jueves, 8 de octubre de 2009

HUELGA DE JUECES

Hay sangre canaria en Afganistán, el Tribunal Supremo decide que Tebeto va para largo, prosigue el viacrucis del Partido Popular, Silvio Berlusconi ya no es tan inmune a la Justicia, el Gobierno de España se reúne mañana en Las Palmas de Gran Canaria... La actualidad del día se desgrana en medio de calores y de humedad que han traído congestiones y golpes de tos difícilmente soportables.
Pero hay otro asunto que llama la atención: la huelga convocada para hoy por la Asociación Profesional de la Magistratura. Parecía pacificado ese terreno: es más, el Gobierno entendió el mensaje del paro anterior, se puso las pilas y dispuso lo necesario para que se viera que la Justicia es una prioridad. Se prevé un incremento del 13,77% en el presupuesto del Ministerio para el año próximo, alcanzando la cantidad de mil ochocientos cuatro millones de euros, el mayor de la historia de la democracia.
El Gobierno, que es consciente de las demandas ciudadanas en orden a disponer de un sistema de justicia eficiente y de calidad, acaba de aprobar también el Plan de Modernización de la Justicia que completará el proceso de mejoras iniciado hace cinco años. Supone una inversión de 600 millones de euros hasta el final de la legislatura.
Los presupuestos para el próximo año prevén casi treinta y cinco millones de euros para la implantación de la nueva oficina judicial. Ello significa concentración de esfuerzos y recursos, juzgados más eficientes, un mejor servicio a la ciudadanía y una mejor asistencia a jueces y magistrados.
El ejecutivo señala, en fin, que no hay motivos para no ir a trabajar y que no es una huelga de jueces sino el paro de la Asociación Profesional de la Magistratura que califica de "fogonazo" el Plan de Modernización y considera la inversión prevista como "escasa".
En cualquier caso, respetando las razones de dicha Asociación, sus componentes habrán valorado la oportunidad de la convocatoria en momentos de recesión económica como los que venimos padeciendo. Hay medidas que, en determinados contextos, suelen generar impopularidad. Que se pongan en huelga los jueces, o los integrantes de una asociación de jueces, es difícilmente entendido y aceptado por la gente.
Lo importante: que haya diálogo, que se agoten todos los recursos al alcance para evitar medidas rupturistas, parálisis y trastornos. En definitiva, que la Justicia funcione. En un Estado de derecho es primordial.

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