicación de las características y objetivos de la institución que nacía. Su primera responsable política era Elsie Ribal.
Señala una de las reseñas periodísticas que el alcalde portuense, Francisco Afonso, habló con satisfacción de la obra que se inauguraba “que responde -dijo- a una gran demanda popular que se ve satisfecha gracias al esfuerzo de cuantos habían hecho posible su puesta en marcha”. Agregó: “Hay que congratularse por ello y mucho más hasta alcanzar esa aspiración de que el centro se convierta en el lugar cultural e intelectual más importante de nuestra ciudad”.
Al cabo de tres décadas, puede hablarse ya con cierto sentido de perspectiva. La evolución de la UPM entraña luces y sombras en medio del interés que hayan puesto los gobernantes. El fenómeno de las universidades populares españolas adquirió gran importancia, incluso antes de la guerra incivil. Eran una alternativa a las enseñanzas regladas, una auténtica oportunidad para quienes no disponiendo de recursos o de posibilidades encontraban un espacio donde formarse, ampliar conocimientos o desarrollar habilidades. La reinstauración de la democracia recuperó estos centros: el portuense fue el pionero en Canarias. Sobre él germinó, incluso, la semilla de la Asociación Canaria de Universidades Populares.
En la UPM portuense ha habido de todo durante estos treinta años. Desde récords de matriculación, desde impartición de cursos de materias poco habituales, desde experimentación práctica con otras, desde la configuración de grupos teatrales o de danza, desde la conformación de la banda municipal de música, desde la cesión de espacio no exenta de contenciosos a otras entidades… a una progresiva pérdida de fuerza activista, capaz de proyectarse al exterior. No es exagerado decir que aparece como una realidad alicaída, que ha mermado su identidad.
Bien que debemos sentirlo. Porque la UPM, a poco que se la dinamice y se impregne de innovación, con los adecuados reclamos (incluidos los de divulgación), tiene que seguir siendo la referencia esperanzadora de la que se habló en su inauguración. Los tiempos no son los mismos ni son iguales las circunstancias, de acuerdo: pero ahí está el reto, la búsqueda, el afán de querer progresar y consolidarse.
Para eso es indispensable la voluntad política. Salvo que invertir en educación y fomento de la participación social haya dejado de ser una atención política.
Hace treinta años que se inició aquella esperanzadora andadura. Hoy, desde el Ayuntamiento, seguro que nadie se ha acordado de aquel acontecimiento ni nadie habrá promovido una mínima acción conmemorativa.
Tanta indolencia, tal abandono es lo preocupante.

viernes, 22 de marzo de 2013

PREMIO PARA LEOPOLDO

Se ha sabido a primera hora de la tarde: Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca, ex director de Diario de Avisos, ha sido distinguido con el premio Canarias de Comunicación. 
Solo cabe congratularse de esta decisión del jurado que habrá valorado una trayectoria profesional impecable, desarrollada en multimedia, pero, principalmente, en la prensa escrita: Leopoldo dirigió el periódico durante décadas, acreditando un compromiso profesional con un rigor fuera de lo común.
Llegamos juntos al decano: él provenía de Europa Press, la agencia de noticias. Nos adscribieron a la sección de deportes, a la que el flamante director dedicaba especial atención. Revisaba titulares y corregía textos como si de política o información general se tratase. Cuando salió el periódico, el Tenerife andaba en segunda división. Nuestra lucha era la petición de más páginas para publicar más información: cuando Leopoldo conseguía la cuarta página, éramos felices allí.
A él le debemos también haber dado el salto: abandonamos la información deportiva -nunca del todo, es cierto- para hacer otras cosas: local, reportajes, entrevistas... Él supervisaba y uno se sentía tranquilo.
Ahora, todavía en activo, después de tantos años de ejercicio profesional, le dan el premio Canarias y nos alegramos como si lo hubiéramos recibido porque él gustó siempre de compartir las escasas alegrías que el periodismo depara. Su dedicación y su afán de perfeccionamiento son los mejores valores de su trayectoria, los que sustancian un magisterio silencioso que huyó de toda veleidad y de todo protagonismo.
Como amigo, como discípulo y compañero, sólo tenemos que congratularnos. A la espera de escribir con más sosiego: porque el premio bien que merece una licencia para la nostalgia.
Un abrazo, Leo.

jueves, 21 de marzo de 2013

ESPIADOS

Espiados. Yo espío, tu espías, él espía… ellos espían. Espiar, verbo de moda. Hasta el independentismo catalanista, tan accidentado y tan agitado, ha tenido también sus episodios. En realidad, espionaje ha habido toda la vida: saber qué hacen los demás, los cercanos y los enemigos, ha llegado a ser una obsesión. Hasta los medios de comunicación que ahora ponen el grito en el cielo y presumen de denuncias utilizaron las cámaras ocultas y obtuvieron imágenes o testimonios verbales para poner en evidencia.




Todos espiados. O esa es la sensación.



En la película Missing, de Costa Gavras, hay una escena en la que Jack Lemmon (padre de Charles Horman) llega a la habitación de su hotel y sorprende a una persona (¿policía?) manipulando el teléfono:



-Ya lo podrían hacer de forma menos descarada-, se limita a decir Lemmon.



Sabíamos del espionaje por el cine y por la literatura, ficción y realidad, riesgo, dobleces, delaciones y errores fatales. Pero ahora el espionaje está en cualquier sitio, con mayor o menos profesionalidad, que en todas partes hay clases. Los ojos del Gran Hermano, los oídos del Gran Hermano, los tentáculos del Gran Hermano…



Ellos espían. Por encargo o sin él. La finalidad es otro debate. Pero que no hay que fiarse, seguro.





