jueves, 31 de marzo de 2011

CAROLINA DARIAS, OTRA ETAPA

Hoy cesa, al frente de la Delegación del Gobierno en Canarias, Carolina Darias San Sebastián que opta a la presidencia del Cabildo Insular de Gran Canaria en la cita del próximo 22 de mayo.
Darias se va con la modestia que la caracteriza después de haber ejercido el cargo con solvencia y con un sentido muy pragmático del papel que corresponde a esa figura institucional.
Le valió mucho la experiencia adquirida en la etapa en que fue subdelegada en la provincia oriental cuando hubo de lidiar, entre otras cosas, con el fenómeno de la inmigración irregular. Tuvo en José Segura, delegado entonces, un guía sobresaliente: el tándem propició una ejemplar toma de decisiones en la complejidad de aquel fenómeno, reconocida hasta en círculos eclesiásticos.
Seguro que no le gustará a Carolina Darias que la digan "chica para todo" pero desde que accedió a la secretaría de Organización de los socialistas, ha ido revelando su olfato político y poniendo su sello político en las distintas responsabilidades públicas que le han encomendado.
Ya había sido concejal en el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria antes de acceder a la subdelegación del Gobierno. Después, se incorporó a tareas parlamentarias. Y dejó éstas cuando Jerónimo Saavedra le encomendó la dirección del urbanismo municipal. Luego, ya en mayo de 2007, fue designada delegada del Gobierno de España en la Comunidad Autónoma y como tal ha venido revelándose como una figura política destacada a tener en cuenta. Salvo el delicado episodio de Aminatou Haidar, de notable repercusión mediática, no hubo otros en los que pareciera haberse visto desbordada por las circunstancias.
Es enemiga de oropeles y grandilocuencias, prefiere la ejecutividad bien realizada. Le gusta sopesar las circunstancias. Es analítica y sensible. Emprendedora. Acertó Ángel Tristán cuando pronosticó que lo haría bien el mismo día de su nombramiento. Quienes la conocemos sabemos de su entereza y de su capacidad de trabajo.
Hoy pone punto final a otra etapa de la que empieza a ser una dilatada trayectoria política. Su paso por la Delegación del Gobierno será recordado como el de una mujer política con temple e iniciativa, enamorada del trabajo en equipo que quiso, sobre todo, fortalecer y agilizar el funcionamiento de la Administración General del Estado, acercarlo a la ciudadanía, algunos de cuyos sectores, por cierto, desconocen su ramo competencial y su funcionamiento.
Como los ciclistas, otra etapa. Y sigue la escalada.

miércoles, 30 de marzo de 2011

MANCOMUNIDAD, FÓSIL

Ricardo García, alcalde de Santa Ursula, pone de manifiesto hoy, en Diario de Avisos, que hay cosas difíciles, casi imposibles de llevar a la práctica. Y una mancomunidad de servicios es una de ellas. El asunto tiene su relieve cuando algunos se empeñan en reducir municipios mediante la fusión de los mismos y aunque se rehúye el debate -máxime en estas fechas- cualquier manifestación pública de responsables institucionales tiene su importancia.

Durante nuestra segunda presidencia de la Mancomunidad del Valle de La Orotava, se materializó la incorporación efectiva de Santa Ursula. El espacio territorial, la geografía comarcal (desde Los Realejos a Santa Ursula) se veía correspondida con la unidad institucional. Había un proceso en marcha para actualizar estatutos, reasignar competencias y programar actividades que sirvieran para dar a conocer e impulsar los nuevos afanes que, supuestamente, derivaban de una voluntad política clara. Lo más difícil, que era lograr la vuelta de Los Realejos, se había conseguido. Con Santa Ursula dentro, todo era cuestión de perseverar.

La segunda parte de la asignatura quedaba para el mandato que declina. Tan sólo unos escarceos al principio, con una reunión de parte de los responsables municipales, y poco más. Precisamente, criticamos las formas de esos pasos aislados por no contribuir a cohesionar ni a transparentar los propósitos políticos que se tenían. El tiempo ha venido a darnos la razón. Nunca más se supo.

El tiempo y el propio alcalde ursulero. Esta es su respuesta textual en el matutino tinerfeño: "Desde que estoy al frente del Ayuntamiento, la Mancomunidad del Valle ha estado quieta, parada, y no tiene un objeto social. Éramos parte de la misma y teníamos que hacer una aportación de dinero. Entiendo, como gestor de un municipio, que si esto ocurre se debe tener una contraprestación, algo que yo no estaba viendo. Como ese dinero se necesitaba para otras cosas, Santa Úrsula se retiró. Si la Mancomunidad tiene un objeto claro, algo que atraiga al municipio y nos invitan a ser partícipes, por supuesto que acudiremos y estaremos dispuestos a formar parte de ella. De momento, no me están invitando. No tengo ni por escrito ni vía telefónica, ninguna constancia".

Claro, así las cosas, hablar de mancomunidad de servicios, nada. Y de fusionar entidades municipales, cuán largo me lo fiáis. Falta cultura municipalista y ahora tampoco parece que abunde la voluntad política que hace unos pocos años parecía felizmente recuperada.

De modo que la Mancomunidad del Valle, si no hay un vuelco y si no se dan cuenta de lo importancia que puede cobrar de prolongarse la crisis, seguirá siendo un fósil. Lamentablemente.

martes, 29 de marzo de 2011

RAFAEL TORRES, EL INCONFORMISTA

Ha fallecido en el Puerto de la Cruz Rafael Torres Cabezas, un socialista nonagenario superviviente de la guerra civil que tuvo la inmensa dicha, según sus propias palabras, de vivir la restauración de las libertades y de la democracia.


Torres Cabezas era uno de los veteranos que se esmeraron en inculcar los valores socialistas a las generaciones jóvenes que iban asumiendo responsabilidades públicas y tareas de dirección orgánica. Tenía un espíritu inconformista y una actitud crítica que le llevaron a defender posiciones curiosas, por ejemplo, que ningún componente del grupo de concejales formara parte de la comisión ejecutiva local. Y si tenía que haber una o dos excepciones, por aquello de los enlaces, las relaciones y el intercambio de información, pues eso, una o dos.

Torres vivía con pasión los avatares de la vida portuense. Era un hombre regularmente bien informado y tenía criterio propio. De vez en cuando, guiado por alguna tendenciosidad o alguna engañifa de quienes creían ver en él algunas debilidades, precipitaba sus apreciaciones pero, de inmediato, cuando comprobaba que anda equivocado, era el primero en rectificar.

