miércoles, 7 de noviembre de 2012

OBAMA, QUÉ BIEN

En la madrugada permanentemente lluviosa, con las calles inundadas vistas desde el balcón, el anuncio de la victoria de Barack Obama suena bien, reconforta. Era una victoria cantada pero las encuestas apretaron tanto con tal de dar emoción que alguna duda suscitaron y hasta alimentaron la ilusión de quienes consideran al reelegido presidente un comunista. Un comunista Obama, vaya por Dios.
Luego, en los atascos monumentales de la autopista, los corresponsales radiofónicos envían informaciones de urgencia mientras declinaba el recuento y comprendemos mejor la grandeza la democracia. Hablan del voto hispano. Se ha hablado mucho castellano en este proceso. Y eso también emociona. Los primeros testimonios de vencedor y derrotado son sensibles, cada quien en su tono. Romney, que tardó más de lo esperado en reconocer su revés, demuestra entereza justo en el momento de pasar a la historia.
Aguardemos análisis y repercusiones. La crisis no se ha llevado por delante a Obama cuyo triunfo, en cualquier caso, despierta menos expectativas que el anterior. Nos preguntamos si es posible otro mundo, otra Europa en el segundo mandato del presidente reelegido. Y cómo va a conducirse éste ante problemas inhumanos como el de Siria.
Ha ganado Obama. Qué bien.

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