domingo, 27 de noviembre de 2011

BIEN DE ESTADO

Una semana después de las elecciones legislativas, y salvo esporádicas apariciones de responsables del Partido Popular y del presidente in pectore que no permiten vislumbrar mucha concreción en las aplicaciones gubernamentales futuras, es llamativo que hayan interesado más -al menos, mediáticamente- los derivados del descalabro y la sucesión en el Partido Socialista Obrero Español que los propios planes de los conservadores a los que esta vez no hizo falta, por cierto, su sempiterna apelación centrista, aunque deben ser conscientes de que cuentan con un montón de votos prestados, a la espera de cómo gestionan la crisis y si hallan una salida.

Los socialistas están situados en un trance histórico. Salen heridos, Zapatero dixit, de la derrota electoral que ya había tenido un anticipo sustantivo en la cita de mayo. Pero es que la notable pérdida de cuotas de poder territorial y local, unida a la más reducida representación parlamentaria tras la reinstauración de la democracia para afrontar tareas de oposición, hacen más complicada la gestión de ese trance.

Está ya convocado el Congreso Federal del que saldrá la nueva dirección. Ya se verá cómo evoluciona la fase preparatoria pero, sobre el papel, siete días después de los comicios, dos escenarios se vislumbran a la espera de que no haya propósito de flagelo público: uno primero, en el que se optaría por una solución de integración y renovación en torno a la figura de Pérez Rubalcaba, que no es exclusivo responsable del revés y puede concentrar un respaldo orgánico apreciable; y un segundo proclive a la concurrencia libre de canidatos a la secretaría general, capaces de aglutinar avales y apoyos territoriales y presentarse sin ataduras condicionantes para jugársela en el Congreso en el que decidan, también libremente, los militantes.

Es la hora de éstos, desde luego. Lo apuntaba Carme Chacón, adverando la necesidad de revitalizar la actividad orgánica, tan desaparecida o tan limitada a lo largo de los últimos años, especialmente en las agrupaciones locales. Que hablen los militantes, sí; que lo hagan porque es el principal activo de la organización y están llamados a un papel que no es el de partiquino precisamente ni el de limitarse a pagar las cuotas. Y que hablen en los órganos, necesitados, por cierto, de discursos ideologizados, cargados de alternativas viables, antes de hacerlo produciendo titulares altisonantes o enfrentamientos estériles.

Creemos recordar que fue Abril Martorell, ministro y vicepresidente con Adolfo Suárez, quien, aún en los primeros meses del primer gobierno de Felipe González (1982), le espetó a uno de sus miembros: “Cuidad ese partido, que es un bien de Estado”. En los días que han seguido al estrépito del 20-N, algunas voces sensatas -frente a los ecos de quienes no se conformaron con el importante retroceso sino que aún ansiaban más sangría- han coincidido a la hora de señalar la importancia de un PSOE firme y predispuesto para el buen funcionamiento de la democracia española.

Un partido que ha sabido y ha podido sobreponerse a situaciones delicadas tiene ante sí acaso uno de los desafíos más serios que históricamente pudo acometer. Las circunstancias de ahora, sin saber cuándo y dónde tocará fondo la recesión, hacen más complicada cualquier estrategia para recuperar no sólo apoyos electorales sino la confianza de la ciudadanía que ha castigado porque quería hacerlo y porque entendía que un cambio político era lo que tocaba. En la adversidad es donde hay que acreditar solvencia. Y que la perciba la ciudadanía.

La hora de los militantes, bien. Y también la de la madurez responsable y exigible ante un panorama plagado de incertidumbre social, política y económica en el que deben haber poco margen para los aventurerismos.

jueves, 24 de noviembre de 2011

CRÓNICA REALEJERA

Esteban Domínguez y José Ramón Peraza presentan esta noche su libro Los Realejos de ayer y de hoy. La convocatoria, a las ocho de la noche, en la casa consistorial realejera. Es el trabajo entusiasta e inquieto de "dos cronistas locales de su tiempo", como les definimos en el prólogo de la obra que a continuación se reproduce:

"La historia de los pueblos es tan densa como dispersa en algunos casos. No se han preocupado mucho por ella los propios pueblos, de modo que, pese a honrosas excepciones, ese descuido ha propiciado la pérdida de no pocas cosas y de no pocos valores. Suerte que algunas tradiciones permanecen o se mantienen gracias a testimonios, incluso orales, que van dando forma a un peculiar costumbrismo.

"Esa historia se llena de episodios, anécdotas, sucesos y personajes que enriquecen el quehacer y la evolución de las poblaciones. El tiempo y la imaginación popular tienden a deformarlos.

"Por eso, es bueno que haya personas dedicadas a plasmar las vivencias, a contar lo ocurrido, lo que vieron o lo que les han relatado puede incluso que algún protagonista.

“Son aquellas pequeñas cosas”, dice Serrat en un verso, las que, no por menor tamaño, dejaban de importar o de tener cierta enjundia. Precisamente empezaban a ser significativas o más apreciadas cuando alguna de esas personas las plasmaba: un artículo, una nota informativa, unas impresiones audiovisuales… Gracias a ello quedaba constancia y se convertía en una referencia, en una fuente quién sabe si para iniciar una investigación más rigurosa o profundizar adecuadamente. Sería injusto e incongruente, hasta un penoso desperdicio, que en plena sociedad de la información, con inimaginables posibilidades de expansión y difusión de cualquier mensaje, alguien no se preocupara o no quedara un hueco para esta otra historia hecha a base de pequeñas cosas.

"O sea, que no “las mató el tiempo y la ausencia”, por seguir con el poeta.

"En este caso, porque lo han impedido Esteban Domínguez y José Peraza, dos realejeros de pro pese a que sus rumbos laborales, profesionales y existenciales les hayan vinculado a otras localidades. Jamás se olvidaron de la suya natal, a la que ahora dedican una parte de sus esfuerzos y de sus inquietudes escribiendo la que es una interesante crónica sobre Los Realejos de ayer y de hoy.

"Domínguez y Peraza, ciertamente, se convierten en cronistas locales de su tiempo, en personas a las que movió un noble afán de querer perpetuar lo que vivieron o lo que han conocido, directa o indirectamente. Asumen ese papel de cronistas plenos de voluntarismo, entusiasmados con cada acto, con cada hecho o con cada testimonio que engrandezca a Los Realejos.

"Porque, como en cualquier otro pueblo, están la abuela centenaria, el sacristán de toda la vida, el primer dirigente vecinal, el zapatero artesanal, el cuidador de tal plaza, el relojero, el chófer que iba a la capital todos los días, el peón que creció entre plantones y edificios construidos a toda mecha, el mancebo que lo hizo entre los más variados fármacos, la maestra autodidacta que enseñó a tanta gente, el operador del antiguo cine y el guardia que lo fue y vio cómo se sucedían los cambios de alcalde y concejales.

"Figuran también los hechos que quizá algún día alteraron el sosiego y el aburrido devenir de la localidad. De las entonces cotidianas perras de vino, del costumbrismo: la procesión, el sepelio, la prueba deportiva, los campeonatos domésticos de cualquier juego, los cortes de luz, el ilustre pregonero o mantenedor, la banda de música, las verbenas, el enamoramiento costoso...

"Los autores estaban ahí, en muchos de esos escenarios, conviviendo con quienes los pisaban o eran sujetos pasivos. Fueron niños y corretearon; fueron jóvenes y se movieron entre el desenfado y la conciencia; hasta que maduraron y nunca se alejaron de ese particular núcleo existencial. Unas veces tomando notas; otras, haciendo fotografías; y otras hablando, preguntando y conversando para rescatar aquel hecho o aquella versión.

"El fruto de toda esa inquietud lo recogen en este volumen que habla del pasado y del presente realejero. Han hurgado en viejos y mohosos archivadores que se creían perdidos; han reproducido, en tipografías de computadora, manuscritos, recortes de prensa dispersos y desordenados y textos alusivos que les facilitaron otros autores. Han hecho acopio de un material importante que ahora, con este libro, será todavía más valioso. Lo han exhumado para escribir unas páginas con un amor a la tierra casi doloroso. Y que son un canto a su quietud rural, a sus personajes populares, a sus hijos ilustres, a sus tradiciones, a sus afanes y a su crecimiento.
"Esteban Domínguez y José Peraza son habituales colaboradores de medios de comunicación. El primero ha aprovechado su profesión para relacionarse con gente destacada de la política, del periodismo, de las artes y de la farándula. El segundo dispone, incluso, de su propio blog que aglutina informaciones del valle, que para eso él reside en ese centro singular que es La Vera y tiene un poco de los tres municipios.