Rafael Torres Cabezas era militante activo hasta que tuvo fuerzas. Fue menguando su participación en las asambleas -una de las pruebas democráticas que en su día fortalecieron el quehacer de la agrupación socialista del Puerto de la Cruz- pero no dejaba de expresar sus puntos de vista a los más allegados. Su "rebeldía" la manifestaba cuando repetía "los mismos, siempre hablan y deciden los mismos".

Fue de la generación de socialistas portuenses que gozó al recuperar las ganas de democracia que experimentaron durante su juventud. Con Rafael Abreu, Plácido Bazo, Gundemaro González, Alfonso Carrillo y Alejandro Togores (entre otros), vivió con entusiasmo el referéndum de la Constitución de 1978, el primer gran triunfo socialista en las elecciones municipales del año siguiente y la arrolladora irrupción de Felipe González en octubre de 1982. "Ahora sí que nadie puede dudar de nuestra vocación de gobierno y de nuestra voluntad de vertebrar España", dijo al cumplirse los cien días del primer gobierno González que coincidía con una de las asambleas aludidas.

Sus ganas de hacer cosas quedaron contrastadas en la organización de las conmemoraciones del 1º de Mayo, inicialmente reservadas a los veteranos de la organización en las que al final terminaron admitiendo la asistencia del alcalde. Le gustaban las campañas electorales y era uno de los asiduos a los mitines que se desgranaban por los barrios del municipio. Y cuando éste era visitado por algún alto cargo o alguna figura socialista, no podía simular su satisfacción. Con Narcís Serra discutió sobre el uso de las bases de la OTAN y a Jerónimo Saavedra le reprochó que viniera poco a Tenerife durante su primera presidencia autonómica.

Siempre tuvo memoria para su paso por Juventudes Socialistas. Otra célebre frase suya, cuando ya menudeaban los "reality" televisivos y la vida privada de los famosos dejó de ser privada, hizo historia entre quienes le escuchaban: "Eso todo es puterío de levante".

Rafael Torres Cabezas, uno de los últimos baluartes del genuino socialismo portuense, ya no está entre nosotros. Descanse en paz.


lunes, 28 de marzo de 2011

MATIZA, QUE ALGO ARREGLA

Una cosa es el infortunio, que todos podemos tener un mal día, estar más o menos inspirados, o que se escape un adjetivo inapropiado, y otra muy distinta traspasar la delgada línea que separa la naturaleza o la dimensión de los problemas con los que hay que convivir y sobre los que se hacen declaraciones públicas entre negligentes y alegres, marcando tendencia o sustanciando posición política que, por provenir de un responsable institucional de primer nivel, cobran todavía más importancia. Es lo que ha ocurrido últimamente con el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, empecinado, por una parte, en limitar la residencia en las islas y en primar a los canarios las oportunidades para acceder al depauperado mercado laboral; y por otra, en vincular el machismo criminal con la inmigración. El problema es que el discurso de Rivero se desliza por una senda delicada en la que si se quiere mantener el equilibrio y no sufrir caídas ha de manejarse con mucha cautela y con mucho más rigor. Canarias padece esas dos situaciones que, ciertamente, no tienen una solución o una respuesta sencilla pero mucho menos lo es con planteamientos restriccionistas de dudosa legalidad y con manifestaciones que, por aproximarse a la xenofobia y al rechazo, estigmatizan. Lo que no se entiende muy bien es ese empeño, salvo querer agradar a algunos sectores o motivar a los centenares de desempleados hartos y desencantados que constituyen las cada vez más profundas bolsas de potenciales abstencionistas. Pero la naturaleza de los dos problemas va más allá de la mera coyuntura electorera y no merece ser despachada con un par de ocurrencias. Porque los fundamentos del tratado de la Unión Europea, que obligan a los estados miembros y que hay que cumplir, siguen siendo los mismos en lo que concierne a la libertad de circulación. Restringir, excluir o discriminar se da de bruces con lo establecido en el tratado y en las normativas de la Unión referidas a política migratoria, basadas en el principio de igualdad de trato y en el vínculo de un permiso de residencia junto a un contrato laboral para los ciudadanos extracomunitarios. Independientemente de las consideraciones políticas que se hagan sobre el particular, el asunto, si entrase en vía judicial, tendría muy mala pinta. Tampoco ha estado fino el presidente Rivero en su afirmación inicial a la hora de ligar la inmigración con la violencia machista en nuestra tierra. “Las regiones que tenemos una llegada mayor de personas de otros lugares, tenemos más situaciones de este tipo”, dijo mientras trataba de explicar que también es un problema de educación. Las reacciones no se hicieron esperar: la superficialidad de la apreciación era tan evidente y servía tan en bandeja las réplicas (no sólo las políticas) que el propio Rivero se apresuraba a matizar en la mañana de ayer que no quiso establecer esa relación directa sino dar a entender que “hay otras culturas donde las políticas de igualdad y el respeto a las mujeres no han avanzado tanto como en Canarias y en España”. Pues menos mal que, sintiéndose dueño de sus palabras, reflexionó y aclaró porque intentar justificar de la manera que lo hizo uno de los males de la sociedad canaria -y así se podía interpretar- fue un desacierto evidente. Ojalá que la fiebre de inauguraciones no obnubile el intelecto.