miércoles, 20 de marzo de 2013

PALABRA DE LUIS


Dice que, después de haber llegado al medio con calzón corto, no le da la gana de desconectar. Y se entiende. Luis del Olmo, érase un hombre a un micrófono pegado, se despidió de Punto Radio con un ‘hasta luego’ que entonó al calor de la experiencia de anteriores adioses. Los que tuvo que decir, en su momento, en Radio Nacional de España, en RadioCadena Española, en la Cadena de Ondas Populares Españolas, en Onda Cero… allí donde su palabra quiso siempre ser rigor, divisa del medio bien hecho, donde la continuidad en antena se convirtió en el mejor aval de su credibilidad.
         No, no quiere despedirse del todo el periodista leonés, la voz cálida e inconfundible de Protagonistas, el programa o el título que ha quedado definitivamente vinculado a su trayectoria. Está jubilado pero se resiste, quiere más, se siente con ganas y de seguir siendo útil. Su vida está ahí, ante el micrófono, en las ondas, donde se ha dejado la piel profesional durante casi cuarenta años.
         Hizo once mil seiscientos Protagonistas, uno de ellos desde los antiguos estudios de Radio Popular de Tenerife en la calle La Carrera (Obispo Rey Redondo), cuando aún la dirigía el padre José Siverio. Su incorporación a la COPE fue determinante para que la cadena se vertebrase como tal y estuviera en condiciones de competir como tal. Allí estuvimos, en aquel programa realizado en directo, naturalmente. Ocurrió a principios de los ochenta, durante los últimos meses de nuestra estancia en aquella casa, a la que tanto debemos. Luis del Olmo llegó casi en plan revolucionario: trajo todo su equipo, unas diez personas, incluida la telefonista. Antes del alba, por aquello de la diferencia horaria, hubo que estar allí. Buenos días, España: la salutación inicial del magacín tuvo un inevitable tinte canario. Su dominio ante el micrófono, los gestos, las órdenes, la primera utilización del ordenador, la esmerada selección musical, el aviso periódico de lo que ofrecían en ese momento otras emisoras… Todo, todo fue muy estimulante y aleccionador para quienes trabajábamos en una emisora entrañable donde lidiamos las primeras cuitas profesionales. Al terminar la emisión, nos reunimos todos, directivos, redactores, operadores y auxiliares en un almuerzo en torno a su figura, cerca de Los Rodeos.
         Experiencia personal y puntual al margen, es evidente que Protagonistas  es una notable obra radiofónica, es una contribución a la historia contemporánea del país, al tránsito democrático, a la consolidación del modelo constitucional y a la propia libertad de expresión. El programa, en todas las emisoras donde pudo ser sintonizado, ha formado parte de la vida de sus centenares de miles de oyentes y de la memoria de nuestra sociedad misma. Si algo merece ser denominado ‘clásico’, he aquí un título y un espacio que así debe ser considerado, que abrió surcos, que hizo de la información y del entretenimiento, del pluralismo y de la inmediatez, un brillante paradigma.
         Por todo eso, pese a los sinsabores del desencuentro final de la “Operación Vocento”, merced a la cual la COPE se ha quedado con los postes de ABC Punto Radio, donde Luis del Olmo, galardonado donde los haya, brindó sus últimos trabajos, se entiende que no quiera desconectar, que ya prepare alguna producción para seguir pegado al micrófono de su vida desde donde seguirá saluda, comentando y preguntando.
         Palabra de Luis.

martes, 19 de marzo de 2013

MENTIR EN CAMPAÑA

Entre otros factores del desencanto político y de la desafección que demuestra la población hacia la política, hay que consignar los incumplimientos de las ofertas programáticas, popularmente promesas, de candidaturas electorales.


Es la propia política la que tiene que parir ideas y producir alternativas que permitan superar ese estado cada vez más preocupante de rechazo y cuya máxima expresión converge en el “Todos son iguales”. Más política, se decía hace unos meses, cuando la crisis económica en la Unión Europea amenazaba no sólo con llevarse por delante a gobernantes sino al mismísimo euro. Se pensó en la tecnocracia como panacea pero ya se han visto en Italia los resultados: la contención del gasto, elevada al austericidio, no resuelve. Al revés, complica. Menos para bancos y grandes poderes económico-financieros.

El caso es que en España se produjo un gigantesco fraude electoral, con el consiguiente aumento de la incredulidad no solo hacia el partido gubernamental sino hacia la oposición. La similitud de porcentajes en diversas encuestas es significativa. Amplios sectores ciudadanos han perdido la fe, ya no tienen referencias a las que asirse, hasta el sistema se tambalea y genera una crisis de institucionalidad.

Desde Holanda llegan noticias en el sentido de que está prohibido mentir en campaña electoral. Que no se puede anunciar pleno empleo para que, al término de la legislatura, se incremente en cientos de miles el número de parados. O que el IVA no experimentará incremento y a los pocos meses el Gobierno haga todo lo contrario.

Los holandeses han creado una suerte de auditoría externa de programas electorales, si se quiere, una especie de detector de mentiras que escrutará los contenidos de aquéllos y expondrá públicamente sus conclusiones. Se trata de la Oficina Central de Planificación, organismo dependiente del Ministerio de Economía que, en tiempos electorales, elabora informes y estadísticas por iniciativa propia, a petición del Gobierno o del Parlamento o de cualquier otro organismo oficial. Se asegura que su trabajo es muy útil para muchos votantes indecisos.

La Oficina no recomienda ni sugiere el voto sino compara las distintas propuestas electorales, especialmente en materia económica. Su trabajo ha sido asimilado en el Reino Unido. El trabajo de auditoría tiene una finalidad principal: aportar más claridad y lograr que los candidatos hagan un uso correcto de la política, especialmente durante la campaña.

O sea, que no engañen, que no anticipen hechos que luego no podrán materializarse. Otro debate es el cúmulo de explicaciones que se ofrezca para justificarse: desde herencias a incapacidades, coyunturas, estrategias y otros intereses políticos. Pero, al menos, el electorado dispondrá de sólidos elementos para comparar y obrar en consecuencia.