"De su mano, hemos conocido “Aquellas fiestas de San Pedro” y el sabor de las de Tigaiga, con sus “Tocadores, cantadoras y bailes de salón”. Hemos sabido de sus alcaldes, alguno calificado de leyenda. Hemos asistido a la confesión sincera de Remedios Luis: “Mis Navidades fueron de potaje de coles con gofio y una cebolla”. El perfil de “Juana, la del Puerto, [que] cambiaba caballas por papas y coles” permite conocer las dificultades de subsistencia de la época, en tanto que “Las escuelas y los maestros nacionales (1950-65) del Realejo bajo” suponen una auténtica evocación. Hemos recorrido el Jardín de Zamora y hemos imaginado “La desaparecida Cruz de la Degollada” mientras tañían las “¡Campanas del Carmen!”. Porque es inevitable recrear su Octava.

"Pero también, gracias a su aportación, es posible releer a Eduardo Westerdhal, José Siverio, Padrón Albornoz, Leopoldo Morales, Guillermo Camacho Pérez-Galdós y Rodríguez Ramírez. Hasta han rescatado los sentidos y ensoñadores versos de R. Siverio publicados en “Hespérides”, en la década de los años veinte del pasado siglo.

"De manera que esta memoria, esta crónica realejera de ayer y de hoy, atrapa y hace que nos familiaricemos con sus rincones y sus tradiciones, con su tipismo y sus personajes. Las páginas propician recorrer de nuevo “el ocho de los caminos”, sabiendo que los autores abogan por “Un solo pueblo” cuya pequeña gran historia han robustecido con esta obra, recopilación de escritos que permiten refrescar e interpretar, con llaneza y sin pretenciosidades, la dimensión pasada y presente.

"Los autores, identificados legítimamente con su sentimiento realejero, hacen en este tomo de más de trescientas páginas una atrayente y respetuosa crónica no exenta de tono crítico en algunos pasajes. En definitiva, un testimonio sensible que sirve para conocer mejor y comprender la dimensión de cosas que sobreviven al tiempo y al olvido".

miércoles, 23 de noviembre de 2011

UNA RETIRADA CON INCÓGNITAS

La entrevista pagada a la madre del encubridor de un asesinato en uno de los programas estelares de Tele 5 ha desencadenado una tormenta incluso de pretendidos efectos moralizantes. No es la primera entrevista por la que se paga ni es la primera envuelta en procesos judiciales pendientes de resolución.
Pero alguien -ya se sabrá si en solitario o acompañado; si previo pacto o saltando al vacío- elevó el listón y promovió un boicot de firmas publicitarias anunciantes que, en principio, ha prosperado, hasta el punto de que varias de ellas se han retirado y la propia cadena ha decidido suspender dos de sus programas, en tanto que habrá de tomar una determinación con el espacio en donde fue emitida la entrevista de marras.
¿Crisis inducida? ¿Situación límite? ¿O aprovechamos la coyuntura antes de que la marea termine arrastrando con suerte fatídica?
Las incógnitas precisan de algún tiempo y de algunas explicaciones. Hay razones para interpretar que no todo vale a la hora de competir y ganar audiencias. Sin necesidad de escandalizarse, es evidente que los contenidos de algunos espacios de Tele 5 se han ganado la consideración de 'telebasura'. Otra cosa es la doble moral, el desnudo hipócrita: los criticarán pero los ven. Los índices de audiencia no engañan.
Pero todo todo tiene un tope y llega un momento en que algunas prácticas, algunos estilos y algunas conductas son insostenibles. El medio, por mucho que ingrese publicitariamente hablando -y con eso paga sus producciones y a sus "monstruos" televisivos-, pierde credibilidad: a estas alturas, nueve de cada diez espectadores saben o tienen la convicción de que lo que están viendo en esos programas es falso, artificial, está pagado o está concebido para estirar el chicle de la falacia, de la astracanada y hasta de la perversión. Estirarlo hasta donde haga falta.
La pregunta es si los ejecutivos del canal aludido han decidido cortar por lo sano para emprender un nuevo rumbo, o lo que es igual, si consideran agotado el género y deciden incursionar en otro. Ya hablan de contenidos blancos y ya han anunciado la supresión de dos programas. Si se consuma, hay que lamentar la pérdida de los puestos de trabajo, no más. Los programas, con todos los respetos, muchos de ellos girando sobre un monoterma o con los mismos personajes, eran merecedores de pasar al basurero de la historia televisiva.
Y en el otro platillo de la balanza habrá que pulsar y contrastar si las marcas patrocinadoras están actuando libremente y su actitud de boicot no obedece a razones estratégicas ahora que el mismo cambio político puede sugerirlas. Se han retirado, vale, pero ¿se van a otro sitio, a otra cadena? Sin anunciantes potentes es difícil por no decir imposible competir y evolucionar.
Y como todo es cuestión de negocio, o sea, de inversión dineraria, es lógico que salten las dudas de si todo lo que está ocurriendo es un montaje más, otra opereta, un giro para poner punto final con apariencia moralista a un lamentable estado de cosas en una programación que la TDT, desde luego, no ha arreglado.
Porque, recordemos, garantizaban más calidad. Al menos, si esto sirve para algo, que sea para fijar una reglas aceptables y transparentes, de modo que haya menos margen para la manipulación y la bazofia.
Hasta el sencillo intento de recuperar el buen gusto será bienvenido.

VOTOS PRESTADOS

Es anecdótico pero revelador: hasta siete personas en el círculo de amistades más próximo, votantes del PP, consultadas cuarenta y ocho horas después de la jornada electoral sobre quién era la segunda senadora por la isla, dijeron desconocerla, no saber su nombre.

-Entonces, ¿votaste por alguien si saber siquiera de quién se trata?

La respuesta -afirmativa, claro- puede ser explicativa de los resultados pero mucho más de las tendencias. Fueran quienes fueran los candidatos y las candidatas, el afán de castigo -ya señalado- y la voluntad de cambio político impulsaron el sentido del voto. Teniendo en cuenta la millonaria disminución de apoyos a los socialistas, hasta el incremento de quinientos mil sufragios para los populares puede parecer corto.

Surge entonces la teoría de los votos prestados. Fue Felipe González, en 1982, quien primero la reconocía, calculado el techo de la fidelidad de los votantes y el aumento experimentado en aquella otra histórica consulta.

Rajoy también ha recibido votos en préstamo. Esos quinientos mil de crecimiento en relación con la convocatoria anterior o la cantidad que se quiera estimar. Votos "a ver si cambia esto" o votos "aunque estoy lejos de la ideología conservadora" o votos "porque los que estaban no merecen seguir" o votos "aunque no convencen ni concretan lo que van a hacer". Cualquier razón pero prestados, es decir, de igual manera que ahora se ha producido un desplazamiento, más adelante se produce otro en sentido inverso, sobre todo, si las expectativas no se corresponden.

¿Con qué? Pues con lo urgente, lo palmario, lo importa, lo que interesa: empleo, la vivienda, las hipotecas..., el bienestar, en definitiva. Esos han sido móviles de los votos, quienes se sumaron al cambio esperan muchas de esas cosas, aunque hayan votado sin saber por quién lo han hecho. Sólo la referencia de las siglas: nada de modelo, nada de programa, nada de ofertas y, en muchos caso, da igual las personas.

