lunes, 24 de septiembre de 2012

PULSOS


Los escenarios no invitan a ello pero la política se sigue lidiando a base de pulsos sin que los actores reparen en que la gente, ya cansada, aumente su desafecto. En los pulsos, no en todos, se contrastan modelos o ideas y entonces alumbran propósitos o planteamientos que no eran muy conocidos y sirven, por tanto, hasta de ilustración. En otros, las ‘causas’ pueden ser de menor entidad, una cuestión de apreciaciones que generan  meras diferencias dialécticas que, en consecuencia, se evaporan sin ninguna pena y con muy poca gloria.
            Esa lid  conviene a quienes se desenvuelven en ella como pez en el agua. Les sirve para poner a prueba su propia capacidad de maniobrabilidad, su propio poder, su persuasión misma. Así, se han convertido en verdaderos especialistas. Es el terreno donde mejor se mueven. La política necesita de adversarios o de posturas encontradas y entonces hacen de ella un ejercicio en el que, independientemente de manejar con acierto el sentido de la oportunidad, hay que demostrar listeza, sentido de la anticipación y margen para obtener los resultados favorables que supuestamente interesan, sabiendo, además, que a veces se trata de carreras de fondo donde, además de las cualidades reseñadas, se requiere destreza para saber administrar y emprender nuevas causas, nuevos pulsos.
            Que Canarias esté o no en el consejo de administración del Instituto de Turismo de España (TURESPAÑA) es el caso más reciente. Se trata del organismo de la Administración General del Estado que se encarga de la promoción de España como destino turístico en el exterior. Si extraemos tan sólo dos de las bases de su declaración de principios para llevar a cabo las tareas, quedan pocas dudas. Por una parte, es de su competencia la planificación, desarrollo y ejecución de actuaciones para la promoción de España como destino turístico en los mercados internacionales. Y por otra, el apoyo a la comercialización de productos turísticos españoles en el exterior. Para ello -dice Turespaña- colaboramos con las Comunidades Autónomas, los entes locales y el sector privado.
            Es una obviedad aplastante la importancia del turismo en Canarias y su aportación desde todos los ángulos (más de diez millones de turistas en 2011, un 18% de total que visitaron España). Al margen de las intenciones reales que se tengan al respecto desde un ministerio dirigido por un canario y de los contactos (?) que hayan existido, es razonable pensar que Canarias, por sus propias peculiaridades, esté representada directamente en los órganos de decisión del Instituto, donde se deciden, entre otras cosas, los hechos que hemos descrito con anterioridad.
            En ese sentido, con experiencias contrastadas, algunas de ellas desfavorables o de impactos negativos, esa vertiente promocional no puede quedar exclusivamente en manos privadas. No está nada claro qué se gana excluyendo a la Comunidad Autónoma de los órganos decisorios de Turespaña. Ni cuáles son los criterios -más allá de los meramente derivados de un nuevo y absurdo pulso político- que inspiran esta decisión, pendiente de materializarse.
            Por cierto, los empresarios turísticos canarios deberían decir algo al respecto. ¿O no están ni se les espera?

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