El caso es que los partidos se sientan fiscalizados, so pena de que instrumentos como esta Oficina Central de Planificación les pongan aún más en evidencia, especialmente después de campaña. ¿La veremos en España?

domingo, 17 de marzo de 2013

CONECTIVIDAD AÉREA


“Hay intención de compra por parte de los turistas de Alemania y capacidad de compra. Pero falla la conectividad aérea”, ha venido a decir Jorge Marichal, presidente de Ashotel, la patronal hotelera. Es una de las conclusiones extraídas de la última edición de la Feria Internacional de Berlín, junto con la de Londres, ya se sabe, uno de los termómetros para medir las tendencias de los mercados turísticos europeos, vitales para Canarias.
            Se explica, entonces, la ofensiva en dos direcciones que se ha registrado en fechas recientes: por un lado, la necesidad de revisar el importe de las tasas aéreas (reducción de un 20%, piden los empresarios hoteleros); y por otro, la ampliación horaria en el aeropuerto Tenerife-Norte “Los Rodeos”, una vieja aspiración que ha chocado con imponderables de distinta naturaleza y consideración.
            El empeño de operadores turísticos, de agentes sociales y hasta de instituciones públicas es respetable: todos se aferran al turismo como sostén de la economía productiva y todos son conscientes de que es preciso estimular y consolidar factores que robustezcan la competitividad, única manera de que los mercados sigan interesados en un destino con atractivos naturales evidentes pero que también precisa de otros reclamos para captar segmentos y preferencias especializadas.
            Pero ese empeño colisiona con dificultades que van surgiendo en la actividad cotidiana. Así, por ejemplo, las expectativas no satisfechas de una sobreoferta de asientos aéreos motivada por los supuestos efectos positivos de la denominada “Primavera árabe” que no se tradujo efectivamente al constatarse una recuperación parcial de Túnez y Egipto. Ello obliga a un replanteamiento en las estrategias comerciales del conjunto de la turoperación, basado en la adquisición de plazas aéreas según evolucione la demanda. El problema es que las aerolíneas han suprimido vuelos y frecuencias, lo que equivale a un aumento de precios.
            De ahí que se insista en petición de bonificaciones pues las que aplica el Gobierno de España en determinados días de la semana no convence al sector, dado que los turoperadores deben reordenar sus dispositivos de trabajo frente a la concentración que, teóricamente, favorece la optimización de sus recursos humanos y materiales. Más peso parece tener otro argumento: el de los agravios deducidos. Mientras las tasas aéreas se incrementan un 8%, el importe del billete de AVE en la península se abarata un 11% y los descuentos aplicables pueden alcanzar el 70%.
            Entonces, ciñéndonos al siempre importante mercado alemán, si falla la conectividad aérea, por muchas intenciones y por mucha capacidad de compra que se advierta en sus clientes y usuarios, la situación futura peligra. Y como no es cuestión de ceder cuotas -recuperarlas es un ejercicio muy costoso-, habrá que esmerarse para conquistar ciertos objetivos que, en definitiva, sólo contribuirán a ser más competitivos.

sábado, 16 de marzo de 2013

"ARREGLEN SUS HOTELES"


Habrá sorprendido al vicepresidente primero del Cabildo Insular, al gerente del Consorcio y a los técnicos responsables del Plan de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad del Puerto de la Cruz, que algunos asistentes a una sesión de presentación de sus contenidos celebrada días pasados en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) hayan insistido enfáticamente en la voluntad de hacer realidad el proyecto del puerto de la ciudad.

Uno de ellos llegó a leer un poema, escrito desde los sentimientos que alberga la frustración de una aspiración secular y que por ahora se agita en los despachos donde la inevitable burocracia fragua parte de sus decisiones. Otro imploraba las fechas de comienzo de las obras. Y otro, acaso más realista, preguntaba por qué no conservar y mejorar lo que actualmente se tiene antes que meterse en aventuras cuyo final es bastante impredecible en los tiempos que corren.

Se cruzaron las miradas de los asistentes. Pero las reacciones fueron de lo más respetuosas y caballerosas. Carlos Alonso, el vicepresidente, ofreció la información más reciente, de horas antes: ese mismo días, se había reunido la mesa de contratación que abría las plicas de las dos ofertas presentadas al concurso convocado por la administración portuaria. No tenía los resultados, obviamente, conocidos el día después según se hizo público: las dos empresas incumplen determinados requisitos, luego se les concede un plazo para subsanar las anomalías. Eso es frecuente en actos administrativos de esta naturaleza. Será después cuando el órgano correspondiente, examinada toda la documentación, valore las ofertas presentadas y se decante por aquélla que estime en mejores condiciones para hacer viable el proyecto.

De todos modos, el vicepresidente primero del Cabildo Insular explicó a renglón seguido algo que fue más llamativo. “Yo comprendo el interés de los portuenses por este asunto -vino a decir- pero en todas las promociones y en todas las reuniones con el sector a las que asisto, en las que están empresarios y turoperadores, nadie, absolutamente nadie, me pregunta por ese proyecto. En cambio, en todas, sí que me insisten: arreglen sus hoteles”.

Esta es la realidad más palpable. Válida para interpretar que la alternativa del puerto para atraer más turistas es, cuando menos, discutible. O lo que es igual, en los núcleos donde se fragua el negocio turístico, en el contexto de la turoperación, de lo que se habla es de un parque alojativo, hoteles y apartamentos, que deben mejorar, aún más de lo que ya se ha hecho.

Por lo demás, ese Plan de Modernización (por abreviar) va configurándose como un trabajo sólido para saber lo que aguarda el porvenir. Se camina hacia un modelo que pretende reafirmar las características o las singularidades de un destino turístico diferenciado. La marca y producto Puerto de la Cruz se basan en el concepto de la competitividad con todas las consecuencias. Si se quiere competir, si se quiere hacer frente a tendencias de mercado, si se quiere cualificar ese producto, hay que innovar y mejorar. Y como la experiencia es un grado, mejor dicho: un activo, que se aproveche también.

Por cierto: sólo dos concejales de la oposición asistieron a esta presentación. La incredulidad inicial del gobierno local hacia el Consorcio de Rehabilitación Turística debe verse superada de una vez. Porque si no se pone interés o empeño para el seguimiento de sus actuaciones desde el Ayuntamiento, difícilmente saldrán adelante algunas cosas.