jueves, 24 de marzo de 2011

EL PADRE ANTONIO. EN MEMORIA

En las primeras horas de la mañana, la noticia es el fallecimiento del padre Antonio María Hernández, el famoso padre Antonio, el cura de Punta Brava y de Las Dehesas, el promotor de centros de acogida para personas mayores, Santa Rita I y Santa Rita II, el peculiar sacerdote que, puesto a buscar recursos, llegó a vender el cielo, en pedacitos, buscando aportaciones que le ayudaran a sufragar el coste y el mantenimiento de sus iniciativas. No pudo sobreponerse a la penosa enfermedad que le aquejó desde hace unos meses.
Un personaje singular que hizo misión en Colombia de donde recordaba, a menudo, su experiencia de boxeador. Es difícil digerir eso de impartir paz cristiana y a la vez intercambiar puñetazos. Pero en aquellos años y en aquellas selvas, sobrevivir debía tener esos costes merecedores de película surrealista.
Ancló en Punta Brava, cerca de donde había naufragado el 'Titlis'. Y allí se empeñó en impulsar el quehacer social del barrio. Fue nuestro primer contacto con él: en algunos festivales presentamos al grupo "Siemptre amigos", niños y jóvenes de ambos sexos que representaban, bailaban y cantaban.
Después se volcó con el templo. Comenzaron los pulsos con el Ayuntamiento, a cuenta de los terrenos colindantes. Su afán fue decisivo para erigirlo. Propició la fundación de hermandades, la confección de unas alfombras y hasta la salida de procesiones por el barrio en Semana Santa. Por supuesto, las fiestas de una Punta Brava estimulada por la cercanía de Loro Parque también estuvieron en su órbita.
Pero no se conformaba. Y preocupado por los mayores, edificó -con ayudas de instituciones y particulares, con rifas y loterías- un centro donde albergarles. Vinieron de todas las islas. Se sobresaturó, naturalmente. Pero él seguía, erre que erre, indesmayable, cumpliendo con sus deberes pastorales, visitando enfermos y repartiéndose en medios de comunicación.
Como no se conformaba, pensó en un segundo Santa Rita y se plantó en Las Dehesas. Compró fincas, firmó convenios, participó en innumerables reuniones, recabó ayudas, apeló "a todo Dios" (con perdón), involucró a políticos de toda condición, inauguró, hizo fiestas... ¡Cuánta actividad!
Pero no todo fue color de rosas, hay que reconocerlo. En más de una ocasión, discrepamos con sus métodos, sobre todo cuando se encaprichaba. Le hicimos ver la conveniencia de que delegara funciones y de que, pensando en el porvenir, aquella su obra, que tanto había crecido y que tenía una dimensión social considerable, debía tener una estructura de funcionamiento lo más sólida.
Quiso también luchar contra el alzheimer y contactó con investigadores y prestigiosos especialistas: un centro donde tratar la enfermedad y albergar a quienes la padecieran fue su último gran reto. Quedó inacabado.
Será recordado, seguro. En vida recibió sus honores y distinciones. Su obra, con claros y sombras, es respetable y en cierto modo, admirable. Descanse en paz.

miércoles, 23 de marzo de 2011

¿ES MUCHO PEDIR?

Punto final a la séptima legislatura en el Parlamento de Canarias.
Una legislatura perdida, según algunos testimonios de quienes allí trabajan y de observadores habituales de la realidad política de las islas. Cierto que ha sido de las más difíciles pues ha ido desarrollándose en plena crisis, con unas formas verdaderamente atípicas al comienzo y al final, reflejo de las paradojas surrealistas de la política canaria. Así, por ejemplo: el grupo parlamentario más numeroso se queda en la oposición. Meses después, su portavoz se marcha. El tercero de los grupos parlamentarios, según las urnas, es el que apoya al gobierno tras una alianza que se quiebra sobre las tinieblas de respaldos a políticas del ejecutivo de Madrid. Y es el que al final se queda solo para sustentar a un gobierno en minoría que es el que llega al final del mandato más o menos airoso. El socio político, el preferido de entonces, el que dio la estampida como para no corresponsabilizarse de nada y como para evitar el enésimo escandalete (caso 'Lifeblood'), prefirió la trayectoria discreta de no menear e incordiar lo más mínimo para, subidos en la ola, intentar obtener todos los réditos.
A grandes rasgos, la Cámara, ciertamente, se proyecta de forma poco positiva. Para colmo, algunos episodios a cuentas de los emolumentos de sus señorías, de rifirrafes dialécticos, de agravios y discutibles interpretaciones reglamentarias no han jugado a favor. Si en su conjunto la política canaria tiene máculas crecientes de desprestigio, el Parlamento, en esta legislatura que se agota, no ha contribuido a erradicarlas.
Un ejemplo de esas manchas: los grupos parlamentarios no fueron capaces de alcanzar un acuerdo para renovar, como corresponde por ley, la composición de las instituciones de la Comunidad Autónoma. Faltó voluntad política y no hubo habilidades para desbloquear. Lo más grave: que actuando así, era el propio Parlamento el que incumplía las normas que él mismo había elaborado. Impresentable.
Por lo demás, la escasa producción legislativa y la tentación permanente del gobierno de sociedad (CC+PP) o de minoría paulinista de eludir el control o de pervertir el funcionamiento propiciando ataques al Gobierno de la nación, han convertido este ciclo en un período caracterizado más por lo negativo que por la genuina función institucional.
El punto final se pone pues casi deseándolo a la espera de mejores tiempos, de un giro en las formas de hacer política en las islas, de una mayor sintonía con los problemas de la calle o con las aspiraciones ciudadanas. El Parlamento debería ser el foro apropiado para contrastar que existen, en efecto, otros modos y otras formas. Debería ser un espejo. A saber: de respeto, tolerancia, rigor, iniciativa, transparencia, fiscalización y altura política.
Al cabo de siete legislaturas, ¿es mucho pedir?

martes, 22 de marzo de 2011

SEMILLERO DE PLEITOS

Ayer era el día señalado para que el pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife aprobara el Plan General de Ordenación (PGO), pero lo que en realidad ocurrió es la enésima reunión de la enésima inestabilidad registrada en el consistorio capitalino durante el presente mandato: el representante del Centro Canario Nacionalista (CCN), socio político del alcalde, congregó -sin segundas- a la dirección de su partido que emitió el comunicado de advertencia para culpar al Partido Popular (PP) de deslealtad y pedir, en consecuencia, que sea expulsado de esa por muchos motivos insólita alianza gubernamental, no importa que quede un par de plenos para liquidar el mandato, de ahí ciertas prisas que, para conducir, siempre son arriesgadas. De esa reunión, a la espera de lmedidas concretas, pudo salir cualquier cosa: hasta que la representación del CCN se mantenga en el gobierno, pese a estas bravatas que son los residuos de la pimienta del pote.
Bueno, pues éste es el estrambótico episodio de este ciclo en el consistorio capitalino que no sólo será recordado por ser el último del autocondenado Zerolo sino por los avatares de rupturas y recomposición de pactos políticos, de las reasignaciones competenciales a conveniencia, del estado de emergencia social, de las cuasi sicilianas pugnas intestinas en las formaciones políticas corporativas, de descabezamientos, de siglas bailando la lambada de la ignorancia, de insólitas facturas de gastos esgrimidas en algún caso como escarnio en plena crisis y en otro como ejercicio de intimidación y de poco trascendentes -mejor sería decir trascendidas- comparecencias ante la justicia.
Pero, sobre todo, será memorizado por el PGO de los cien mil hijos fuera de ordenación y de la mayor controversia social que se recuerda. Si algo debe tener el agua cuando la bendicen, aquí cabría decir que los contenidos de este Plan producen algo más que suspiros de frustración. Ese pleno que no se convoca, ese informe del secretario que no se sabe muy bien hasta dónde quiere llegar y que confirma el augurio de un semillero de pleitos, esa postura de cautela sobrevenida del Grupo Popular, ese apuro del edil del CCN y esos mandobles a diestra y siniestra de quienes enarbolan la contestación popular al insufrible planeamiento constituyen la truculenta traca final de un mandato en definitiva poco positivo para los intereses generales de la ciudadanía santacrucera. Muchas convulsiones, demasiada agitación que revela, entre otras cosas, agotamiento, escasez de ideas y limitada capacidad de gestión. O sea, sólo la crisis y la instrumentalización a conveniencia de los fondos estatales de inversión pública como argumentos para ir escapando.

