viernes, 2 de noviembre de 2012

LA NORMA, A CONVENIENCIA

A estas alturas, nadie se extraña ya de las contradicciones en política. Pero no esaas facilonas de anunciar una cosa y hacer la contraria, que abundan. Ahora ya, hay que acostumbrarse a que las paradojas menudeen a conveniencia entre representantes de una misma formación política.
Recuerda uno la censura a Jerónimo Saavedra, siendo presidente de la Comunidad Autónoma, allá por marzo de 1993. Entre las incógnitas que se planteaban era el propio funcionamiento del Parlamento de Canarias, teniendo en cuenta que al principio de la legislatura se había configurado una mayoría que ya no era tal. Y claro, cómo iban a funcionar los órganos de la cámara si éstos eran de un determinado signo político y el Gobierno, de otro. Pues bien, cuestionado en los pasillos de la institución uno de los jerifaltes de la nueva mayoría, respondió rotundamente:
-Pues cambiamos la Ley, y los reglamentos si hace falta, para que se vea que mandamos nosotros.
Ayer, circulaba en una red social una llamativa composición de titulares de prensa. En la parte superior, podía leerse uno de Ana Botella, alcaldesa de Madrid: "La Ley está para cumplirla, aún en los casos más tristes y dolorosos". En la inferior, este otro: "El Gobierno cambiará la Ley para que Eurovegas casi no pague impuestos".
Creemos que no hacen falta muchas explicaciones para entender lo de la doble vara de medir y demás tópicos que sirven de ejemplo no ya a la desigualdad con que se afrontan ciertas situaciones sino a la alegría y la superficialidad con que se interpreta el Estado de derecho. A medida de los intereses. O lo que es igual: la coyuntura da la función. Que la alcaldesa de Madrid se ampare en el respeto escrupuloso a la norma para justificar cierta incapacidad (en este caso, tema desahucios), podría pasar.
Pero que se modifique otra disposición legal con el fin de que un grupo empresarial dedicado al juego y negocios derivados practicamente no pague impuestos, habla bien a las claras de a quien quiere de verdad favorecer el Gobierno del Partido Popular.
Son las flagrantes contradicciones que desnudan los contrasentidos y hacen que ese principio tan sagrado de la defensa de los intereses generales sea un elemento sin valor alguno en el papel mojado de los discursos y las declaraciones de intenciones.
No hacen falta más explicaciones: para impedir o hallar alternativa a un desalojo, cúmplase la ley. Para tener menos cargas en negocios dudosos, modifiquése la ley a conveniencia.
Y como la ley es la ley.

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