En esas circunstancias, apremiados por las necesidades y evaporadas las ideologías, no es de extrañar, desde luego, que haya una bolsa con miles de votos prestados. "A ver si cambia esto".

martes, 22 de noviembre de 2011

CASTIGO Y DESEO

"El voto de castigo es sólo una manera de expresar el descontento", concluye una investigación de la Fundación Juan March y la universidad de Duke (Estados Unidos). Todo da a entender que es el primer recurso que los ciudadanos tienen a su alcance para retirar la confianza a gobernantes que no han sabido o no han podido dar con soluciones a la crisis. De cualquier signo político, según se aprecia en distintas consultas llevadas a cabo en la Unión Europea. Si el malestar es azuzado por estudios demoscópicos y acentuado mediáticamente sea mayor o menor el interés, pues el resultado es el que tiene que ser.

El estudio viene a señalar que los votantes con preferencias moderadas son más propensos a este tipo de voto que los de extrema izquierda o etrema derecha, otro de los reflejos de lo ocurrido el pasado domingo. "El voto de castigo podría permitir que nuevos partidos accedan a la primera línea de la política española", era otra de las conclusiones obtenidas en la investigación realizada en vísperas de los comicios españoles. Se cumplió.

Y atención a esta apreciación: "Podemos esperar de los votantes tradicionales del PSOE muchos votos de castigo, ya sea hacia el PP o a otros. Esto no quiere decir que estén cambiando su afliciación al partido; de hecho podrían votar al PSOE de nuevo en las próximas elecciones", explicó uno de los expertos que intervino en el trabajo citado.

Total, que el recurso más fácil o más al alcance, es el empleado por los electores. Retirar la confianza a un gobierno o a una opción política en un contexto de crisis generalizada es una manera de castigar, aunque no se tenga demsiada convicción en la alternativa.

Los españoles querían un cambio político, o lo que es igual, no deseaban que los socialistas, aún con más ideas, aún con más alternativas, aún con más concretas y bien explícitas soluciones, siguieran gobernando.

Los resultados saltan a la vista: castigo y deseo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

NUEVO CICLO

La política no se termina en unas elecciones, primera conclusión para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que sufre el peor descalabro de la democracia. Y la grandeza y la madurez de una organización política se demuestran en trances como el que sigue a la jornada electoral. Pero la cuestión es saber cómo están las costuras para afrontar esa derrota histórica: además de autocrítica, se requiere rearme ideológico. La capacidad para ejercer la oposición se sobreentiende: hay experiencia de sobra.
Si la del 22 de mayo fue la noche más amarga, como quedó dicho aquí mismo, la del 20 de noviembre será recordada como la más preocupante, la del comienzo de un nuevo ciclo. Un partido debilitado que sale, en la oposición en casi todo el mapa político, en busca de nueva dirección y de nuevo liderazgo. Mejor no conjeturar sobre posibles nombres para la sucesión: se abre el proceso congresual. Hay que operar con prontitud pues las circunstancias aconsejan hacerlo sin dilación.
Lo cierto es que ahora los socialistas han sucumbido a la crisis general, como les ha ocurrido a otros gobiernos y otros mandatarios. Las ganas de castigo, ya anticipadas en mayo, han podido más que todos los intentos, incapaces de romper tendencias demoscópicas. Eso no obsta para dejar de reconocer la estatura política de Rubalcaba y sus activos, hasta el punto de preguntarse qué hubiera sucedido de no ser el candidato.
El Partido Popular (PP) vuelve al gobierno. Ahora, con el mejor resultado de su historia. Con un gran respaldo social. La templanza del presidente electo, en el clímax de la victoria, daba a entender las dificultades de la situación acaso porque allí mismo, en el recuento y en el contento, se habían acabado las tibiezas y las indecisiones. Para Rajoy ha llegado la hora de las determinaciones, las que empezarán a endulzar, por cierto, los que hasta ahora han sido más críticos con las políticas socialistas.
Los avances de otras opciones políticas configuran un Parlamento más pluralista. Atentos a los nacionalismos: mientras en algunas comunidades se fortalecen y ganan posiciones, en Canarias ocurre justo al contrario.
A ver cómo reaccionan las bolsas. Porque no olvidemos que los mercados no descansan.

sábado, 19 de noviembre de 2011

AGATHA, PARA EL RECUERDO Y LA PROYECCIÓN

Ha sido una de las iniciativas más atractivas entre las aparecidas en la ciudad a lo largo del último lustro. Tiene que consolidarse porque teniendo en cuenta la fatídica suerte corrida por diversas convocatorias -pese a estar llenas de reclamos y singularidades- es indispensable derrochar esfuerzos y energías para garantizar la continuidad de una idea interesante, con contenido, que, además, puede proyectar el nombre de la ciudad con muy buen resultado.

Hoy se inicia la tercera edición del Festuival Internacional Agatha Christie. Hasta el próximo 3 de diciembre, en distintos puntos del Puerto de la Cruz, se sucederán los números de un programa innovador e interactivo, o sea, con propuestas llamativas que favorecen la participación de espectadores y curiosos a los que este tipo de realizaciones deben cautivar y motivar. Es una excelente ocasión, desde luego, para acercarse a la obra de la escritora inglesa, para descubrirla e interpretarla.

La suya fue una breve estancia en la ciudad que todavía no había despertado al turismo de masas; todo lo más, ensayaba, con viajeros ansiosos de exotismo o pacientes en busva de salud y reposo. Es probable que muchos portuenses no sepan que Agatha Christie residió entre nosotros después de su fracaso matrimonial; que nadó en Martiánez y que ambientó parte de una de sus célebres novelas, “El hombre del mar”, en escenarios que visitó personalmente.

En este festival tiene mucho que ver el Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de la localidad. Hay que ponderar el esfuerzo de su presidenta, Hortensia Hernández, y de su junta directiva para hacer que el CIT sea una entidad activa y dinámica, metida de lleno en la promoción de la ciudad a base de hechos como el que nos ocupa cuya financiación, por reducida que sea, será complicada. Pero es bueno que las empresas y otras instituciones se comprometan y contribuyan al engrandecimiento de la convocatoria. Estas cosas y no los delirios faraónicos objeto de manipulación son las que pueden incentivar los flujos de turistas. Ya tienen que ir planteándose los responsables un montaje escénico o similar en la próxima edición de la World Travel Market (WTM), en Londres, junto con la de Berlín y FITUR, las ferias turísticas más importantes de Europa.

Los ingleses son amantes del teatro y les llamará la atención, seguro, que haya aficionados de ambos sexos que dediquen su tiempo libre al ensayo de ambientaciones basadas en las descripciones de una de sus más afamadas escritoras. Mucho mérito, en ese sentido, tienen los integrantes del grupo “La Pandilla” que, dirigido por Antonia Jaster, va a representar en esta ocasión, por primera vez, la obra “La paciente”, con música compuesta por ese genial portuense que es Leopoldo Ortí.

Agatha Christie, pues, sigue entre nosotros. Escuchamos atentamente las emocionadas palabras del único nieto vivo cuando estuvo presente en las ediciones anteriores. Fue el suyo un testimonio de gratitud y de estímulo a la vez. Que aquella pequeña localidad insular, entonces un pueblo de pescadores que culminaba extensiones de plataneras, fuera la escogida por su abuela para reponerse de un revés personal y para seguir desmenuzando la intriga y el misterio; y que ahora, un emporio turístico venido a menos le dedicara afanes creativos para perpetuar su memoria y su obra, le impulsaba a expresar un testimonio de reconocimiento.

En una época para la ciudad tan dura como la que estamos viviendo, este festival tiene que crecer y expandir su sello, tiene que aglutinar a los portuenses. Depende de nosotros. Esta tercera edición debe ser otro paso a favor de su consolidación. Procuremos, entre todos, que no ocurra como otros eventos que lastimosamente desaparecieron .

Suerte.

viernes, 18 de noviembre de 2011

ESTATURA POLÍTICA

Sea cual sea el resultado, Alfredo Pérez Rubalcaba debería ser recibido con ovación el próximo lunes cuando asista a la reunión de la comisión ejecutiva federal del PSOE. Ha demostrado en la campaña su estatura política. Sólo con ella podía hacer frente a las circunstancias adversas con que afrontó su papel de candidato y a las que se sucedieron desde entonces, prácticamente hasta el último día de campaña. Sólo un corredor de fondo podía posicionarse con tanto coraje político y contanta firmeza ante los males que injustamente le atribuyeron. Y en una campaña caracterizada por la atonía y por tendencias demoscópicas repetidas hasta la saciedad, aportó la chispa y la frescura. Habló de ideas y alternativas. Y elevó su talla al eludir la rentabilización política de la decisión de la banda terrorista. Que las redes sociales, tras el debate televisivo, hayan registrado vibraciones más favorables, habla a las claras de que comunicó mejor. No se arrugó -al derechío mediático, empecinado en destacarle como un Rasputin, se le agotaron los denuestos y los dicterios para descalificarle- y asumió con entereza todos los riesgos de castigo.