Así las cosas, se interpreta que lo mejor que puede ocurrir es dejar el PGO pendiente, como una de aquellas asignaturas que quedaban de un curso para otro en el bachiller del siglo pasado. Puede que los partidos hasta lo agradezcan pues así rellenan dos o tres folios de su programa electoral. Ahora están las heridas abiertas y los recelos campan a sus anchas, el sosiego se fue de vacaciones hasta el próximo junio, quienes han de tomar la determinación seguro que andan más pendientes de otros menesteres, se necesita más clarividencia y es preciso despejar muchas incógnitas que ahora, con tantas inauguraciones, visitas a distritos, atención a los medios y reuniones sectoriales, no tienen buena pinta ni campo para florituras dialécticas.
Eso sí: en los dos o tres folios, en los discursos que no se lleve el viento, que quede claro lo que se quiere hacer. Es el modelo de ciudad, es el porvenir de la capital tinerfeña lo que está en juego. Y ya está bien de no proyectarlo, de no consensuarlo, de no hacerlo más participativo y de no transparentarlo.
Difícil liberarse del semillero de pleitos, ¿verdad?

sábado, 19 de marzo de 2011

SUPERAR LA DECADENCIA

El mandato municipal que termina deja muy pocas cosas positivas para la ciudad. Demasiado encono, demasiada crispación. Mucha bronca, Algunos especialistas la alimentan y otros han picado el anzuelo. Así no hay ni eficacia en la gestión ni avances sociales. En tiempos de recesión, es la peor de las sendas escogidas, lo peor que podía ocurrir.

Salvo las aportaciones del Plan ‘E’ (popularmente conocido por Plan Zapatero), alguna de las cuales, por cierto, ha quedado incompleta, y unas pocas actuaciones financiadas con recursos de otras instituciones, se agotan los cuatro años del ciclo (2007-11) con más penas y tribulaciones que glorias y consecuciones. La pérdida de peso político en el contexto autonómico, las limitaciones de competitividad de su principal sector productivo, el progresivo enflaquecimiento de su oferta sociocultural y un creciente desapego social que ha menguado hasta la autoestima han sembrado el pesimismo y el escepticismo.

En ese ambiente, no es de extrañar la desmotivación de la que hemos hablado hace algún tiempo. La ciudadanía portuense, siempre inquieta y sensible, otrora entusiasta e hipercrítica, ha perdido la ilusión, no se interesa por la política local, acaso porque algunos sucesos y la politización sesgada y abusiva, la política mal entendida, han generado desengaños, decepciones y hastío.

Es preocupante esta evolución de los últimos años, cuando hemos echado en falta una apelación institucional a la cordura, a la sensatez política, al compromiso por el progreso del municipio.

Al contrario, la política de perra chica, la alicorta de campanario, la del personalismo, la del día a día bronquista, carente de ideas y de ánimo emprendedor es la que ha ido menudeando para general desazón. Para encontrar una noticia o una mención positiva en los medios, hay que hacer todo un esfuerzo, sí señor.

Claro que duele ver al Puerto de la Cruz en esas coordenadas. Sobre todo porque han atrapado y no será fácil salir de ellas. Se espera que todos los agentes políticos hayan percibido las delicadas e inciertas circunstancias, hayan entendido y asuman que así no se puede seguir so pena de que la ciudad siga deambulando en su estancamiento y haga imposible la superación de la decadencia, que es el gran objetivo que hay que afrontar.

sábado, 12 de marzo de 2011

¿Y EL CONSORCIO?

Una comunicante portuense nos alerta en una red social de la lentitud con que va discurriendo el Consorcio de Rehabilitación Turística del Puerto de la Cruz, hasta el punto de que, según parece, aún no ha tomado posesión el gerente escogido en su momento para ponerlo en marcha y empezar a funcionar, entre otras cosas para tratar de no perder los recursos económicos que le están asignados.
Que la cosa vaya lenta, puede resultar normal dado ese ritmo habitual en las administraciones públicas y más con los problemas que caracterizan en este mandato al Ayuntamiento portuense, maniatado por trifulcas internas y otros problemas apremiantes del día a día.
Pero si es verdad que el gerente no ha tomado posesión o si ha tomado no ha comenzado a trabajar, obliga a algún tipo de explicación: que se sepa, ni el gobierno local la ha ofrecido ni la oposición ha osado siquiera preguntar. Deben estar muy preocupados en otros menesteres.
De ese Consorcio hemos dicho y escrito que es la última oportunidad para intentar remontar la situación. Ya advertimos en su día que era poner en marcha una administración nueva y esto significa crear una estructura, dotarla, engrasarla y ponerla a funcionar. El Consorcio debe hacer su presupuesto propio y disponer de sus propios recursos. Su cometido es claro: tratar de impulsar y coordinar la ejecución de aquellas actuaciones orientadas a revitalizar el producto turístico de la ciudad. No está el Consorcio para resolver o atender problemas particulares, especialmente los de naturaleza urbanística, sino para defender los intereses generales del municipio, para desarrollar proyectos y para materializar realizaciones que sirvan para cualificar el destino.
La concurrencia de otras administraciones públicas y de la misma iniciativa privada, teóricamente, han de entrañar la suficiente seriedad como para despejar cualquier sombra de duda de la instrumentalización política. Se supone que esas otras instituciones velarán por el cumplimiento de compromisos y harán el seguimiento correspondiente para verificar que las acciones en las que se embarcan son sólidas y viables.
Es la última oportunidad porque en el camino van quedando muchos intentos que no han fructificado por un cúmulo de múltiples circunstancias. Y porque en la situación de recesión económica que se prolonga, la inversión pública seguirá menguando. Y porque haber logrado la vertebración de las administraciones participantes difícilmente va a tener reedición.
Lo que está en juego es el futuro turístico del Puerto de la Cruz. Es el porvenir mismo de la ciudad para volver a ser competitiva, para seguir atrayendo en los mercados, para recuperar credibilidad frente a otros destinos y frente a otras tendencias. Es una cuestión para hacerla propia, para identificarse con ella y con las aspiraciones.
Pero si el Consorcio quedó constituido en noviembre y si poco después fue designado el gerente y hasta ahora poco o nada se ha avanzado, pues va cuajando la impresión de que poco interesa el asunto.
Pasa el tren y lo hace de largo. Era una oportunidad en la crisis y se está desaprovechando. Ojalá nos equivoquemos.

