jueves, 28 de junio de 2012

LA LENTA AGONÍA DE LA ESCRITURA

No escribimos. O cada vez menos usamos menos lápiz, bolígrafo o pluma. Las nuevas tecnologías que todo lo invaden y todo lo pueden hacen que la escritura manual sea cosa del pasado. Utilizamos los teclados de cualquier artilugio, por reducido que sea. La caligrafía ¿se acuerdan? pasa a mejor vida.
(Los que tenemos unos cuantos años en el oficio recordamos cómo algunos periodistas o escritores llevaban sus columnas manuscritas a las redacciones. Y había que transcribirlas, claro. El caso más reciente era el de Luis Alemany, flamante premio Canarias de Literatura, quien utilizaba las páginas de El País para redactar su texto. A eso de las nueve o diez de la noche aparecía en la sede de Diario de Avisos y los hombres de cierre lo transcribíamos, a veces dictado por él mismo).
Un periódico alemán, Bild, con más de tres millones de ejemplares de tirada, reivindica la escritura. Ante esa agonía que parece imparable, publicó ayer una portada escrita enteramente a mano, con un titular bien visible y de obligada lectura: "¡Alarma! La escritura manuel se extingue". Los datos en que se apoya no pueden ser más demoledores: uno de cada tres adultos no ha escrito nada en los últimos seis meses, según estudio de reciente elaboración. La mayoría de las personas en Alemania se comuniuca a través de SMS y correos electrónicos. Ni las postales, tan recurrentes en términos de vacaciones o viajes, que servían para escribir seis o siete líneas, son ya utilizadas.
La información de Bild recoge también las impresiones de Manfred Spitzer, director de una importante clínica siquiátrica. La escritura -viene a decir- es fundamental para fomentar la coordinación y las habilidades manuales y que su ejercicio periódico es básico para la actividad cerebral.
Pero nos hemos empeñado en no llevar bolígrafo, en utilizar la pluma solo para la firma de documentos. Qué tiempos aquéllos en los que se empleaba el lápiz para hacer los crucigramas. O en disponer de un bolígrafo de color rojo para revisar y corregir los textos antes de que fueran definitivos.
La escritura manual agoniza. El tabloide germano la reivindica con una portada para la historia y un mensaje llamativo. Contrastes de nuestro tiempo. 

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