Ocurra lo que ocurra, Rubalcaba será reconocido por no haber sido un candidato al uso, una solución de emergencia. El suyo es un dignísimo papel en las más desfavorables circunstancias para su partido. El papel de un político corredor de fondo que ha estado a la altura de lo que podía esperarse.

jueves, 17 de noviembre de 2011

SI ESTO ES ASI, AHORA...

Total, ¿qué es una raya más para un tigre?, se dirán en el Partido Popular, en la Junta Electoral, en las redacciones de los medios y en todos lados. ¿Qué importancia tiene una valla, acaso perdida en la inmensidad de las vallas elecorales?

Es lo que ha ocurrido en plena campaña con el exponente gráfico de Ana Oramas, candidata al Congreso por Coalición Canaria (CC), dirigiéndose al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, una frase extraída de su intervención en aquel pleno en que se le decía adiós: "Usted puede mirar a loos ojos de los españoles". A ver si pasado el frenesí de la contienda electoral, sea cual sea el resultado, la retomamos y decimos unas consideraciones al respecto.

Resulta que la valla es colocada. Inicialmente, en blanco, técnica que se utilizaa para producir el reclamo. No hay mucho margen para la sorpresa: por antecedentes similares y no muy lejanos en el tiempo, se puede deducir que es el Partido Popular el que patrocina.

Viene la reclamación correspondiente y la Junta Electoral ordena la retirada. Aquí viene lo malo, lo extraño, lo inasumible y lo reprobable: el Partido Popular no sólo no retira la valla sino que coloca su logotipo para que se identifique con claridad la autoría.

O sea, que da igual lo que diga la mismísima Junta Electoral, el órgano que decide estas cosas con la Ley en la mano, se supone. El PP se lo pasa por el forro de sus caprichos. Y eso es lo preocupante, lo que inspira la pregunta del principio.

Si esto es así, ahora; si ese es el respeto a las decisiones de la Junta; si es así como se funciona en el Estado de derecho, ¿qué no sucederá si el PP vuelve a gobernar?

A estas alturas, se dirá, bastante ingenuos que somos formulando esa pregunta, ¿verdad?

miércoles, 16 de noviembre de 2011

EMPLEO TURÍSTICO

Cuando se desató la primavera árabe y la inestabilidad en la zona propició que un importante volumen de turistas europeos fuese desviado hacia destinos más seguros, aunque ya fueran conocidos como Canarias, fuimos de los primeros en plantear que esos incrementos deberían corresponderse con la creación de empleo en el sector, que, más o menos, había resistido bien los vaivenes de la recesión. Añadíamos que no debería olvidarse que se trataba de turistas prestados y que, por tanto, era conveniente seguir esmerándose para alcanzar la sostenibilidad necesaria. Aunque todo da a entender que seguirá habiendo negocio, no es menos cierto que éste anda sujeto a condicionantes cuya duración, en circunstancias como las que concurren, es una incógnita y obliga, por tanto, a estar alerta en todo lo que concierne a la fidelización de clientes y la captación de mercados emisores. Algunos responsables institucionales, acosados por las continuas cifras de parados en las Islas, esgrimieron el mismo argumento, en tanto que las patronales hoteleras se mostraron más cautas y algunos empresarios continuaron con sus habituales reservas, teniendo a la vista la rentabilidad entre los rendimientos de los costes medios de las estancias y los de una contratación laboral.

Lo cierto es que el Boletín de Coyuntura Económica para el sector turístico del tercer trimestre del año que se acaba, elaborado por la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, señala que los establecimientos hoteleros canarios han incrementado sus plantillas el 6,5% en relación con el mismo periodo de 2010, en tanto que el número de viajeros alojados en sus instalaciones subió casi el 11%. Estas cifras, según el estudio, permiten hablar de un fuerte repunte en el sector, apoyado en un alza anual del 18,6% más de turistas extranjeros que visitan Canarias y en un aumento del 9,7% del gasto turístico local. Para la Cámara, los márgenes de rentabilidad siguen siendo escasos, por lo que no lanzan sus dirigentes campanas al vuelo, a la vista de esa ola de incertidumbre que sigue envolviendo a varios países europeos, algunos de los cuales son emisores turísticos. Pero es evidente que los porcentajes de crecimiento reflejan una cierta capacidad de resistencia y el aprovechamiento de las potencialidades, un aspecto en el que conviene perseverar para que la cualificación y la innovación sean dos conceptos que se reflejen nítidamente en cualquier oferta que se haga de nuestro producto turístico. Ello ha de contribuir, teóricamente, a la creación de empleo estable. Si el turismo tiene actualmente un peso considerable en toda la estructura productiva y es imprescindible que prosiga sin merma su actividad para mantener el empleo que genera, es primordial una reorientación con el fin de lograr una mayor sostenibilidad.

El sector precisa un Plan de Empleo específico que tenga en cuenta sus características y necesidades, entre ellas la formación. En efecto, según algunos empresarios, se sigue detectando carencias en esta materia y muchos aspirantes a un puesto de trabajo parecen no ser conscientes de lo que significa desenvolverse en el marco de la libre circulación de mano de obra. La adaptación de los títulos universitarios y de formación profesional a las exigencias del mercado laboral es otro de los factores a tener en cuenta. Si el turismo también aspira a un nuevo modelo, si quiere consolidar productos alternativos, si queremos hablar en serio de la especialización y si la iniciativa empresarial confía en desarrollar expectativas en consonancia con las demandas de los clientes y usuarios de nuestra época, el empleo que se genere debe estar al nivel adecuado. De eso deben ser conscientes las instituciones, los centros y organismos de enseñanza, y hasta las propias centrales sindicales.

martes, 15 de noviembre de 2011

AUSENCIA TRAS LA AUDITORÍA

La primera de las conclusiones que se obtiene de la auditoría practicada a la institución que presidía Antonio Alarcó cuando era vicepresidente primero del Cabildo Insular de Tenerife es que él y su grupo debieron asistir al pleno en que iba a ser tratada. Siquiera para defenderse, siquiera para rechazar algunos resultados o interpretaciones, siquiera para dar una mínima explicación. Y si no todo el grupo, pues haber decidido que uno de sus componentes estuviera allí físicamente, al menos para aguantar las andanadas de cuerpo presente y leer un folio con cuatro cinco argumentos que permitieran salvar la cara. Hasta que escampe, que ya se verá.

Y es que los pueblos, los electores quieren a sus representantes en las instituciones. Les ponen ahí para que acudan. A defender ideas, a presentar proyectos, alternativas o enmiendas, a fijar posiciones que luego han de ser referencia. No les eligen para que se ausenten o para que se marchen, que es una decisión siempre reprobable.

En este caso, además, con la circunstancia agravante de que fueron a acompañar a Mariano Rajoy en su fugaz -y platanera- visita a la isla. Ya es coincidencia, ya. Ya es mala suerte. Porque, quiérase o no, una lectura que se hace es la de anteponer los intereses partidistas al deber de responder a una convocatoria institucional. La de querer agradar al líder y contarle, aunque sea a vuelapluma, lo perversos que son los socios gubernamentales del Cabildo.

Ha hecho mal el Grupo Popular en ausentarse. Curioso, porque unos días antes del pleno la misma formación política criticaba severamente que el pacto CC+PSOE en el Gobierno de Canarias rechazara una iniciativa suya para controlar el gasto. En el caso que nos ocupa, habrán valorado, un suponer, y se habrán dicho que el coste era menor que haber asistido y contribuir a engordar un debate con más que perder que ganar. Y aunque haya otras oportunidades más adelante para teóricamente resarcirse, a pesar del canto victimista de instrumentalización contra un candidato al Senado en plena campaña electoral -como si eso no lo practicara el partido al que pertenece en cualquier momento-, esta tocata y fuga tendrá siempre su reproche.