viernes, 11 de marzo de 2011

TERRITORIO DE PARADOJAS

Canarias, tierra de contrastes. O Canarias, paraíso de las desigualdades. O Canarias, balanza sin fiel. O Canarias, territorio de paradojas. O Canarias, eterna incertidumbre.
No, no se trata de un concurso de eslóganes ni de respuestas a la búsqueda de algún reclamo publicitario original.
Son frases, en todo caso, aptas para resumir las vivencias de ayer mismo: desayunábamos con los excelentes registros turísticos, aireados -¡faltaría más!- desde Berlín donde representantes institucionales y agentes del sector comparecen en una cita primordial para entender la evolución y las tendencias de los mercados. Más de novecientos mil turistas en febrero, muchos de ellos prestados, pero cifras como las anteriores a la crisis, como eran inimaginables entre la primera semana de enero y la llegada de carnavales en ese particular almanaque que empresarios, directores y profesionales cuelgan cada año, se supone que para planificarlo con un mínimo de rigor, expectativas, autos de fe y cuentos de la lechera. Toca decir ahora a los empresarios cuáles son las cantidades aptas para ir generando empleo, que para eso, hasta el presidente Rivero les viene apretando.
Pero almorzábamos con datos bien distintos. La Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal hacía público el Avance del Mercado Laboral y situaba a la Comunidad Autónoma de Canarias como la segunda en la tabla de índices de miseria, con una tasa del 30,61 por ciento, sólo superada por Andalucía.
Los índices son resultante de sumar las tasas de paro e inflación. El archipiélago canario es el territorio nacional que más ha visto aumentados sus registros: 15.7 puntos porcentuales. Casi nada. Cierto que España era, en enero pasado, el país de la Unión Europea con un mayor índice de miseria, casi el 24 por ciento, prácticamente doblando la media comunitaria. Pero que dentro de lo peor seamos de los peores viene a confirmar que no hay avances, que existe un estancamiento claro, que las políticas que se aplican no surten efecto positivo.
Claro: si al desempleo galopante se une el coste de la vida, la cesta de la compra o como ustedes lo quieran decir, no son de extrañar estos datos que nos eran familiares con Caritas y ahora cobrarán más relieve con esa Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal.
Y entonces comprobábamos los contrastes, cómo la bonanza matinal era muy efímera: apenas horas para comentar un hecho positivo, diluido entre los dramas en cuyos escenarios se habla ya de miseria, hecho que será aprovechado por los agoreros del catastrofismo que huyen hacia adelante en busca de la independencia imposible.
Que nadie tire voladores entonces con la favorable coyuntura geopolítica que propicia el desvío de miles de turistas hacia nuestro infalible sol y playa. Más bien, procede reflexionar -¿queda un hueco para eso después de tanta zozobra?- sobre cómo al cabo de veintiocho años de autogobierno aún andemos debatiendo modelos y fórmulas. Y cómo las políticas activas de empleo siguen pareciendo música ininteligible.

jueves, 10 de marzo de 2011

DE COYUNTURA, TURISTAS PRESTADOS Y TENDENCIAS

Algunas enseñanzas hay que ir extrayendo de las consecuencias que para el sector turístico tiene la que podríamos identificar como la coyuntura geopolítica de las revueltas populares -en algún país algo más que revueltas- en el Magreb y Oriente próximo. Los sucesos han obligado a reconsiderar las contrataciones de viajes y estancias vacacionales, de modo que los operadores buscan lugares más seguros y estables. No hay que alegrarse del mal ajeno, desde luego, pero son unas circunstancias adversas para directos competidores en exotismo, sol y playa. El rigor invernal europeo también contribuye a la búsqueda de alternativas.

Canarias se beneficia de tal circunstancia, hasta el punto de que destinos insulares que atravesaban y atraviesan dificultades empiezan a experimentar afluencias e índices de ocupación desacostumbrados, no como en los mejores tiempos, pero sí con circulación y actividad mucho más animadas que el año pasado sin ir más lejos.
Así las cosas, surge el contingente de los que denominaríamos turistas prestados, es decir, aquellos que no quieren desaprovechar sus previsiones vacacionales pero que han de hacerlo en sitio distinto al que habían planeado. Puede que muchos de ellos ya conocieran Canarias pero igual hubieran querido probar o conocer otros destinos, atraídos, además, por precios asequibles en plena recesión.

Pues bien, tanto a esos visitantes como a los de nuevo cuño -ésta es una de las enseñanzas apuntadas al principio- hay que fidelizarles. ¿Cómo? Pues con los recursos muchas veces señalados: prestación de servicios de calidad, esmero en su realización, acreditar amabilidad en el trato, ampliar opciones, informar adecuadamente, cuidar la seguridad… Se trata de persuadirles y convencerles de que también poseemos excelencias que, a poco que se cultiven, son merecedoras de reconocimiento. La mejor forma de hacerlo, sin duda, es repetir la visita si se llevan, claro, una grata impresión. De todo: de la oferta, de los encantos naturales y de la relación humana que se pueda establecer.