Porque el Consorcio, desde luego, no nació para afrontar un plan de repavimentación y acondicionamiento de vías públicas.


viernes, 15 de marzo de 2013

DIOS LE GUÍE


A medida que las informaciones sobre los perfiles y la personalidad del nuevo Papa hacen que vaya remitiendo la sorpresa inicial de su elección, la percepción es la misma que antes de celebrarse: quien quiera que fuese, independiente de nacionalidad, tendrá que pilotar la Iglesia católica de modo que ofrezca respuestas claras a las exigencias del propio catolicismo y de la sociedad del siglo XXI.
         El problema no es sólo los escándalos sexuales de algunos de sus miembros o los indicios racionales de corrupción sino el inmovilismo. A una institución cabe exigirle siempre aperturismo, transparencia. Y sobre todo, un posicionamiento claro y solidario ante medidas de poderes terrenales que frenan el progreso y los avances sociales.
         El nuevo pontífice sabe bastante de lo que son las demandas y aspiraciones de capas de población de jun país y de un continente que tienen en la Iglesia católica una referencia. Es su fe, es su credo lo que les mueve. Pero a estas alturas de la Humanidad ya no basta con una entusiástica concentración en el curso de una visita papal o con una liturgia de impecable e impactante ejecución.
         Los primeros gestos de Jorge Mario Bergoglio, de Francisco I, son esperanzadores. Las informaciones que van llegando sobre su pasado son esclarecedoras, aunque se mantengan sombras de duda. Pero no estamos aquí para enjuiciar su pasado sino para afrontar el porvenir con otro talante o con otra perspectiva. Claro que la humildad de las formas debe estar acompañada por la iniciativa y la firmeza de las convicciones para dar pasos a favor de querer abrir nuevos caminos que nos hagan ver la nueva Iglesia. Y es que inspira cierta seguridad su condición de jesuita.
         No se quiere un Papa revolucionario sino un pontífice emprendedor, transigente, consciente de que ha de modelar y operar en un cuerpo que tiene más seguidores que nunca. Consciente de que poco tiene que ganar ante el laicismo y mucho ha de reformar para superar la desafección y la creciente pérdida de fieles.
         Habla castellano y procede de un continente de especiales características en el plano sociológico. Además del gobierno de la Iglesia, tiene por delante la inmensa tarea de incentivar la fe y de modernizar estructuras y usos.
         Por usar su fraseología inicial, Dios le guíe y le bendiga.

jueves, 14 de marzo de 2013

LA TORMENTA PERFECTA


La de Ponferrada (León) fue, la semana pasada, la tormenta política perfecta. Miren que todas las mociones de censura en instituciones y corporaciones tienen una intrahistoria a cual más digna de figurar en relatos de miseria, componendas y ambiciones, pero la de la localidad leonesa, desborda todos los cálculos, hasta el punto de haber producido una de las más graves crisis interna y de credibilidad que se recuerdan en el seno de la dirección de la organización socialista. Tal es así que no resulta exagerado evaluar que parece llamada a marcar un punto de inflexión en el proceso que sigue a las derrotas electorales. ¡Quién lo iba a decir! Una moción de censura en un modesto ayuntamiento de provincias como punto álgido de una crisis y como reflejo de un progresivo deterioro que es fruto, por otro lado, de dos corrientes: de la inhibición, por un lado; y de la despreocupación, por otro.
La tormenta política perfecta es la concatenación de errores, a duras penas paliada por las tardías decisiones de querer dar marcha atrás sobre hechos consumados. Tuvo la dignidad uno de los responsables de reconocerse cegado por querer dejar fuera del juego político a un acosador sexual condenado. El mismo, por cierto, que gozó de un respaldo ciudadano que le colocó, con cinco concejales, como árbitro de una gobernabilidad que se resistía hasta hacerse insostenible.
Pero la ceguera, la cerrazón, no es buena consejera. Ni en política ni en nada. Y aunque parezca tan al alcance el poder, otra alcaldía –“dimito al día siguiente”, anticipó el ex alcalde acosador-, se ha vuelto a demostrar que no todo vale en política. En la cadena de errores, no se valoró suficientemente el significado de apoyarse en un delincuente, aunque estuviera elegido por el pueblo. Y mucho menos, para más inri, que el pleno, con todos los votos controlados, se celebrara el Día Internacional de la Mujer. La vieja teoría: toda mala situación tiende a empeorar. Cuando se esgrime la ética cívica, hay que acreditarla, máxime para desmarcarse de comportamientos oscuros y reprochables, sobre todo en una época en la que el rechazo y la desafección hacia la política siguen en aumento.
Fallo tras fallo, que resultan difíciles de entender en un partido que se supone cuenta con estrategas, analistas y dirigentes que prevén todos los escenarios -al menos los de las decisiones trascendentes- antes de dar luz verde a operaciones tan delicadas como un cambio de gobierno.
La tormenta estalló, y de qué manera. Hasta las rectificaciones y las exigencias inútiles. Quedaban pocos parapetos de defensa: terminaba siendo débil el más recurrente: la alcaldía, en su momento, fue para el Partido Popular gracias a los votos del condenado por acoso sexual en aquel “Caso Nevenka” de infausta recordación. De eso no se habla mucho, claro, pese a que sirve para contrastar las varas de medir a la hora de enjuiciar políticamente lo sucedido, aunque muchos, seguro que conscientes de tal circunstancia, aprovecharan para derivar hacia la falta de liderazgo, el desgobierno, las incoherencias y otras debilidades del Partido Socialista Obrero Español que no se ven, claro, en otros partidos.
Pero bueno, el paisaje después de la tormenta no puede ser más desolador: el acosador cumplió su palabra y murió matando –incluso piezas con las que no contaba- y el PSOE se quedó sin alcaldía y sin representación institucional. El tiempo dirá si las heridas abiertas son cicatrizables. Y los ciudadanos de Ponferrada ya saben lo que les espera. Porque hubo tormenta pero no se cree que haya milagros. Ni siquiera calma. 

