martes, 29 de marzo de 2011

RAFAEL TORRES, EL INCONFORMISTA

Ha fallecido en el Puerto de la Cruz Rafael Torres Cabezas, un socialista nonagenario superviviente de la guerra civil que tuvo la inmensa dicha, según sus propias palabras, de vivir la restauración de las libertades y de la democracia.


Torres Cabezas era uno de los veteranos que se esmeraron en inculcar los valores socialistas a las generaciones jóvenes que iban asumiendo responsabilidades públicas y tareas de dirección orgánica. Tenía un espíritu inconformista y una actitud crítica que le llevaron a defender posiciones curiosas, por ejemplo, que ningún componente del grupo de concejales formara parte de la comisión ejecutiva local. Y si tenía que haber una o dos excepciones, por aquello de los enlaces, las relaciones y el intercambio de información, pues eso, una o dos.

Torres vivía con pasión los avatares de la vida portuense. Era un hombre regularmente bien informado y tenía criterio propio. De vez en cuando, guiado por alguna tendenciosidad o alguna engañifa de quienes creían ver en él algunas debilidades, precipitaba sus apreciaciones pero, de inmediato, cuando comprobaba que anda equivocado, era el primero en rectificar.

Rafael Torres Cabezas era militante activo hasta que tuvo fuerzas. Fue menguando su participación en las asambleas -una de las pruebas democráticas que en su día fortalecieron el quehacer de la agrupación socialista del Puerto de la Cruz- pero no dejaba de expresar sus puntos de vista a los más allegados. Su "rebeldía" la manifestaba cuando repetía "los mismos, siempre hablan y deciden los mismos".

Fue de la generación de socialistas portuenses que gozó al recuperar las ganas de democracia que experimentaron durante su juventud. Con Rafael Abreu, Plácido Bazo, Gundemaro González, Alfonso Carrillo y Alejandro Togores (entre otros), vivió con entusiasmo el referéndum de la Constitución de 1978, el primer gran triunfo socialista en las elecciones municipales del año siguiente y la arrolladora irrupción de Felipe González en octubre de 1982. "Ahora sí que nadie puede dudar de nuestra vocación de gobierno y de nuestra voluntad de vertebrar España", dijo al cumplirse los cien días del primer gobierno González que coincidía con una de las asambleas aludidas.

Sus ganas de hacer cosas quedaron contrastadas en la organización de las conmemoraciones del 1º de Mayo, inicialmente reservadas a los veteranos de la organización en las que al final terminaron admitiendo la asistencia del alcalde. Le gustaban las campañas electorales y era uno de los asiduos a los mitines que se desgranaban por los barrios del municipio. Y cuando éste era visitado por algún alto cargo o alguna figura socialista, no podía simular su satisfacción. Con Narcís Serra discutió sobre el uso de las bases de la OTAN y a Jerónimo Saavedra le reprochó que viniera poco a Tenerife durante su primera presidencia autonómica.

Siempre tuvo memoria para su paso por Juventudes Socialistas. Otra célebre frase suya, cuando ya menudeaban los "reality" televisivos y la vida privada de los famosos dejó de ser privada, hizo historia entre quienes le escuchaban: "Eso todo es puterío de levante".

Rafael Torres Cabezas, uno de los últimos baluartes del genuino socialismo portuense, ya no está entre nosotros. Descanse en paz.


1 comentario:

Miguel dijo...

Buenas tardes.

En principio le pido disculpas por escribir en una entrada tan antigua y, además, para una simpleza. Mi atrevimiento se debe a que tras realizar una búsqueda de la expresión "puterío de levante" la única entrada que aparece me remite a esta su bitácora en este enlace: http://garciaenblog.blogspot.com/2011/03/

La expresión se la oí, de pequeño, a mi abuela (soy mayor, 65 años). Nunca he sabido de dónde procede e, independientemente de que se adivina el sentido de la misma, precisamente en el artículo en el que usted la cita, quisiera saber si tiene alguna procedencia, alguna explicación que explique el motivo por el cuál se usa, o se usó, en Tenerife, que es donde yo la escuché y de donde procedo.

Como verá, una simpleza. Le agradezco su atención.

Atentamente, Miguel.