De la sensibilidad empresarial y profesional depende. Estamos ante todo un reto para la recuperación sólida y efectiva del sector y para estimular la productividad económica. La situación es apta para entender, de una vez por todas, la importancia de la competitividad. Ya se han probado los efectos negativos de la resignación y de la pasividad, de la falta de iniciativa para innovar y cualificar, un doble objetivo que no ha terminado de asimilarse, especialmente en algunos destinos como el Puerto de la Cruz cuyos afanes por lograr un producto diferenciado no han pasado de meros intentos voluntaristas.
Es un reto que pone a prueba la mejora estructural, que sólo es posible mediante estrategias diáfanas de iniciativa empresarial, de ejecución de actuaciones concretas promovidas o concertadas por el sector público, de especialización y buenas prácticas de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). A estos planteamientos habría que añadir aquellas tendencias de consumo que se van consolidando en los mercados emisores y receptores, como la búsqueda de la mejor relación calidad-precio, las exigencias de niveles en determinadas prestaciones y hasta el creciente uso de las nuevas tecnologías por parte de los turistas.
No hay que engañarse: o se sale airoso de ese desafío o mucho nos tememos que las expectativas y los buenos resultados que se barruntan serán meramente coyunturales, flor de unos pocos meses. Y de espejismos, sinceramente, ya estamos hartos.
Publicado en Apuntes, número 33, marzo 2011

miércoles, 9 de marzo de 2011

DE UN ASCENSOR Y DE UN SEMÁFORO. ¡INSÓLITO!

Todo político en ejercicio tiene derecho a inaugurar. Se sobreentiende que una obra, una actuación o una realización que, independientemente de la participación que en la misma se ha tenido, no sólo es la culminación de un proyecto financiado con recursos de la institución a la que representa o cofinanciado sino la expresión final de una gestión.
Cada quien modula el acto a su aire, teniendo en cuenta hasta el costumbrismo del barrio o del lugar, el horario disponible de la autoridad invitada y hasta el de los informativos audiovisuales para llegar a tiempo de emisión.
Sabido es que en los meses anteriores a la campaña electoral los actos de inauguración o de apertura proliferan. Seguro que es para activar las neuronas memorísticas del personal, si es con algún recuerdo del hecho o con brindis, mejor.
Y también es conocido que cualquier cosa es válida para darle oficialidad. A veces -las menos- hasta se hace un ceremonial después de haber entrado en funcionamiento o de haberse abierto el servicio o la instalación. Hay quien se aprovecha, claro, y hasta hace dos actos con cualquier excusa.
Con estos considerandos aparece lo insólito. Creíamos que en el primer puesto de la clasificación estaba la inauguración de un ascensor -sí, sí, como lo leen- registrada en el Puerto de la Cruz en este mandato que declina.
Pero acaban de arrebatar tan privilegiada posición en Santa Cruz de Tenerife donde hace pocos días han inaugurado ¡un semáforo! Claro, hubo que releer la información periodística para verificar algunos detalles de tan relevante acción: un punto negro de la circulación rodada (alrededores del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria) que ha llegado a costar vidas humanas -tan sólo por eso ya podían haberse ahorrado el dispositivo- empezaba a ser gris merced a una inversión conjunta de Cabildo Insular y Ayuntamiento capitalino de ochenta mil euros para instalar los semáforos reguladores. A continuación, siempre según la versión periodística, dos representantes de las aludidas instituciones fueron los primeros en cruzar el paso de peatones. Ejemplar.
Valgan los dos casos citados como expresión del exceso, de recurrir a lo que sea con el afán de notoriedad que en vísperas electorales se cotiza al alza. Un ascensor y un semáforo son elementos dotacionales prácticamente imprescindibles en el desenvolvimiento cotidiano, así que no es para hacer alardes de ningún tipo. Si es una reivindicación popular y se prolonga en el tiempo, pues a satisfacerla y punto. Por condiciones de vida y por seguridad.
Claro que igual la gestión de los responsables anda algo depauperada y entonces no tienen más remedio que dar bombo y platillo a hechos como los comentados.
Insólitos, desde luego.

martes, 8 de marzo de 2011

CRUELDAD, SENCILLAMENTE CRUELDAD

Que los altavoces mediáticos de la derecha tengan sed o ansias de poder, es normal. Que su desespero ha alcanzado cotas inimaginables a lo largo de los últimos años, se entiende. Que ya no encuentren de qué acusar más a Rodríguez Zapatero, revela su agotamiento. Que su cruzada antisocialista no conoce de crisis, les motiva.

Pero ahora los altavoces han puesto al descubierto su versión más deshumanizada, ese lado cruel que en otro tiempo camuflaban o aparcaban a la espera de la evolución. Ahora no: con motivo de la enfermedad del vicepresidente del Gobierno, ni el mínimo respeto. Al contrario, hay que cebarse, parece haber sido la consigna.

No te lo crees hasta que lo lees: es más, es como si desearan el mal del político, entre expresiones y elipsis.

¿Es así la derecha? Sería una injusta generalización. Queremos pensar que no, que aún quedan sentimientos y brotes humanistas. Que las cuitas personales de los socialistas merecen, cuando menos, respeto. Y que algunos son capaces de sentirlo y expesarlo.

Cuando la derecha auténtica, la que desea y procura el fuego eterno de la oposición al socialismo aunque eso implique abusar de la democracia, confunde sus ansias políticas hasta utilizar con denuedo y fruición los quebrantos de salud de los adversarios, está desnudando su verdadera personalidad, su inagotable capacidad de refocilar. Después se quejan de que les digan ‘la derechona’.

No se trata de conmiseración hacia el vicepresidente del Gobierno. Sólo de respetar. Si no quieren lamentarlo, que no lo hagan. Pero que respeten, sí.

Al respecto, visiten el sitio ‘El ojo izquierdo’, de José María Izquierdo, aparecido en el diario “El País” de hoy. Ilustrativo.


http://blogs.elpais.com/ojo-izquierdo/2011/03/y-mas-que-se-merece.html

lunes, 7 de marzo de 2011

NO MEJORA EL ENFERMO

Los desempleados canarios ya no se desaniman por el número creciente sino porque las expectativas de abandonar esa condición siguen menguantes. Quedan para la esperanza los autos de fe del presidente Rivero y ciertos devaneos editorialistas que se confían a una ubérrima plétora de recursos para pasar del desespero o la incertidumbre a la estabilidad y suficiencia de valerse por sí mismos. Pero la mano en el agua quiere realidades y éstas, por desgracia, no cuajan.