miércoles, 13 de marzo de 2013

GASTO TURÍSTICO EXTERIOR


Es de esos datos que llaman la atención e inquietan: el gasto del turismo emisor español ha descendido a niveles del año 2005. En efecto, la balanza de pagos del Banco de España refleja que los turistas españoles que salieron al extranjero en 2012 gastaron algo más de once mil novecientos millones de euros, un 4,15% menos que el año anterior.
            No es de extrañar, ciertamente. Es una puerta desde la que se accede a la constatación de la crisis: menor poder adquisitivo, menor capacidad de consumo, gastos prescindibles… Este porcentaje es revelador de la recesión económica que sufre el país y, si nos apuran, hasta explica aquellas declaraciones del ministro Soria del verano pasado cuando recomendaba -para contrariedad del sector de agencias de viajes y operadores turísticos- que se hiciera “siempre” turismo interior.
            Lo cierto es que cuando se inició la crisis, allá por 2008, ya se advirtió una primera caída interanual del gasto de viajeros españoles fuera de nuestro país, un -3.7%. La recuperación  en 2010 llamó poderosamente la atención, un +4.8%; hasta que volvió a flojear un año después con un -1,9%. Puede afirmarse que después de haberse disparado, coincidiendo con el período de bonanza al calor de la poco célebre burbuja inmobiliaria, los niveles de gasto de los turistas españoles en el exterior rondan los doce mil millones de euros, similares a los de hace ocho años.
            Hay quien hace, de todos modos, una lectura positiva de este indicador: el descenso de los viajes de los españoles al exterior ha propiciado el incremento del superávit en la balanza de pagos. Así se refleja en los informes del Banco de España: en 2012, los ingresos por turismo sólo crecieron un 0,65%, hasta alcanzar los cuarenta y tres mil trescientos seis millones de euros. La citada balanza refleja que el descenso ha permitido incrementar el superávit en un 2,6%.
            El reciente cierre de una firma especializada, sobre todo el con preocupante añadido de la destrucción de miles de puestos de trabajo, incide en el inquietante dato del principio. España descendió en 2012 desde la undécima a la decimooctava posición del elenco mundial de países emisores de turistas. De ahí que aquellas recomendaciones del ministro Soria fueran contestadas desde un importante sector: se había olvidado de que en España hay más de seis mil agencias de viajes que dan trabajo a más de cincuenta y cuatro mil personas y facturaron ocho mil millones de euros.
            El contraste sirve para apreciar que turismo somos todos y que, aunque el equilibrio y la satisfacción plena de los subsectores son difíciles de lograr, hay que ponderar el papel de cada uno de ellos para evitar desequilibrios e inestabilidades que agraven la crisis.

martes, 12 de marzo de 2013

MATO, DE SUSTOS Y CONTRATIEMPOS


Plantón con rectificado de los corresponsales. Lesiones causadas por personal de su seguridad a una periodista. Y anuncio de acciones judiciales contra todos quienes la estén difamando.
            No gana para sustos la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, en el punto de mira por los vínculos de su ex esposo con esa gigantesca trama de corrupción que responde por Gürtel. Ha resistido los embates y los temporales en los que siempre flotó la palabra dimisión que, por ahora, no se ha producido, pese a algunas evidencias de responsabilidad política. Entre el desconocimiento alegado, la defensa propia basada en la atribución exclusiva de actuaciones a su ex marido y el respaldo del presidente del Gobierno, se mantiene en su cargo, sin intenciones de renuncia.
            Pero la ministra Mato sabe que está en el ojo del huracán y que le resultará difícil salir de su órbita pese a sus propias convicciones. No es que la hayan ayudado los silencios mantenidos -acumuló meses sin comparecer en sede parlamentaria- sino que, además, las circunstancias propician que cada salida, cada contacto será una auténtica prueba de resistencia y de habilidad para sortear una presión que persistirá mientras algunos hechos no sean esclarecidos.
            Y eso que las rectificaciones formales hablan a su favor. Por ejemplo, cuando acude a una sesión de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer de la ONU, en Nueva York, y hace una convocatoria de prensa a los corresponsales acreditados, advirtiendo que no habrá preguntas, se retracta a la vista del plantón dado por los profesionales (¿Qué habrán pensado, por otra parte, quienes ejercen el oficio en una de las democracias más avanzadas, donde la libertad de expresión es intocable?). Reconsideró y atendió a los periodistas que preguntaron lo que quisieron, quizá para hacer entender a la ministra que ese es su deber. “Sin preguntas no hay cobertura”, circuló en una red social.
            Algo similar sucede cuando acude, en Málaga, a un acto público conmemorativo del Día Internacional de la Mujer. Un miembro del personal de seguridad de la ministra causó lesiones a una redactora de Antena 3 Televisión, después de haber sido golpeada, según su propio testimonio. Sufre rotura del radio de la mano derecha que le tendrá de baja médica durante tres semanas. Enterada la señora Mato, telefoneó a la periodista para disculparse por lo sucedido, interesarse por su estado y ponerse a su disposición para lo que pudiera necesitar.
            La ministra Mato, por último, anuncia acciones judiciales contra quienes, según su interpretación, la están difamando al hacer públicos los pormenores de unas actividades empresariales desarrolladas a título particular. Está en su derecho de defenderse si considera su honor lesionado o si se siente injuriada.
            En fin, que Ana Mato debe ser consciente de haga lo que haga, y diga lo que diga, mientras se mantengan las circunstancias, tendrá sobre sí el foco de la atención mediática. La experiencia le debe estar enseñando a no cometer más errores ni a refugiarse en silencios que, según se ha demostrado, no son nada rentables.
            Por lo tanto, convocatorias de prensa sin mordaza e indicaciones de buen trato a los trabajadores que están ahí para cumplir con su deber. En la defensa jurídica personal, nada que objetar.
            