La segunda de las conclusiones, tan sólo con los resultados parciales conocidos de la auditoría, es que el responsable es un muy mal gestor de los recursos públicos. Se trata de un trabajo encargado a un firma externa. El que muchos gastos no guarden relación con la finalidad o la actividad de la Fundación Canaria de Salud y Sanidad de Tenerife es lo suficientemente revelador de cómo no se debe administrar.

Y la tercera, acaso la más importante: por primera vez en la historia del Cabildo tinerfeño desde la restauración democrática, la institución se ve afectada en una de sus divisas intocables: las finanzas. Hasta la fecha, salvo tímidas e inapreciables incursiones de grupos de oposición o de consejeros, los presupuestos y las cuentas del Cabildo, su misma situación económico-financiera, apenas se han visto sacudidos por los vaivenes de debates en los que se cuestionara la evolución.

Pues bien, con el asunto Alarcó se ha abierto una brecha de imprevisibles consecuencias políticas. Porque el actual grupo gobernante habrá de tomar una determinación con la auditoría: enviarla al fiscal si interpreta que las irregularidades e indicios son constitutivos de alguna comisión delictiva.

El problema es que no hacerlo, después de lo que se ha destapado, puede leerse en clave de inhibición cómplice o de extraña componenda. Y eso sí que sería manchar el nombre de la institución. Tan malo como la ausencia de los populares en un pleno donde se darían a conocer los “brillantes” resultados de su gestión y ellos no estaban allí para ponderarlos.

domingo, 13 de noviembre de 2011

EMBLEMA, CONTRASEÑAS Y ESTAMPAS DE CINE

No hay cine en los pueblos. Han ido cerrando las salas que cedieron ante el empuje de nuevas fórmulas, casi todas vinculadas a los grandes centros comerciales, todo -dicen- por la comodidad y gratuidad del aparcamiento, como si los gastos de desplazamiento, las molestias y las demoras para acceder no importaran.
Durante años, durante décadas más bien, los cines fueron la única fuente de conocimiento del exterior, aunque proyectaran previamente el NO-DO, un noticiario documental español concebido para la exaltación del régimen predemocrático. En los cines supimos que había vida más allá de las coordenadas que nos tocaron. En todos, un denominador común; el 'gallinero', el graderío popular, el de la entrada más barata. Descubrimos otros mundos, otras culturas, otro modo de interpretar la realidad (la conocida y la de más allá) y los sentimientos.
El cine nos hizo imaginar al tiempo que creó hábitos y usos sociales. En el Puerto de la Cruz, por ejemplo, quizá a base de acudir todos los días o unas cuantas veces a la semana, había auténticos críticos, personas que presumían de entender de cine. No sabían nada de técnica cinematográfica, apenas memorizaban los nombres de directores, les daba igual la proyección en thecnicolor que cinemascope. Pero sabían. O decían saber. Tal es así que un portero-acomodador, ejerciente de otros oficios y que presumía también de meteorólogo, era consultado a menudo por el personal:
-¿Cómo está la película?
Y el hombre respondía seguro y ufano:
“Esta no es para ti sino para público selecto. Ven mañana que dan una de
indios”.
De aquellos años de cine, anunciado en cartelera radiofónica como un sonsonete monocorde, con horarios y todo, sujeto a la calificación moral de espectáculos que se repartían entre las autoridades políticas y eclesiásticas, mientras la sombra de la censura planeaba sin descanso, quedan algunos hechos que incidían en el comportamiento de los propios espectadores.
Ir a ver los cuadros del cine, por ejemplo, se convirtió en un ritual. Eran fotogramas de la película de próxima proyección, complementados por el poster o cartel anunciador. Eran escrutados con explicaciones gestuales. No se interpretaba la creación de un pintor -eran pocas, en realidad, las exposiciones de entonces- pero sí un cuadro con una escena, a base de explicaciones gestuales que escrutaban hasta el color.
En las taquillas de algunas salas, al adquirir la localidad o la entrada, daban un emblema que simbolizaba la representación de alguna figura o un escudo heráldico -nunca vimos de localidades canarias- con una leyenda alusiva. Claro que hubo coleccionistas, en tanto que se extendió la creencia -probablemente exagerada o deformada- de que rechazarlo era señal de mala educación y hasta de desafección. Y que el taquillero -luego también los porteros que repartían- tomaba
nota.
Luego estaban las contraseñas. Era una ficha o cartulina de diversos colores que los propios porteros y acomodadores distribuían al
descanso o entreacto entre quienes preferían salir de la sala a
tomar algo o fumar un cigarrillo. Había quien las guardaba para otra
sesión en que el acceso a la segunda parte estuviera guiado por el mismo color. Hoy en día, no son necesarias. Es que no hay descansos. Por eso, las contraseñas cobraron otra vida, sobre todo en el ciberespacio, válida en otros muchos menesteres. Juan Cruz Ruiz
escribió hace un tiempo que, en general, estamos bajo la sombra de las contraseñas. Entonces, utilizando sus palabras de ahora, eran como el resguardo de una consigna. En realidad, eran un
salvoconducto rudimentario para seguir viendo la segunda fase de la película.
Y además estaban las estampas, material también para coleccionistas que utilizaban cajas de zapatos para conservarlas. En algunos caso, álbumes de fotografías. Eran afiches de distinto tamaño que reproducían el cartel anunciador de la película. Las estampas ilustraban, de cuando en cuando, las conversaciones; servían para evocar papeles de galanes y actrices y metían a quienes las poseían y hacían uso de ellas en la magia envolvente del cinematógrafo.

Aunque luego se quedaran en la elemental consideración del “fulano” para identificar al protagonista. O a “la chica”, para aludir a la heroína.


Publicado en Tangentes, noviembre 2011

sábado, 12 de noviembre de 2011

COSTUMBRISMO PORTUENSE ( y VI)

Cuando no había tanatorios o cuartos mortuorios, la costumbre vera velar a los fallecidos en sus propias casas, hecho que, con el tiempo, se tornaría cada vez más difícil dada la accesibilidad y las nuevas tipologías constructivas. La gente se concentraba en los exteriores o alrededores de la vivienda para seguir luego al cementerio. “No hay boda sin llanto ni duelo sin risa”, frase que se cumplía casi al pie de la letra pues las horas eran largas y se entremezclaban las muestras de dolor con los recuerdos, las bromas y los chistes. Los vecinos prestaban sillas o hacían infusiones para los deudos. Según la distancia, hasta el camposanto cargaban a hombros el féretro hasta la iglesia. Luego se hizo común el desplazamiento en el coche fúnebre, cargado de coronas de flores. Los hombres acudían bien trajeados al sepelio; las mujeres, casi siempre de negro.

Hasta que en alguna parroquia y en sedes de asociaciones vecinales habilitaron estancias mortuorias para dar el último adíos al fallecido y tanto los familiares como los amigos, vecinos y allegados pudieron moverse con mayor soltura, tanto para acompañar como para acudir en cualquier momento. Eso hizo que la norma no escrita de acudir al acto mismo del entierro se flexibilizara. La gente iba, saludaba, daba el pésame, estaba el tiempo que podía o quería y se justificaba si no podía estar en el ceremonial.

Los portuenses, por cierto, han sido muy dados a anticipar el fallecimiento de personas y con frecuencia nos hemos equivocado. Nadie sabien quién ni cómo pero se ponía en circulación la noticia de la muerte de algún vecino o paisano que podía estar enfermo o internado y, sin ser cierta, se extendía rápidamente. Luego, al no confirmarse, todo eran excusas y justificaciones.

Ir a los gallos fue otra costumbre. Espectáculo para los hombres. Domingos y festivos al mediodía. Cruce de apuestas. Griterío. Norte y La Espuela. En el teatro Topham. En el parque San Francisco. Puede que en algún otro escenario.

