miércoles, 21 de noviembre de 2012

EL OTRO LADO DE LA ALMOHADA


¡Ay Maruja, si fuera tan fácil!
            Tan fácil como esa inversión de la almohada, como ese movimiento buscando el lado fresco, metáfora empleada para hablar del renacimiento del periodismo o de la esperanza de un periodismo renovado, salvable, auto exigente y cualificado como lo hemos soñado y deseado.
            Pero se antoja complicado, Maruja Torres, siempre respetada autora, porque las circunstancias ensombrecen el horizonte hasta eclipsar las esperanzas, en forma de digitales o de nuevos productos. Cierto que queda la capacidad de resistencia y que los roqueros, los últimos, aún siguen afinando como si de teloneros se tratare; pero la precariedad y la incertidumbre son tan grandes que hasta el conservadurismo se ha apoderado hasta de los medianamente optimistas.
            Estará fresco el otro lado de la almohada -y hay que agradecer el alentador mensaje, especialmente por quienes no sólo tienen vocación sino convicciones- pero no basta. La realidad caliente, la que se palpa en el desempleo, en la reducción de retribuciones, en las condiciones precarias y en el riesgo constante de la pérdida del puesto de trabajo, te echa por la borda, con muy escasas opciones de rescate, casi todos los intentos del buen reportaje, de las alternativas y las innovaciones en los tratamientos. Ciertamente, nos hemos vuelto escépticos, hasta los más vocacionales.
            Será que venimos palpando el dolor de compañeras y compañeros cuyos afanes se han llevado los vientos de la crisis imparable. Dolor e impotencia para hacer algo más que la expresión de la solidaridad. Dolor y preocupación a poco que seamos conscientes de lo que significa la degradación de los medios en el contexto de una convivencia democrática que necesita de ellos para mantener unas bases mínimas de libertad y pluralismo. Claro que se necesitan periodismo y periodistas, un clásico ya entre los lemas del gremio y de las tribulaciones que padece. Pero los hechos tozudos -¿te suena?- están en ese lado caliente. Vemos caer gigantes, se tambalean otras poderosas estructuras, desaparecen títulos de toda la vida, se multiplican las redes sociales y el debate sobre el futuro se alarga y se alarga porque el nuevo modelo no cuaja, por muchos multimedia que se tercien.
            Aún así, escépticos por todas estas cosas, Maruja, seguiremos luchando, agradeciendo píldoras estimulantes como las tuyas. Daremos, los que puedan y mientras puedan, vueltas a la almohada, buscando ese lado fresco, los pliegues por incursionar, intentando no desfallecer pero conscientes de que cada día es un auténtico más difícil todavía.

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