lunes, 11 de marzo de 2013

SOBRESALIENTE ALFREDO


La directora adjunta de La Razón,  Carmen Morodo, le definió como “un maestro de la oratoria”. Pero en Facebook , un usuario de los que intervenía en el seguimiento de la entrevista, escribió que “el pasado pesa y con buenas palabras ya no se llega a ningún lado”.
         El caso es que Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE, salió bastante airoso de una larga comparecencia en uno de los programas estelares del fin de semana televisivo, El Gran Debate (Tele 5), cuyo conductor explicó que el jefe de la oposición había acudido sin condicionantes previos de ninguna clase, ni de periodistas ni de preguntas o asuntos. Que se pondere o destaque tal hecho es natural, después de todo lo que ha venido ocurriendo en la presente legislatura en la relación mediática con el Gobierno, especialmente con el propio presidente.
         Era una especie de recta final para Rubalcaba, que daba la cara aun fresco y abierto el deprimente episodio de Ponferrada (León), y después de lo sucedido con los socialistas catalanes y gallegos que decidieron ir por libre y dar jaque en asuntos trascendentes no sólo para el devenir político en Catalunya sino para la propia organización, enfrascada en un debate ideológico que, teóricamente, debe significar una renovación y un salto cualitativo en los modelos de sociedad y política que ha de acometer en el futuro inmediato.
         El secretario general de los socialistas españoles estuvo tan diestro como en aquel debate electoral de noviembre de 2011 cuando utilizó toda la esgrima dialéctica ante un adversario que, de antemano, se sabía ganador, por muy mal que le fuese. Aquella noche Rubalcaba preguntó, pidió, solicitó, inquirió… Quería saber qué iba a hacer el candidato conservador con cuestiones que importaban para el futuro de los españoles. Se le llegó a acusar de entrevistador-fiscal. Que recordemos, no hubo muchas respuestas concretas. Por ello fue el anticipo, fueron los preliminares de una peculiar trayectoria gubernamental, caracterizada por los incumplimientos o por la ejecutividad totalmente contraria a lo que, entre vaguedades e indefiniciones, ofertaba o programaba.
         Pero ciñéndonos a la entrevista de Tele 5, pulcra en las formas, se vio un político baqueteado, comprometido, sin rehuir, franco, autocrítico, persuasivo y contundente. Fue respetuoso, valiente, tolerante, más descriptivo que calificador en los asuntos más delicados. “El día que deje de sufrir con los problemas de la calle, dejaré la política”, acaso fue la confesión más sincera de quien se sabe al frente de una organización que debe mantener vertebrada y cohesionada en las horas más difíciles de la democracia española desde 1977 y de la propia política, que no puede prescindir de los valores que atesora el secretario general de los socialistas españoles, independientemente de que esté gastado o se le considere como una rémora del pasado más reciente.
         Alfredo Pérez Rubalcaba, que se mantuvo firme en  sus convicciones europeístas, que abogó por un modelo económico alternativo, que defendió el diálogo para hacer encajar la organización político-territorial del Estado, que reafirmó la lucha contra la corrupción, que reconoció los tiempos borrascosos para la política y que fijó la posición -tras el reconocimiento de un error- ante el nuevo alcalde de Ponferrada, exhibió sus dotes dialécticas, claro que sí. Pero más importante fue la impresión de haber transmitido con solvencia lo que los suyos y los progresistas quieren oír, aunque muchos habrán quedado insatisfechos, naturalmente.
         Y es que un político, por muy sabio que sea, no contenta a todo el mundo. Aunque, como Alfredo, haya estado sobresaliente.

viernes, 8 de marzo de 2013

ENTRESIJOS DE UN PUERTO POR CONSTRUIR


A medida que se vayan conociendo los entresijos de las condiciones en que va a ser construido el puerto (¿y el parque marítimo?) del Puerto de la Cruz, descubriremos el valor de algunas decisiones, la coherencia seguida en la fijación de posiciones y la visión concebida en torno a una actuación que incide directamente en el futuro y el desarrollo de la ciudad.
       El próximo lunes, por ejemplo, la mesa de contratación que ha de evaluar las dos ofertas presentadas para la materialización del proyecto conocerá, ya en fase documental, el contenido de aquéllas y sus planes de obras. En la información periodística que ha trascendido sobre el particular, no sólo se reconoce el impacto mediático sino la máxima voluntad de transparencia con que los promotores y supervisores del procedimiento quieren conducirse. Claridad y rigor, parecen ser las máximas. Nada que objetar, desde luego.
       Como se ha repetido, contar con una infraestructura portuaria ha sido una aspiración secular de los portuenses. Han cruzado en ese sentido la frontera de la ansiedad, de tal modo que apenas reparan en las fórmulas para materializar la iniciativa. No se exagera si se dice que les da igual. Lo que quieren es ver embarcaciones ¡y cruceros! ya, como cada vez está más extendido. Si se pierden terrenos municipales, si se cede patrimonio o esfuerzo de generaciones de portuenses, si va a ser necesario hasta pagar por acceder o utilizar las instalaciones, si son otros los que vienen a hacer negocio, da lo mismo. Hay quienes creen que esa actuación es la panacea y por tanto, la urgen. Les es indiferente que se hipoteque el futuro indefinido de generaciones venideras. La relatividad -mejor dicho: las relatividades, en todos los sentidos- no forman parte de sus esquemas mentales.
       Veamos un ejemplo. Que la empresa adjudicataria tenga que abonar a la administración portuaria, en concepto de canon anual, la cantidad de 468.290 euros, pone de relieve, entre otras cosas, el valor del suelo sobre el que se va a mover. Y se supone que habrán hecho los correspondientes estudios económico-financieros con tal de lujo de detalles que la cuenta de resultados de la operación tenga resultados favorables mediante la amortización más conveniente. Los tiempos no están para perder dinero, desde luego.
       Por eso, procede recordar el pleno ordinario del Ayuntamiento de 30 de enero de 2006, cuando el gobierno local, con el mismo presidente que ahora, planteó, por la vía de urgencia, incluyéndola en el orden del día  -después de haberlo omitido en la junta de portavoces, celebrada la misma fecha-  la aprobación de un ‘Protocolo general de colaboración entre la Consejería de Infraestructura, Transporte y Vivienda del Gobierno de Canarias, Cabildo Insular y el Ayuntamiento, relativo a la actuación Puerto del Puerto de la Cruz’. El protocolo reemplazaba a la fórmula de convenio marco que habíamos promovido en el mandato anterior (1999-2003) y que, tras contar con la aprobación de Cabildo y Ayuntamiento, consignaba un consorcio entre administraciones, pendiente solo de la adhesión del ejecutivo autonómico. En el texto se requería la aportación de cada una de las partes consorciadas. Por tanto, era necesario valorar los terrenos del campo de fútbol de propiedad municipal, la concesión administrativa a favor del Ayuntamiento del parque marítimo y la escollera construida con recursos municipales propios. Este era, básicamente, el patrimonio que aportaba el municipio y de cuya valoración aún se está pendiente. Y lo que es peor: por la evolución de los acuerdos, se deduce que los portuenses lo han perdido.
       El Grupo Municipal Socialista de entonces hizo, en un tiempo récord, un generoso trabajo de enmiendas y alternativas, orientado a la defensa de los intereses generales de la ciudad y del patrimonio público de sus habitantes. Y como quería demostrar su identificación con la aspiración -el acta de la sesión es un valiosísimo documento para entender la secuencia de los acontecimientos e incluso los antecedentes- votó abstención -pese al rechazo sistemático del trabajo y al desprecio de lo gestionado en el ciclo anterior- para despejar cualquier sospecha de obstruccionismo u obstaculización.
       Transcribimos del acta, a título de muestra, las esclarecedoras manifestaciones del portavoz de la representación institucional del PSC-PSOE, Antonio González Pérez:
       “Está en el convenio marco la ejecución de obras del muelle deportivo. Su financiación la asumía el Gobierno de Canarias, y el de Garachico, según acuerdo del que se hablaba, lo asumía el Cabildo Insular. Además, estaban previstos los convenios específicos que había que desarrollar que eran fundamentales para este Ayuntamiento, en los que había que cuantificar el patrimonio más las inversiones que había hecho así como la propia concesión administrativa que le fue otorgada por la Dirección General de Costas. Todo eso había que valorarlo para saber cuál era exactamente el patrimonio que ponía este Ayuntamiento”.
       Y seguía González Pérez explicando:
       “Había otras dos ideas, siempre claras: el puerto tendría carácter público, tenía que ser asumido por la Administración. Hay en la hemeroteca manifestaciones en ese sentido. En el parque marítimo es donde tenía cabida, mediante concesión administrativa, la empresa privada. Estamos hablando del “filón” o del “diamante en bruto” que supone toda esa superficie (233.000 metros cuadrados) que representa el horizonte, la expectativa de recuperación del prestigio de la ciudad del Puerto de la Cruz, por el que nosotros tenemos que velar, estar ahí y no dejarlo en manos del Gobierno de Canarias”.
       El acta, desde luego, es un  documento digno de ser recomendado como lectura y como prueba de los diversos enfoques que se tienen sobre esta actuación en un tramo del litoral portuense, importante, sin duda, para el desarrollo del municipio.
       Lo dicho: se irá conociendo pormenores que explicarán -es de esperar- algunas determinaciones. La principal: si la operación es o no beneficiosa para la ciudadanía, para las generaciones futuras de portuenses. Veremos si los pasos dados van en la adecuada dirección y si los fantasmas de la especulación siguen sin aparecer.
  