Como también lo fue jugar en loterías domésticas, precursoras de los bingos. Es curioso que, con tales antecedentes, ahora mismo no haya una sola sala en la ciudad. Entonces estaban los locales de la Cruz Roja o la plazoleta Pérez Galdós. Y hasta en las playas podía verse a grupos de mujeres y jóvenes de ambos sexos cantando líneas, cuajándose y gritando de alborozo cuando completaban el cartón.

La otra lotería, el sorteo de la nacional, iba en aquel maletín de madera de don Domingo 'el Lotero' que, siempre encorbatado, recorría a pie la ciudad vendiendo billetes y comprobando los resultados. Una sola persona y sin los recursos técnicos de hoy en día para atender a casi todo un pueblo en sus coqueteos con la fortuna.

En las vísperas de San Juan, allá por junio, hacían capilllas o arcos en las casas, con fotos o pequeñas imágenes del santo, con fruta temprana y algún otro símbolo natural para dar la bienvenida al buen tiempo, para renovar el espíritu y para, en definitiva, mantener la tradición. Las chicas dejaban papelillos escritos ligeramente empapados con el nombre de sus pretendientes o de sus amores soñados. Si no se borraba la tinta, era la creencia, habñía más posibilidades de que fuera el hombre de su vida. El baño de las cabras en el muelle o la primera jornada de playa, con caseta y todo, eran el complemento del encendido de las hogueras en fincas, descampados y barrancos.

En Carnaval y en Semana Santa las mujeres del Puerto de la Cruz hacían torrijas, una variante de las célebres tostadas francesas. Para cumplir con las normas eclesiásticas y extender las costumbres, en Viernes Santo no se comía carne, sustituida por cualquier tipo de guiso o pescado, generalmente tollos. Durante muchos años, no había cine desde el Jueves Santo hasta el domingo de Pascua. Y también cerraban las salas de fiesta mientras la música sacra podía escucharse por muchos rincones de la ciudad.

En algunas casas, y no necesariamente en estas fechas señaladas, también se hacían tachones o caramelos de cuadritos, a base de azúcar tostada, que hacían las delicias de los más pequeños. Cuando no había máquinas expendedoras ni se conocían las palomitas de maíz, en muchos hogares portuenses ya se freía millo y se consumían cotufas.

Otra costumbre, derivada de la emigración: los familiares acudían, casi en tropel, al puerto de Santa Cruz de Tenerife o al aeropuerto de Los Rodeos -cuando se puso en marcha el del sur, la distancia terrestre condicionó el hecho- a despedir o a recibir familiares que venían de Venezuela o de otras latitudes. Eran unas escenas curiosas, que se repetían cíclicamente. Abrazos de alegría y lágrimas se entrecruzaban mientras se desarrollaban las tareas de carga y descarga o de facturación.

Y como las que hemos ido describiendo, seguro que otros muichos hábitos, algunos convertidos en tradición. Cosas de ayer, cosas de aquí, cosas nuestras que contribuyeron a configurar un modo de ser, una personalidad. La idiosincrasia, al fin. Cosas que, como el poeta, a veces te atan sin razón, tu corazón, y algunos no comprenderán.

viernes, 11 de noviembre de 2011

MÁS UNOS Y SORTEO EXTRAORDINARIO

El 11 del 11 del 2011, a las 11 horas y 11 minutos. Salen diez unos, dos más que los habituales de la celebración, la que hemos glosado en este mismo blog, sin ir más lejos, en esta misma fecha hace dos años. Esto fue lo que escribimos entonces:
"El 11 del 11 a las 11 y 11. O sea, el 11 de noviembre a las 11 y 11 minutos de la mañana. Tantos 'unos' juntos simbolizan el arranque del Carnaval en Düsseldorf, una de las ciudades más importantes de Renania-Westfalia, norte de Alemania, hermanada con el Puerto de la Cruz por un intercambio carnavalero a punto de cumplir cuarenta años y que significó, casi sin querer, la primera promoción turística seria del destino portuense.
"O sea, que dentro de unas horas, allí estarán de celebración. Es una fiesta muy participativa, nada ostentosa, en la que ya estarán los príncipes del Carnaval. Autoridades locales y representaciones de las sociedades y entidades carnavaleras viven a fondo, en un ambiente muy musical, el primer acto de unos festejos que los alemanes disfrutan a su modo, con su riguroso respeto horario, con sus formalidades protocolarias y demás. Se divierten, sí, compartiendo alegría y bullicio que alcanzarán su máximo esplendor allá por enero y febrero cuando las carnestolendas envuelvan a media humanidad.
"Así que los 'unos' simbolizan el primer paso, es el ritual de cada año, una suerte de pregón pero en versión alemana. Allí se lo toman muy en serio. Su Carnaval, el de los alemanes, es una fiesta que se caracteriza por su rigor organizativo. Hace unos años, en ocasión de la materialización del hermanamiento anual, cuando se celebraba el "Lunes de rosas", su día grande, nos dijeron: "La carroza de Tenerife pasará ante la puerta principal del Ayuntamiento a las 14.23 horas". Y allí, en ese preciso momento, estaba la carroza, con la reina y su corte de honor del año anterior a bordo, arrojando flores, caramelos, serpentinas y cofettis mientras las televisiones del país se detenían especialmente en el paso para comentarlo con exhaustividad.
"Durante nuestra estancia en la alcaldía portuense, intentamos llevar a cabo una fiesta similar, en la calle, el primer domingo de diciembre. Siempre pensando en otro atractivo turístico y en motivar a grupos carnavaleros. La acogida fue buena, empezó bien pero faltó tiempo para consolidar la iniciativa.
"Ahora todo estará preparado en Düsseldorf, dentro de unas horas, en el Ayuntamiento, vivirán la alegría de la primera cita carnavalera, entre ritmos heterogéneos de fanfarrias y brindis de champán con naranja o cerveza, simplemente cerveza.
"Puede que esta vez la alegría sea mayor: hace nada los alemanes estaban recordando otra celebración, ese peculiar día de la libertad o de la unificación que significó la caída del muro de Berlín".


Los 'unos' añadidos igual acentúan ese peculiar jolgorio germánico, independientemente de las circunstancias que concurren en la crisis de la Unión Europea.


En España, plagada de incertidumbres, otros saltarán hoy de contentos: los afortunados con los premios de un sorteo extraordinario de la ONCE cuyos cupones se han agotado, literalmente, en varias localidades canarias.


Pensar que en plena crisis aún encontramos resquicio para hablar de asuntos bullangueros...

jueves, 10 de noviembre de 2011

MENCEY, SÍ; TAORO, ¿POR QUÉ NO?

Presentan esta semana el resultado de las obras de restauración del hotel Mencey en la capital tinerfeña, ahora bajo el sello de Iberostar, una de las firmas más prestigiosas en el sector turístico español. Aún recordamos la otra gran restauración, afrontaba por el Cabildo Insular de Tenerife, que posibilitó la recuperación de un establecimiento señero, distintivo de la ciudad, explotado entonces por el llamativo sello Sheraton.
Nada que objetar a la reforma, a la nueva cara del Mencey. Pero un sentimiento de frustración nos envuelve cuando se comprueba que el edificio del antiguo hotel Taoro, en el Puerto de la Cruz, languidece, con sus puertas cerradas desde que el casino de juego fue trasladado, por razones estratégicas, al complejo turñístico “Costa Martiánez”.
Si en el lapso de veintitantos años han sido materializados dos importantes proyectos de restauración del inmueble capitalino, ¿por qué no una iniciativa similar, pese a todas las dificultades que se quieran poner sobre la mesa, para el Taoro? Esta es la pregunta que nos hacemos. Desde hace años, en nuestras responsabilidades públicas, y en el ejercicio activo de la comunicación, venimos abogando por restituir el uso turístico del edificio que culmina la montaña del mismo nombre.
Entendíamos y entendemos que es factible. Lo máximo que se ha logrado fue un informe de técnicos del Cabildo que plasmaba esa opción: volver a ser hotel. Hay unas peculiaridades, de acuerdo, pero así como fue posible remover obstáculos en otros proyectos de cierta envergadura, aquí estábamos ante otra oportunidad para acreditar voluntad y solvencia política. La catalogación del inmueble, la tipología constructiva y las exigencias de los estándares actuales son, en efecto, factores condicionantes pero no muros infranqueables.
La ciudad necesita otro establecimiento turístico de máxima categoría. La ubicación del Taoro es privilegiada y la oferta global se incentivaría y cualificaría con un hotel que reuniría características suficientes como atraer un segmento de visitantes que busca algo distinto, no importa un precio superior.
Pero no termina de cuajar la alternativa. A las dificultades consignadas, añadan ahora las de la crisis y el menguado margen para las inversiones públicas. Pero si han sido válidas las fórmulas empleadas para el Mencey -conciertos con el sector privado incluidos-, hay que incursionar, hay que intentarlo. No puede prolongarse mucho tiempo más el edificio cerrado o acogiendo provisionalmente dependencias de institutos científicos o consorcios específicos. O peor: sin decidir realmente el destino del inmueble.
Eso es lo que de verdad causa desazón. Esa incertidumbre, equivalente a parálisis, a falta de empuje, de iniciativa. Mencey, sí; ¿por qué Taoro no?
Esa es la cuestión.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

