sábado, 8 de septiembre de 2012

CUANDO ÁNGELA CARRASCO ANTICIPÓ SU "MY FAIR LADY"


Ha aparecido recientemente, en un par de ocasiones, en el programa Qué tiempo tan feliz, de Tele 5, conducido por María Teresa Campos. Puede resultar pretencioso, halagüeño en exceso, afirmar que está igual, pero poco le falta, desde luego. Baste decir que se conserva muy bien físicamente, que siguen encantando sus perfiles de belleza tropical, que su voz aún rezuma aquella dulzura que desprendía cantando Quererte a ti y No, no hay nadie más… Su gestualidad, sosegada, rematando una mirada permanentemente pensativa, semeja aún la que lució en la versión española de la célebre ópera rock Jesucristo Superstar.
            El caso es que se han cumplido treinta años justos de la actuación de la cantante dominicana Ángela Carrasco en la antigua sala ‘Andrómeda’, en el marco de las Galas OTA que reunieron, durante dos veranos consecutivos, a destacados intérpretes de la música nacional y extranjera. Fueron tiempos de esplendor en aquel Puerto Cruz la nuit, el complemento idóneo de un destino turístico incomparable que se proyectaba incesantemente con esa iniciativa artística y con otras de distinta naturaleza.
            Durante aquella estancia, Ángela Carrasco anunció que interpretaría el papel estelar en la versión rock de My fair lady, todo un reto que superó de forma sobresaliente en un teatro madrileño después del gran éxito cosechado con Jesucristo Superstar, junto a Camilo Sesto, con el que trabajaría durante varios años hasta que emprendieron caminos separados. La cantante dominicana interpretó My fair lady al lado de Alberto Closas.
            “La cantante que no piense que puede llegar lejos en el mundo artístico, mejor que no se dedique a estos menesteres que no son una carrera de obstáculos pero sí un camino en el que hay que conquistar metas”, reveló Ángela Carrasco a los periodistas que siguieron atentamente el ensayo de su actuación.
            Otra de sus confesiones de entonces, recogida en Diario de Avisos (edición del 5 de septiembre de 1982): “Yo he logrado ser una cantante estándar, lo que significa que no te contraten por el éxito sino por la personalidad y la continuidad”.
            La cantante admitió su debilidad por los temas románticos y por las baladas, sin rechazar en absoluto las canciones rítmicas, algunas de las cuales había incorporado al “show” para hacerlo más divertido y variado.
            Tuvimos el placer de presentar aquella noche a Ángela Carrasco. De su espectáculo de entonces, quedó el siguiente reflejo en el citado periódico:
            “En cuanto a su actuación, digamos que Ángela Carrasco no contó con un público muy entusiasta. O al menos no le supo transmitir el calor necesario para animarla. Y eso que hizo todo cuanto estaba a su alcance para contagiarle. Hubo algún problemilla en el sonido y su voz –correctamente ecualizada- se vio a veces apagada. Bastante aceptable su versión de No llores por mí, Argentina y sobradamente, como se esperaba, en Quererte a ti. El grupo que la acompañó, de buen nivel. El problema fue ese: la frialdad del público”.
            En cualquier caso, su anuncio de My fair lady fue el anticipo del gran éxito.

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