Ni siquiera los turistas prestados -si permiten la expresión- dan para mucho. Ya se han encargado algunos empresarios del sector turístico de puntualizarlo: los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE) serán mejores que los del año pasado, la ocupación hotelera está en niveles similares a los de antes de la crisis, se habrán disparado las pernoctaciones, la situación en el Magreb y el Oriente próximo ayudará todo lo que se quiera -mientras subsista, claro-, la estancia media se situará muy por encima de otros destinos nacionales y los ingresos medios por habitación habrán significado un aumento interanual cercano al 3%... pero todo eso parece insuficiente y no se genera empleo. Hasta el propio presidente del Gobierno, según dio a entender en una comparecencia televisiva, esperaba ya otra tendencia con la coyuntura favorable. Deberá perseverar en su fe.

Porque, además de las cautelas y del conservadurismo turístico-empresarial, han brotado los dictámenes de la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife, escépticos a la hora de calibrar el crecimiento potencial de la economía canaria mientras no se apliquen las reformas estructurales en el mercado de trabajo. Dicho en palabras de la patronal, ese crecimiento difícilmente alcanzará los niveles necesarios a corto plazo para disminuir el desempleo en los próximos meses.

Y si alguien mantenía expectativas para encontrar hueco en el sector primario, que se desengañe. La propia CEOE tinerfeña habla de su debilitamiento en los últimos años e insta a las administraciones públicas para fortalecer la promoción y defensa de sus actividades, reclamando de paso que sean abonadas las subvenciones y ayudas económicas previstas para el año pasado y así tratar de ir compensando las pérdidas. Que tomen nota quienes predican la autosuficiencia.

El caso es que las cifras del paro siguen galopando. Las 2.865 personas del último registro hacen que en las islas superen las doscientas sesenta y una mil sin empleo. En algunos foros -los más domésticos, los más cercanos- se olvida y hasta se confunde -en otro intento de socializar las pérdidas- que la competencia en la materia es del Gobierno de la Comunidad Autónoma. Ello resulta patéticamente anecdótico cuando las cifras de la economía sumergida también aumentan, paradójicamente, entre las reducidas tasas de crecimiento de algún sector productivo.

O sea, que habrán venido más turistas y tal y tal, pero que nadie tire voladores. Es lo que parece desprenderse de determinados análisis. Si hay, un suponer, cincuenta empleados para atender un 60% de ocupación del establecimiento, con los mismos hay que seguir aunque se hospeden más clientes. Ni un mísero contrato temporal para repescar a quienes ingresaron en el paro o para dar una oportunidad a quienes aspiran a tener su primer empleo.

Conclusión: no mejora el enfermo.









sábado, 5 de marzo de 2011

¡ALBRICIAS!

Un centro de artes escénicas en el Puerto de la Cruz. Como es difícil de creer, hay que repasar la información.

A estas alturas, en una ciudad que sobrevive casi para superar la decadencia, con una actividad y una sensibilidad cultural muy limitada, con una colección de fracasos en este ámbito, ¿un centro de artes escénicas?

Pues nos frotamos los ojos y ahí aparece Mónica Lorenzo, una ciudadana portuense, profesora de teatro, que se lía la manta a la cabeza y pone todo su empeño en remodelar el antiguo y cerrado cine ‘Timanfaya’ para dedicarlo a eso, a un centro artístico en el que podrá verse e impartirse, además de acoger otras disciplinas como música, danza y risoterapia.

Toda una iniciativa, toda una novedad de la que hay que congratularse. Está la ciudad tan necesitada de incentivos de este tipo que la información produce la natural alegría y motiva a desear el éxito de su promotora.

El ‘Timanfaya’ amplió, en su día, la oferta de exhibición cinematográfica de la ciudad. Continuaba al ‘Chimisay’ y al ‘Olympia’. Más atrás, en el tiempo, queda el antiguo teatro ‘Topham’, una suerte de recinto polivalente donde hubo bailes, actuaciones musicales, juegos florales y hasta riñas de gallos.

La propiedad fue generando alternativas hasta que las circunstancias de la comercialización y la competencia así como la implantación de las nuevas tecnologías hicieron cerrar las puertas. Ni la céntrica localización jugó a favor así que, de la noche a la mañana, los portuenses, que presumían de ser muy entendidos en cine -durante muchos años fue casi su único vehículo cultural- se quedaron sin una película en pantalla grande que echarse a los ojos.


Mónica Lorenzo trata de evitar que la actividad cultural en la ciudad siga una estela de pobreza o se resigne a languidecer sin un mínimo estímulo. Recupera el espíritu de quienes hace décadas eran capaces de montar y dirigir modestas representaciones teatrales con escolares, estudiantes y aficionados que hacían de todo, desde los decorados hasta la venta de localidades para abonar los gastos de atrezzo y vestuario.

En el desaparecido teatro ‘Topham’, precisamente, alumnos del colegio ‘Gran Poder de Dios’ representaron títulos inolvidables (“Casilda, reina mora”, “La estrella de oriente”, “Mecáchis, qué guapo soy”, “La ocasión la pintan calva”, “Los apuros de un fotógrafo”…) bajo la dirección del maestro Jesús Hernández Martín. Allí acreditaron muchos jóvenes portuenses sus cualidades o habilidades para papeles artísticos. Por eso, cuando el teatro cedió al desarrollismo, lágrimas y lamentos se apoderaron de muchos de ellos. La alternativa del parque San Francisco, dadas las características del recinto, no sirvió para mantener la llama encendida.

Montse Martínez, Tato Perera, Matilde Perera, Elsie Ribal, Lorenzo de Ara, Angeles Marrero (perdón por alguna probable omisión), desde distintos ángulos, intentaron recuperar los valores de la interpretación con aulas, programas y cursos que trataban de hacer frente a la incomprensión y eran una muestra de los afanes para contar con recursos humanos propios en una actividad, la teatral, que siempre requiere dedicación y perseverancia.

Parece tenerla Mónica Lorenzo a la que hay que desear mucha suerte en esta aventura. No van a faltar adversidades pero en su superación, probablemente, estriba el principal motivo de haberla emprendido.