jueves, 7 de marzo de 2013

NI PERIODISMO NI CIUDADANO


Empezamos a acostumbrarnos a definiciones o frases que condensan el estado de la profesión o del periodismo en su conjunto. Expertos, veteranos o periodistas en activo de contrastada solvencia nos obsequian, de vez en cuando, con algunas apreciaciones, merecedoras de titular, desde luego, y por consiguiente, excelente anticipo de una lectura sosegada para interpretarlas y para reflexionar. Aunque parezcan frases hechas u ocurrencias, van más allá. Quién las dice y por qué las dice: esas son las cuestiones.
Es el caso reciente de Manuel Núñez Encabo, presidente de la comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de las Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), quien, en el curso de la apertura de una convocatoria hecha por una organización profesional especializada, sentenció que “lo que se ha dado en llamar ‘periodismo ciudadano’, la mayoría de las veces ni es periodismo ni es ciudadano”.
Núñez parte de la premisa negativa, “no se puede sustituir a los profesionales del periodismo para hacer su función”, para advertir de una cierta desnaturalización del hecho periodístico que propiciaría incluso el intrusismo profesional que encontraría amparo o cobijo en el empleo de las nuevas tecnologías y en las redes sociales de tan ilimitado ámbito. Por eso, se apresura a distinguir entre el periodismo y las informaciones que circulan a través “del océano de las redes sociales”. En una clara voluntad de explicar sus consideraciones, el presidente de la citada comisión de la FAPE aseguró que “las autopistas tecnológicas son muy importantes, pero lo fundamental es qué transportan. Sin contenidos, las redes no sirven para nada, no nos llevan a ninguna parte”.
En realidad, Núñez Encabo está tratando de centrar un debate -puede incluso que más de uno- que necesita clarificación y despejar algunos conceptos básicos. Se acepta -así está recogido en Wikipedia- que el periodismo ciudadano es aquel que desarrollan los ciudadanos y no las empresas de comunicación mediante la recopilación, análisis y difusión de las informaciones de forma independiente. En Cibercorresponsales, una red social de jóvenes periodistas, se define el periodismo ciudadano como “movimiento periodístico en el que son las ciudadanas y los ciudadanos quienes se convierten en informadoras e informadores”. Abunda esta red en las características de esta modalidad, sustanciada en la participación ciudadana: favorece -señala- el trabajo colaborativo, esto es, la posibilidad de aportar y recibir contribuciones de la red de comunicadores que colaboran entre sí. Es horizontal -continúa- lo que implica la inexistencia o la reducción de la jerarquía mediática.
Otras características del denominado periodismo ciudadano, según la versión de Cibercorresponsales, son que hace posible la independencia de poderes mediáticos como las empresas o partidos políticos; que explora otras formas periodísticas trabajando con principios como la subjetividad asumida o la suma de subjetividades y que reduce los intermediarios, incluyendo la posibilidad de que las mismas fuentes informativas y protagonistas de los hechos se conviertan en comunicadoras y comunicadores.
Y otros dos valores añadidos: ser pedagógico y permitir realizar un trabajo con una cantidad menos limitada de fuentes.
Pero, pese a estas características, resumidas en el derecho de libertad de expresión, la concepción de periodismo ciudadano es bastante relativa. Carmen del Riego, presidenta de la FAPE, es concluyente: “No es periodismo”. Y se explica: “No todo ciudadano puede ser periodista porque se encuentre una noticia en la calle. Puede ser una fuente para un periodista, pero no un periodista”. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

