martes, 25 de septiembre de 2012

CINCUENTA TANGENTES

Tangente: aplíquese a las líneas y superficies que se tocan o tienen puntos comunes sin cortarse. O recta que toca en un punto a una curva o a una superficie. Esas son las definiciones lexicográficas que aprendimos en las primarias sesiones de trigonometría. Trasladadas a la comunicación, se pueden interpretar en cualquiera de los sentidos expuestos: la inmensa superficie de la actualidad, sus aristas, los vaivenes de sus curvas. Y, en plural, vaya, es el título de una publicación independiente originaria del norte tinerfeño que ya ha visto cincuenta números a razón mensual.


Tangentes, editada y dirigida por una gentil pareja de argentinos, excelentes profesionales, Silvina Ruiz y Carlos Lingenfelder, tuvo sus antecedentes en Realejeros, titulo de un proyecto editorial que, en coordenadas locales, parecía quedárseles corto. De su conocimiento y de la propia experiencia, sin menospreciar sus señas de nacimiento, aprendieron que debían y podían ampliar el ámbito. No era cuestión de abarcar sino de expandirse razonablemente en función de circunstanciales tales como la carencia de una edición similar en la comarca norteña o la misma producción informativa que podía obtenerse a partir del tratamiento que dispensaban -y dispensan- los medios convencionales.

Silvina y Carlos se empeñaron en un producto periodístico diferenciado. Una revista a color con contenidos bien distribuidos y combinados con las inserciones publicitarias. Entrevista, reportajes, información, opinión, secciones… Hasta el tamaño de la revista juega a favor de quienes la descubren o ya la esperan en su puntual aparición mensual.

Tangentes se ha abierto un hueco o ha ganado un espacio, como prefieran. Con rigor y con criterios de edición. Como no es fácil de lograr en los tiempos que corren, más mérito tiene su iniciativa y su obra que luchan, como es fácil deducir, con las limitaciones del mercado publicitario que van sorteando con su propia capacidad de gestión, con ideas novedosas… y con la respuesta de miles de ciudadanos que paulatinamente se van identificando con la publicación. De verdad, el esfuerzo de Silvina y Carlos es encomiable: les apasiona el periodismo, son cultos, les atrae la idiosincrasia de nuestra gente, están al tanto de las aspiraciones populares…

Pues ya van cincuenta Tangentes trazadas con puntualidad y atractivo periodístico. Sólo la constancia y el afán de superación pueden hacer que estas criaturas crezcan y se desarrollen. Criaturas concebidas con amor, entre afanes de búsqueda de contenidos llamativos y apariciones puntuales en los puntos de distribución gratuita, allí donde los ejemplares inician un recorrido cada vez más demandado. Es decir, esperan por Tangentes, la mejor señal.

Cincuenta trazos con escritores, artistas, deportistas, científicos, creadores, personajes vinculados a las raíces del pueblo e injustamente olvidados… Hasta eso, la publicación les ha rescatado y nos los presentan para saber qué hacen, cuál es su sensibilidad, su madurez o qué proyectan. Trazos que también tocan, por cierto, inquietudes literarias.

Ha ganando un espacio, de acuerdo, pero hay que consolidarlo. Silvina y Carlos son conscientes de las dificultades y se esmeran. Cada número es una prueba de su sana ambición. Saben que el camino está erizado, que no son buenos tiempos para esta lírica comunicativa. Pero la vocación les puede más y hacen todo lo que esté a su alcance para que el norte tinerfeño, a veces tan olvidado, no se quede sin su altavoz periodístico de una modalidad tan compleja para crear hábitos de lectura.

Tienen el tesón del clavo enmohecido al que diera luz poética su compatriota Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte). Luego, ese clavo que lo sigue siendo pese a la vejez y el deterioro, es lo que debe representar otro estímulo para que sean muchas Tangentes más.

Y que el periodismo las vea.



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