De momento, a la espera de ver los primeros frutos, por lo que de relieve tiene la iniciativa, cabe exclamar: ¡Albricias!

jueves, 3 de marzo de 2011

LA REFORMA IMPOSIBLE

De modo que la reforma del sistema electoral canario es un enigma (José Manuel Soria dixit) y, a diferencia de la mujer desnuda del poema de Benedetti, hay que encomendarse al tiempo, al paso del tiempo, para resolverlo.
Un nuevo intento de revisión en el Parlamento de Canarias y un nuevo fracaso. Los grupos políticos no se ponen de acuerdo, el consenso parece imposible. No hay nada que hacer: las barreras insulares seguirán siendo del 30 por ciento y la representatividad de la soberanía popular continuará condicionada. En consecuencia, una cámara menos pluralista y menos representativa. La calidad democrática se resiente, sí.
Hasta en eso también parece Canarias condenada. Ese inmovilismo, ese no meneallo, genera automáticamente un apreciable desequilibrio. Cabe dudar de la voluntad política para reformar algo en lo que casi todos parecen estar de acuerdo: sistema injusto y desproporcionado.
A todas éstas, el asunto adquiere formas de enigma, según el candidato popular a la presidencia del Gobierno en los próximos comicios. Lo más preocupante es que no parece muy entusiasmado para dar un paso, presentar una alternativa y someterla a debate. No: que sea el tiempo el que defina. Vaya postura, ¿verdad?, para promover la solución de un problema latente que incide en la calidad del funcionamiento democrático.
O sea, dejar hacer, dejar pasar: que se pudra la situación, que se cansen los reivindicantes. Por los siglos de los siglos. O que el genio de la lámpara salga de ella y alumbre el desbloqueo.
Qué suerte vivir aquí.

miércoles, 2 de marzo de 2011

MEJOR PRODUCTIVIDAD TURÍSTICA

Los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE) referidos al turismo reflejan una sensible mejoría en conceptos como afluencia y ocupación, tal es así que habría que remontarse a 2005 para encontrar un arranque de año de parecidas características.
En concreto, un aumento del 22,6% en la llegada de extranjeros y una ocupación del 67,5% en los hoteles canarios. Lógicamente, a más turistas, más pernoctaciones. Los porcentajes son similares a los que se contabilizaban antes de iniciarse la recesión que también afectó al sector, después de una resistencia inicial que permitió timonear la productividad económica.
Otros resultados sobresalientes en las estadísticas del INE: por un lado, la estancia media en las islas se situó en 7,8 noches, muy por encima de otros destinos nacionales y ligeramente superior a la de un año antes, 7,6. Y por otra parte, los ingresos medios por habitación ocupada que se elevaron en Canarias a 73,3 euros, un aumento interanual del 2,9%.
Claro que hay otros registros más inquietantes, como los del turismo nacional, un 3,4% menos que en enero de 2009. Ello confirma algunas de las impresiones extraídas de la pasada edición de FITUR y contrastadas con las primeras grandes campañas de captación del segmento nacional: no parece que el verano tenga los trazos de años anteriores, de ahí que haya que reforzar las promociones y hacer más atractiva la oferta.
En todo caso, estas buenas señales de la productividad turística -como en algunas estadísticas anteriores- deben corresponderse con una mejor contratación laboral. Cuando así lo planteamos en alguna entrega anterior y en una comparecencia radiofónica, no faltaron voces empresariales que casi reprochaban la apreciación. Ahora ha venido a decir lo mismo -con otras palabras- el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero. A ver qué dicen esas mismas voces.
Aunque lo importante es, desde luego, mantener la tendencia. La crisis ha enseñado que o aumenta la competitividad o el destino -coyunturalmente favorecido por desgraciados acontecimientos en otras zonas del mundo- corre el riesgo de palidecer preocupantemente.

martes, 1 de marzo de 2011

EN MEMORIA DE MIGUEL ANGEL CARBALLO

Tenía Miguel Angel Carballo, por encima de todos, el don de la mesura. Y qué importante resulta para la labor que desempeñaba: la coordinación de las medidas inherentes a la protección civil. Era el jefe de esta unidad en la Delegación del Gobierno. Su inesperado fallecimiento, tras una rápida enfermedad, nos llenó de consternación.
Mesura para recibir la información y para manejar los protocolos. Para marcar las directrices y, en definitiva, para ejecutar. Aprendimos mucho de esa cualidad y de su aplicación en los casos de incendios, temporales marítimos, accidentes y fenómenos meteorológicos adversos. Carballo siempre tenía, además, la virtud de la antelación: partes e informes, previsiones y preparativos, siempre documentados, siempre por escrito para que cada quien supiera lo que había que hacer y la sorpresa, si la había, fuera menor o amortiguada.
La seriedad con la que ejecutaba su tarea era palpable en cada reunión, en cada dispositivo que preparaba minuciosamente. Con una obsesión: la seguridad en las comunicaciones, que hubiera siempre una alternativa en caso de interrupciones surgidas por cualquier causa.
Miguel Angel Carballo se convirtió en una suerte de oráculo, pese a que la materia que había escogido deja poco lugar a las interpretaciones. Recibía todo tipo de consultas y antes de emitir un juicio se aseguraba con la información precisa.
Su presencia en las juntas de seguridad preparatorias de las visitas de destacados personajes públicos que, por razones de seguridad, obligan a elaborar planes concretos de operatividad y seguimiento, era toda una señal de tranquilidad. Carballo sabía, conocía los entresijos. Su experiencia y su veteranía eran una expresión de garantía. Y sus opiniones eran siempre tenidas en cuenta.
A los pocos días de llegar con José Segura a la Delegación del Gobierno nos encontramos una noche con una situación realmente insólita: se detectaron fenómenos extraños en la cima de Tenerife, en las cercanías del Teide. La mesura de Carballo contribuyó decisivamente a que no se dispararan del todo las alarmas y pudimos administrar y transmitir con fluidez y sosiego las informaciones orientadas básicamente a calmar a la población.
En otra oportunidad, en un simulacro de accidente aéreo, para proporcionar el realismo adecuado y pulsar las reacciones iniciales, actuó con tal pragmatismo que sorprendió a todos con su tacto mientras otros nos predisponíamos a iniciar la búsqueda de información. Entonces pudimos palpar la importancia de los primeros minutos y de los primeros pasos en lo que podría considerarse una emergencia.
Miguel Angel Carballo fue para los suyos un excelente jefe, capaz de lidiar las siempre difíciles relaciones humanas con evidente sentido de mantener un espíritu de equipo indispensable para las mejores prestaciones de los servicios que correspondían a su departamento.
Sin pretensiones personalistas, sin alardear jamás de nada, sin voces altisonantes, Carballo fue el servidor público silencioso preocupado exclusivamente por el buen funcionamiento de los sistemas que confirieran a la protección civil la importancia que sí tiene reconocida en otros países.
“Es cuestión de tiempo y de cultura”, le dijimos a propósito en cierta ocasión.
“Pero hay que estar preparados”, replicó con la discreción que le caracterizaba. Con su inconfundible mesura.
Cuánta razón.
Descanse en paz.