OTRO DEBATE EN LAS REDES

¿Por qué no hacer una encuesta sobre si fallan las encuestas? No es un juego de palabras, no; es una más de las múltiples variables de estos días. ¿Y si se equivocaran?, como ya ha sucedido. Y si después de tanto esfuerzo encuestador, los ciudadanos -ya se verán las razones-, al menos aquellos que han sido consultados, ¿cambiaran de parecer?


Las cuestiones saltan al calor de una de las conclusiones del célebre debate del lunes. Resulta que en los medios -especialmente los de perfil conservador- se da por ganador a Rajoy, mientras que en las redes sociales vence con claridad Rubalcaba. ¿Significa eso que los medios van por un lado y la ciudadanía por otro? ¿O que la capacidad de influencia de los primeros va mermando? ¿O que ya los lectores, radioyentes y televidentes no se fían por mucho que aquéllos insistan en un mismo mensaje? ¿O que la frescura y la inmediatez de las redes se impone progresivamente?


Por eso sugerimos que sería interesante una consulta sobre si fallan las encuestas. Algo de eso debe temer el derechío campante cuando actuó con tanto brío y diligencia en la noche del lunes. Fernando Onega, en el aperitivo del '59 segundos' de TVE, se apresuró a dar por ganador a Rajoy ¡al terminar el primer bloque del debate! Y aún sin finalizar éste, desde el propio aparato del Partido Popular se adelanta un 'sms' masivo proclamando la hipotética superioridad del candidato popular a quien, sin pasar por urnas ni nada, el periódico La Razón hizo presidente de portada -ese fue el título- pocas horas después de acabado el cara a cara.


Deben ester temerosos, se ve que no se fían de nada cuando, dos días después, consideran insuficientes los anticipos, las loas y los entusiasmos frenéticos y aumentan las distancias y se empeñan en minimizar el papel de Rubalcaba. Pues que tomen nota de lo que sucede en las redes sociales donde no se respira el mismo clima triunfalista. En esas redes se vivió, según parece, otro debate.


Claro que siguen jugando a favor, pese a los sucesivos y condonados errores de representantes del Partido Popular. Pero que casi en mitad de campaña haya surgido esta duda les tiene a mal traer, seguro.


martes, 8 de noviembre de 2011

DEL DEBATE

Rubalcaba puso la chispa, Rajoy el tedio.

El candidato socialista acreditó su agilidad oratoria, el popular ejerció con exceso de busto leyente o parlante.
Más concreto, más preciso Rubalcaba. Más difuso y seguidista Rajoy.

Quienes esperaba de éste un ejercicio de estadista, marraron. Quienes aguardaban a un Rubalcaba fajador, no salieron defraudados.

Este arriesgó como había que hacerlo, Rajoy hizo buena la manida frase de Aznar, "más de lo mismo".

El aspirante socialista llegó a poner en evidencia que conocía mejor el programa del partido rival que su propio candidato. Este, sin brillo, despejó a córner cada vez que pudo los disparos en forma de preguntas que revelaron sus debilidades.

El debate -con modélica moderación de Campo Vidal- debe haber servido para que muchos indecisos hayan tomado una determinación, a la espera de conocer picos (índices) de audiencia.

Haberlo seguido en la red, on line, emitiendo opiniones e incentivando el parecer de los demás, fue toda una experiencia hasta que ardieron los ojos. Una experiencia para darse cuenta del valor de la inmediatez, sólo comparable al de la radio.

Lo cierto es que la campaña se ha animado.

Es bueno para la democracia.

lunes, 7 de noviembre de 2011

ESOS PRECIOS...

Buenos registros, tranquilidad en el sector. Las cifras positivas se suceden, índices satisfactorios para la productividad económica. Dentro de nada, cierre de ejercicio: veamos si esas cuentas de explotación permiten hablar de una recuperación y que, incorporadas a los balances globales, confirman que el turismo se sigue comportando bien hasta el punto de resistir la contracción general y de augurar alentadoras perspectivas futuras.

Los datos favorables más recientes los ofrece el barómetro de rentabilidad y empleo de Exceltur, la asociación que, sin ánimo de lucro, integra un creciente número de grupos y empresas españolas de distintos subsectores. Señala que, entre junio y septiembre pasados, el turismo ha generado más de veinte mil nuevo empleos en los ciento cinco destinos españoles más relevantes que significan el 70% de la actividad turística del país. Los ingresos de hoteles en zonas del litoral aumentaron un 10%, debido, seguro, a la inestabilidad social y política en destinos competidores del Mediterráneo oriental, lo que confirma que seguimos contando con un elevado número de turistas prestados. El citado barómetro indica que el crecimiento en los índices de rentabilidad económica derivada del turismo (empleo e ingresos del turismo, identificados como Rev-PAR) reflejan una tendencia clara a favor de los destinos vacacionales antes que los urbanos. Adeje y Arona, por Tenerife; Yaiza y La Oliva en Lanzarote y Fuerteventura, salen muy bien parados en este estudio, con registros positivos de rentabilidad. No tanto Puerto de la Cruz que, pese a haber mejorado, presenta los ya conocidos problemas de madurez con necesidades de reconversión y reposicionamiento, acuciadas, según el mismo informe, por la obsolescencia de sus instalaciones y espacios turísticos, en los que, a pesar de haber experimentado mejoras en su Rev-PAR, los bajos niveles de ingresos alcanzados por debajo de los 45 euros de media por habitación disponible y una muy escasa rentabilidad no han sido suficientes para residenciar los efectos multiplicadores a otros sectores relacionados, con lo que solo se pueden apreciar ligeros aumentos en actividades de restauración, comercio y ocio.

Una de las conclusiones obtenidas en el barómetro de Exceltur abunda en el ya viejo dilema de los precios, es decir, la mejora de ingresos y de generación de empleo trae causa de una mayor afluencia de turistas y ocupación y no por una recuperación de los precios. Ahora que por la proximidad electoral tanto se habla de modernizar nuestra economía y de mejorar la competitividad de los principales sectores productivos, bueno sería tener en cuenta esta última apreciación, sobre todo si se quiere seguir abogando por la rehabilitación integral de destinos costeros maduros, sabiendo que ello pasa no solo por determinadas actuaciones urbanísticas o por cualificar las prestaciones de servicios sino por estimular la innovación contínua y la iniciativa empresarial, especialmente a la hora de concebir y desarrollar nuevos productos turísticos, aptos para competir por diferenciación y no sólo por precios, como hace años que venimos sosteniendo.
Sólo así será posible hablar con fundamento de planes de empleo específicos para el sector turístico, o lo que es igual, impulsar de verdad la creación de trabajo estable que, por profesionalidad, esté en consonancia con las exigencias del mercado laboral, las cuales, por si alguien no se ha enterado y sigue confiando en una política de precios que malbarate productos, van a seguir apremiando.

Las fases de bonanza como ésta y los barómetros como el comentado deberían sevir para reflexionar sobre estas cuestiones del presente y futuro inmediato.

viernes, 4 de noviembre de 2011

COSTUMBRISMO PORTUENSE (V)

Jóvenes portuenses de diferentes generaciones tuvieron en el baile una diversión común. Las verbenas populares, principalmente en ocasión de las fiestas, fueron una cita recurrente, pese a las restricciones impuestas por el propio régimen político y por la Iglesia, que consideraba el baile algo pecaminoso.

