lunes, 17 de septiembre de 2012

AGUSTÍN


Debió ser en nuestro primer mandato (1983-87) en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Andábamos a la búsqueda de redactores para la desaparecida y siempre recordada Revista Local  y fue allí, en una prueba pública, donde le descubrimos. Sin querer presumir de “cazatalentos”, en su escritura nos fijamos para advertir de inmediato que allí había madera de periodista. Se lo dijimos. Y de hecho, él nos reconoce la “culpabilidad” de que se inclinara por las letras cuando estaba llamado por el camino del derecho. La memoria es ahí imprecisa pero puede que poco después, en un concurso o en una convocatoria similar sobre temática determinada, ratificábamos aquella impresión que nos había causado en el salón noble convertido en espacio de examen y en el intercambio de preferencias de lecturas en algún acto público o en trayectos en el transporte público.
         Aquel joven apenas veinteañero descubierto entonces y que empezó a abrirse paso en los vericuetos del periodismo y la comunicación ya es hoy subdirector de Diario de Avisos. Le acaban de ascender y uno sólo tiene que congratularse, sabedor de que su trayectoria está caracterizada por la superación. Agustín, Agustín González, no sólo lleva el periodismo en las venas, no sólo tiene olfato periodístico, sino que atesora cualidades de escritor, las que ya ha plasmado en varias publicaciones y con las que ha incursionado en un género como es el cuento donde se revela como un autor fértil y original. Algún premio adorna ese otro ejercicio.
         Le vimos nacer, crecer y reproducirse, periodísticamente hablando. Agustín es un comunicador vocacional, de esos, además, que huye de los oropeles y las fachadas, de las apariciones mediáticas audiovisuales exaltadas con efímeros ditirambos. Escasas son, por cierto, sus producciones o intervenciones en medios no escritos. El prefiere el trabajo riguroso, el que se amasa silenciosamente haciendo acopio de documentación, guardando fotos, recortes, textos y reproducciones, cuidadosamente archivada, para tirar de ella cuando hay que recapitular, reciclar o hacer un histórico de cualquier asunto. La de papeletas que resolvió Agustín a no pocos profesionales o principiantes cuando, al frente del gabinete de prensa del Ayuntamiento portuense, dispuso siempre de tiempo y accesibilidad para satisfacer las demandas de información que le llegaban desde los medios o incluso intramuros.
         Aceptó -puede que no de muy buen grado en algún caso- que la polivalencia funcional es consustancial a cualquier gabinete institucional reducido, de modo que hubo que verle lidiando con jurados o suplementando tareas protocolarias. Siempre atento, siempre discreto y eficiente, ha brillado por ese saber estar sin que se notara, con la humildad necesaria para atender cualquier requerimiento como para ignorar, inteligentemente, denuestos y venablos. Por eso ha sabido granjearse el respeto de compañeros y personajes de la vida pública.
         Curioso, observador, analítico, perspicaz, ecuánime, respetuoso… Apasionado también por la historia, ha ido rescatando y dando adecuado tratamiento periodístico a episodios del pasado que andaban dispersos y olvidados, de modo que ha enriquecido la memoria colectiva con muy satisfactoria aceptación.
         Aquel joven apenas veinteañero, serio y constante, enamorado de la comunicación y de las letras, ya es subdirector del periódico que ha sabido corresponder a sus cualidades y le acogió con su importante bagaje de serio trabajo institucional. Aparte de contrastar que el tiempo pasa y que nos desborda con las mismas criaturas, uno se alegra de haber acertado y de que haya llegado lejos.

3 comentarios:

Jesús Hernández dijo...

Reiterar mi enhorabuena a Agustín, y a ti por esta reseña merecidísima y mejor hilvanada, como siempre.

Jesús Hernández dijo...

Enhorabuena para Agustín. No faltas a la verdad en tus palabras. Me quedo o desaco estas dos: discreto y ecuánime.
Un abrazo

Salvador García Llanos dijo...

Felicidades Agustin. Nos alegramos mucho, no solo como periodista, que siempre has sido de los grandes, sino como persona con grandes valores que te convierten en un gran amigo. Enhorabuena para Salvador por tan magnifico escrito. Puerto de la Cruz tendra algun día que valorar la pluma y tu seriedad. Enhorabuena para los dos. Gregorio Dorta.