sábado, 28 de marzo de 2009

"MUECA", PESE A LA LLUVIA

La lluvia empapa “Mueca” y es una pena porque se respira auténtico ambiente lúdico y participativo y porque los contenidos del programa son muy atrayentes.

“Mueca” es el arte en la calle. El arte que revive entre aires de creatividad plena. Comicidad, interpretación, disfraces, música, representación, funambulismo, circo, desenfado, invención...

Aún recordamos la primera edición, allá por el año 2000. Desde la alcaldía, impulsamos la idea que había concebido Angeles Marrero, psicóloga que ejerció en aquel mandato (1999-2003) como una aguerrida e imaginativa concejala de Educación y Cultura. No se detenía ante nada. Las adversidades, en forma de limitación económica y de recursos materiales, eran pan comido para su entusiasmo.
La suya, desde luego, fue una contribución extraordinaria al acento sociocultural que quisimos imprimir en aquel período para tratar de convertir al Puerto de la Cruz en una referencia diferenciada de la producción intelectual y de la oferta de actividades en un municipio que requiere tener permanentemente un escaparate.

Angeles lo hizo bien, vaya que sí, y la prueba es la continuidad y la madurez de la convocatoria. Uno se alegra, por el bien del Puerto, por el progreso y los avances de la cultura. Aquello, en el año 2000, empezó como una cita con el teatro de humor. La pareja de actores belga Les Founambules hizo las delicias de los curiosos, más que nada curiosos, que nos acercamos al parque San Francisco. Al año siguiente, las compañías Nakupelle e Yllana ya nos anticipaban que la cosa iba en serio, que “Mueca” podía crecer hasta resultar algo grande.

La propia Angeles Marrero se encargó de recabar el apoyo de otras instituciones. Se sumaron el Gobierno de Canarias y el Cabildo Insular. Los presupuestos de aquellos años eran un quebradero de cabeza pero, por fin, parecía que el Puerto había encontrado uno de esos acontecimientos que proyectaban su nombre y que cada año, en fechas cuidadosamente programadas, constituía un reclamo valioso.

Fue una apuesta diferenciada por la cultura, fue una incursión en el vasto campo de las manifestaciones artísticas. Quedó abierta a múltiples variables, algunas de las cuales hemos visto reflejadas en el programa de la presente edición. Su productor, Mario Vega, la ha definido como una “verdadera fiesta de la cultura”.

Pues de eso se trataba, sí señor. Una creatividad desbordante al aire libre, en un espacio físico siempre atractivo, siempre transitado, otro valor añadido. Risas, gestos, aditamentos, sustos, interrogantes, ejecutorias, sonidos, pruebas, experiencias, bullicio, diseños... “Mueca”, una cita distinta. Aunque sea pasada por agua.

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