Era curiosa la estampa: muchas madres acompañaban a sus hijas y se sentaban a su lado. Los hombres recorrían la pista acotada por sillas o butacas e invitaban a bailar y casi había que pedir permiso a la madre que se quedaba vigilante, en caso de que la descendiente accediera.

Había expertos, verdaderos bailarines que también causaban las delicias cuando acudían a un barrio alejado o otra localidad -muchas veces ¡caminando!- y podía escucharse mientras la orquesta tran-tran seguía con su repertorio plagado de pasodobles: “Ese es del Puerto, seguro. Y aquellos que están allí, también”.

Fueron célebres los bailes populares del cinema Olympia que, en carnavales, a causa de la multitud que poblaba la sala y del calor humano que despertaban, eran llamados los “bailes o baños turcos”. Por contra, un baile distinguido, el de Blanco y Negro, era el que acogía el teatro Topham, cita anual en las Fiestas de Julio: las mujeres de blanco y los hombres con traje oscuro. Las parejas disfrutaban con los boleros que empezaban a predominar. La convocatoria desapareció con el teatro. Años después, intentaron reeditarla. Sin éxito. Las costumbres habían cambiado notablemente.

Aparecieron los bailes de magos y la tendencia bailonga de los portuenses recobró vida después de desfilar por todas las discotecas y salas de fiesta que en la ciudad han sido. El bum turístico y la vida nocturna marcaron los hábitos de diversión a partir de la segunda mitad de los años sesenta. Había que bailar al aire libre: los costados sur y norte de la plaza del Charco, el parque San Francisco -nunca cerrado del todo-, El Penitente y la zona del Lido San Telmo fueron las pistas. Hasta la más reciente de la plaza de Europa. Hubo dos debates con los bailes de magos: si había que ir con atuendo total, como si fuera la romería de La Orotava (curioso: los primeros que se vestían para ir al de la Villa o al de Los Realejos eran los mismos que se oponían cuando tocaba el del Puerto); y si había que pagar, pese al anunciado carácter benéfico. Algún año, solución fue hacer una convocatoria paralela libre y gratuita. No fue la mejor, desde luego.

En este marco bullanguero de diversión local, no olvidemos los guateques, reuniones dominicales vespertinas para adolescentes, bachilleres y los primeros universitarios que se celebraban desde que llegaba el buen tiempo. En ellos triunfó el cap, un cóctel o producto refrescante espumoso preparado por los mismos organizadores mezclando bebidas alcohólicas suaves con zumos y fruta troceada. Lo consumían jóvenes de ambos sexos. Algunos atrevidos, cuando se corrió la voz, lograron introducir en varias ocasiones pastillas de clorhidrato de yoimbina, de propiedades afrodisíacas cuyos efectos se dejaron notar, claro que sí.

Era costumbre estrenar ropa el Día de la fundación de la ciudad (popularmente, Día de la Cruz, 3 de mayo) y en las Fiestas de Julio. Algunas chicas privilegiadas lucían hasta tres trajes. Y otras, dos. En la tercera jornada festiva, se ponían el de la primera. Y venga, a dar vueltas a la plaza, grupos de cuatro o cinco amigas. Los chicos, claro, en sentido contrario para saludarse, decir adiós o guiñar un ojo. Algún varón se sumaba y se colocaba en un extremo al lado de quien le gustaba. Al d´ñia siguiente, lo sabía todo el pueblo. ¡Ah! Y con un duro (cinco pesetas de entonces) tenía que dar para un helado, las golosinas... y ahorrar, que para eso había huchas personales en casa.

El 29 de noviembre, víspera de San Andrés, era el día de correr el carro o el cacharro. Niños y no tan niños recorrían los barrancos, la marea, solares y descampados haciendo acopios de latas, cacharros y todo tipo de deshechos metálicos que luego, desde primeras horas de la tarde, atados o sin atar, arrastraban por vías y calles portuenses hasta concentrarse en la plaza del Charco, la madre de todos los cacharros por una noche. Durante el franquismo, la celebración estuvo proscrita y los jóvenes de ambos sexos corerían delante de los guardias municipales o se iban por otra calle cuando, a veces porra en mano, les intimidaban.

Era un espectáculo sin igual del que se contagiaban muchos extranjeros. Era posible ver a alguien empujando un somier inservible y un aprendiz de galán arrastrando una simple chapa de cerveza atada a un cable. La gente se colocaba en los bordes perimetrales de la plaza, en las esquinas más próximas a la parada de taxis, por donde rozaban y echaban chispas los restos metálicos. En ciertta ocasión, un joven futbolista local se cortó un tendón. Y en otra, pasada la medianoche, hicieron, junto al laurel central, una auténtica montaña de cacharros que llegó a elevarse unos cuantos metros.

Años después, ya en la democracia, desaparecida la prohibición y con las vías peatonales, la celebración perdió pujanza. Cobró un carácter más serio pero no menos lúdico. Se profundizó, mediante exposiciones y talleres prácticos, en sus orígenes y en sus valores etnográficos, en tanto que despachaban vino nuevo, castañas y gofio amasado para animar el jolgorio. Un “cacharródromo” surgió en los alredores del muelle y de la plaza (Continuará).

miércoles, 2 de noviembre de 2011

REFERÉNDUM

Un referéndum para Grecia se ha sacado de la manga su presidente. O sea, que si éramos pocos, ha parido Papandreu la penúltima fórmula para hacer más intrincada la jungla del euro y de la recesión que, en España, muchos creen que va a termninar el próximo domingo 20. Con razón, tras el anuncio, las bolsas europeas se desplomaron. Qué va: imposible respirar tranquilos, no ya un día, sino horas, media jornada. Imposible ver la luz del túnel: ni préstamos ni quitas ni primas de riesgo ni déficit público ni el eje franco-alemán decidiendo con el agua al cuello. Esto se complica, se pone de color hormiga: también suenan tambores de inquietud financiera en Francia. ¿A dónde vamos a llegar? Ni los versos del poeta son de aplicación: bienaventurados los que están en el fondo del pozo porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando. Aquí, ¿dónde está esperanza? Igual el referéndum, de celebrarse y de perderlo el Gobierno griego, produce el efecto dominó: entonces ni la poesía será un recurso.

martes, 1 de noviembre de 2011

UNA APARIENCIA, OTRO DISGUSTO

Ante el pueblo aparentando, pero con el mazo… dando. Tan dados que son en el Partido Popular (PP) al refranero, la asimilación del socorrido “A Dios rogando…” viene pintiparada para explicar la incomprensible postura de algunos de sus dirigentes a raíz del comunicado del cese definitivo de la lucha armada por parte de la banda innombrable, la misma que, in illo tempore, José María Aznar, aún presidente del Gobierno de España, llamó Movimiento Vasco de Liberación Nacional.
Mariano Rajoy, lo recordarán, muy en plan institucional, saludando el contenido y la decisión. A continuación, jaleados y apremiados por la caverna mediática que se abrió las venas por la Conferencia de Paz de San Sebastián y dedicó a algunos de sus participantes las más graves descalificaciones sólo al nivel de los vulgarismos tabernarios más insolentes, otros representantes del partido conservador, encabezados por Jaime Mayor Oreja, han reventado casi hasta el punto de clamar venganza. Entonces, una de dos: o lo que dice Rajoy les trae sin cuidado y no le hacen caso; o el candidato a la presidencia no ha sido capaz de llamar al orden -nunca mejor dicho- a los militantes rencorosos y descontentos que quieren algo más.
A los de la caverna, con su mazo, abanderados del extremismo, faltaría más, ni tocarlos, a diferencia de la crueldad con que ellos han castigado a los profesionales de RadioTelevisión Española. Les basta con asumir “Contra Eta escribíamos mejor”
La conclusión es que al PP disgusta el punto final, la llegada de la paz, la ausencia de terror, o, más simple, la esperanza de un nuevo ciclo en Euzkadi y en toda España, donde las pistolas y las bombas sean sustituidas por la palabra, el diálogo, el debate, el pluralismo y las urnas.