CONTROVERSIA EN EL LAGO


En su día, la playa fue arrebatada al pueblo para dejar paso a una de las más serias transformaciones del litoral que la mano del hombre hubiera emprendido. La obra reportó una considerable fuente de riqueza para el municipio y se convirtió en santo y seña de su progreso y de su estatus turístico. Para compensar aquella sustitución, instalaciones modernas por playa natural, para que los portuenses siguieran identificados con algo suyo, que les pertenecía, las corporaciones se inventaron y prolongaron tarifas bonificadas para oriundos o residentes. Era otra manera de incentivar su uso y de seguir atrayendo su atención, solo que con las dotaciones de una infraestructura que modificaba sustancialmente el dominio público marítimo-terrestre, desde San Telmo hasta el charco de la Coronela, que esos son los límites, más o menos exactos, del complejo turístico “Costa Martiánez”, popularmente conocido por el Lago.
            De nuevo soplan vientos de privatización, término que no emplean quienes defienden la opción, debe ser porque no suena bien, porque repele, porque la población no termina de asimilarlo o lo asocia a algo que signifique limitación o pérdida de uso y de identidad. Prefieren gestión indirecta, consecuencia de la concesión administrativa, figura perfectamente legal que en el Puerto de la Cruz tiene numerosas aplicaciones. Pero el debate, si es que se mantiene, no es semántico: es determinar si el Ayuntamiento representativo de los ciudadanos decide continuar la explotación del complejo de forma directa con todas las modulaciones de las prestaciones de los servicios que sean menester; o si se desentiende del todo -no se asuste nadie por la forma verbal, eso es lo que sucederá- convocando el correspondiente concurso y adjudicando a la iniciativa privada la susodicha explotación. Es decir: yo te cedo, tú me ingresas y tú te encargas de todo. Qué fácil, ¿verdad?
            Como si no existieran razones éticas y sentimentales para hacer ver lo contrario. Y como si no hubiera alternativa a la modalidad que, por lo visto, se quiere escoger. Ya han puesto la estabilidad de los trabajadores por delante, como si los antecedentes de casos similares no fueran lo suficientemente inquietantes. Y ya ha dicho el gobierno local que la nueva  normativa apremia y hay que cumplirla. Vaya, qué diligentes. Pocas veces antes la producción legislativa salvó los afanes privatizadores -tan de moda ahora- que dormían en las gavetas o eran omitidos -premeditadamente, por supuesto- en los programas electorales. Como ya reclaman consenso algunos agentes, que piensen en una consulta participada o en dejarlo para los próximos comicios previa inclusión programática de quienes abogan por la fórmula.
            La controversia empieza a latir. La gestión directa aún es posible; necesitada, eso sí, de un plan de perfeccionamiento. Pero si no queda más remedio, que sea una empresa mixta -a ser posible con capital público mayoritario, para que no quede la mínima duda de quién es el dueño- la que asuma la explotación, con plenas garantías de prestación profesional de primer nivel y de beneficios para el pueblo. Para que éste siga apreciando lo que es suyo, no más.

martes, 5 de marzo de 2013

GRACIAS TONY RONALD, SIEMPRE PEDIREMOS 'HELP (GET ME SOME HELP)'


La noticia entristeció aún más la borrascosa tarde del pasado domingo. Muchos le recordábamos como el ganador de la sexta y última edición del Festival Internacional de la Canción del Atlántico, celebrada en mayo de 1971 en el parque San Francisco del Puerto de la Cruz. Tony Ronald dejó de existir. Un tipo simpático, un cantante que conquistó por sus canciones pegadizas y sus ritmos desenfadados, un exponente del ‘pop’ que venía de fuera y que supo imponerse en España, especialmente en la del verano y la de tendencias aperturistas a través de la música.
            Su triunfo de aquel año lo basó en Help (get me some help), traducido en un llano Ayúdame que memorizamos sin mayores problemas. El paréntesis, probablemente, fue para diferenciarla de la canción de The Beatles. Tony Ronald representaba a Holanda y cantó aquella composición de Daniel Vangarde con verdadero entusiasmo. Fue favorito desde la primera noche, tal es así que también se llevó el Premio de la Crítica, en el que pudimos participar y votar. Colaborábamos entonces con el periódico La Tarde, dirigido entonces por el inolvidable Alfonso García Ramos.
            Aquel fue un festival extraordinario. El certamen se había ganado un sitio al lado de los más destacados de esta fórmula musical que servía para proyectar a artistas y compositores. “¿Un festival más o más que un festival?”, titulaba a grandes rasgos un periódico de la época. Se desarrolló durante las noches del 20, 21 y 22 de mayo, televisado vía satélite. Las emisoras de radio también estuvieron presentes en el recinto portuense. Dos presentadores de lujo, Raúl Matas e Isabel Bauzá. Director de la orquesta (en la que había destacados músicos canarios), el maestro Rafael Ibarbia, cariñosamente reconocido como “Las espaldas más famosas de España”.
            Tony Ronald ganó entre veinte canciones finalistas, entre ellas siete españolas. En esa edición descubrimos a Gloria y a Camilo Sesto que cantó un tema de Juan Pardo. El cantante holandés tuvo en The Flirtations, un trío femenino musicovocal que interpretó la pegadiza ‘Oh, mía bamba’, a su más difícil rival. También destacó el francés Daniel Tomey y la portuguesa Madalena Iglesias anticipó a los espectadores el poderío de su voz. La italiana Dominga, con Oli-olé Oli-olá, se ganó las simpatías del graderío pero su canción era inferior a las relacionadas anteriormente.
            Las tres sesiones del festival contaron con actuaciones estelares de intérpretes ya consagrados. Tara y el malogrado Nino Bravo cantaron la primera noche. Mari Trini y Miguel Ríos lo hicieron la segunda. Rita Pavone y Karina cerraron la sexta edición antes de que Tony Ronald repitiera Help. Era lo que se llamaba el “fin de fiesta”, un broche de lujo tras la competición musical.
            Pero el certamen no volvió a celebrarse. El Ayuntamiento portuense no podía correr en solitario con los gastos de producción, que se habían elevado considerablemente. Y los apremios sociales empezaban a notarse en una ciudad que disfrutaba de cierto esplendor. Pese a que la promoción era indiscutible, incluso en el plano internacional, los responsables políticos de la época, es probable que sin mucho respaldo empresrial, tuvieron que poner punto final a la iniciativa.
            El holandés versionó en varios idiomas la composición de su amigo Vangarde. Y la paseó durante años, incluso como banderín de enganche de sus producciones con otras figuras legendarias del ‘pop’ español.
            Gracias, Tony Ronald. Siempre pediremos Help (get me some help).