sábado, 24 de octubre de 2009

BIBLIOTECAS

Hoy es el Día de las bibliotecas. De los muchos que se conmemoran a lo largo del año, éste, desde luego, es de los sobresalientes.
Por toda España, se supone, la celebración se hará con actividades diversas que tienen como finalidad fomentar los hábitos de la lectura y de la imaginación.
La Asociación Española de Amigs del Libro Infantil y Juvenil promueve y desarrolla la convocatoria. Hay un pregón para la ocasión. De él extraemos el siguiente fragmento:

"Entraron en una Biblioteca.
¿Encontraron allí la máquina maravillosa y la composición química que deseaban? No, sólo hallaron estanterías repletas de libros. Si, páginas blancas llenas de letras negras. Terreno de papel sembrado de signos que eran semilla de pensamientos, experiencias, sueños y memorias de hombres y mujeres de todas las épocas de la Humanidad que escribieron para ti lo que sentían, lo que pensaban y lo que veían.
Tomaron uno, luego otro y otro… Comentaron lo que leían, intercambiaron ideas. Imaginaron, disfrutaron y, finalmente, conocieron y aprendieron a la vez que hacían realidad sus sueños escuchando el concierto universal de las letras que suenan en la Biblioteca.
¿Percibes sus compases? ¿Compartes su armonía?
Tú que me escuchas con el sonido mudo de las letras, dime: ¿Lo oyes también?"
Qué gráfico, qué elocuente. Para los que en algún momento de nuestras vidas o de nuestros cometidos hemos desarrollado alguna acción a favor de la creación, la consolidación, la mejora o el crecimiento de una biblioteca; para los que hemos guardado turno; para los que hemos asistido a la introducción de las nuevas tecnologías en estos espacios; para los que hemos encontrado allí un periódico atrasado; para los que hemos releído algún pasaje de una novela de juventud o para los que hemos hallado una edición perdida... esta fecha tiene un significado especial.
Esa figura del fragmento anterior, el concierto universal de las letras, lo condensa todo. Allí, en las bibliotecas, en las más ricas y en las más vanguardistas, en las modestas y en las rudimentarias, en las públicas y en las privadas, en efecto, hay un silencio elocuente.
Cuidémoslas, mimémoslas, respetémoslas, apreciémoslas...
Son espacios indispensables para la Humanidad.

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